ENTREVISTA CON LUIS LIBRANDI
Fue el primer suplemento de EL TIEMPO destinado a la juventud azuleña. De alguna manera, "Boleto para pasear" también fue producto de la crisis de fines de los ochenta y principios de la década de 1990, que afectó a todo el país. En ese contexto, con la democracia recuperada pocos años antes, desde el ámbito juvenil se produjeron manifestaciones que tuvieron eco en las páginas del "Suple". La actividad de los centros de estudiantes secundarios, la creciente preocupación por el medio ambiente, la opinión juvenil ante temas que mantenían encapsulados "los adultos" de la sociedad azuleña, fueron algunas de las temáticas que se desarrollaron en cada edición dominical. Hoy, a más de treinta años de esa experiencia comunicacional, Luis Librandi recuerda el singular trayecto del "Boleto para pasear".
Por: Marcial Luna
10 de julio de 2023
"Boleto para pasear" fue el primer suplemento de EL TIEMPO destinado a dar voz a la juventud azuleña. El país retumbaba aún con el "efecto Alfonsín", a fines de 1989 -y la inminente asunción del nuevo Presidente, Carlos Menem-, mientras la sociedad argentina continuaba recibiendo el azote inflacionario. En ese contexto de profunda crisis, este diario comenzó a publicar la "sección joven", también, producto del cimbronazo. Es que quien desarrolló el contenido periodístico, Luis Librandi, vivió en carne propia, como muchos otros jóvenes en ese momento, el impacto de la hiperinflación: ante la gravedad económica, se vio imposibilitado de continuar sus estudios de nivel superior en Buenos Aires y no tuvo otra alternativa que el retorno a la ciudad natal. Precisamente ese regreso a Azul fue la cimiente para el futuro proyecto periodístico.
Desde esa perspectiva, "Boleto para pasear" conlleva una característica, una marca a fuego, y se corresponde con una generación que vio cómo la asfixia económica podía mutilar sus sueños. A la vez, en el caso que nos ocupa, generó un espacio periodístico inédito en el ámbito local.
En ello tuvo que ver también un encuentro casual en el balneario y una propuesta: durante una charla, en febrero de 1990, el veterano periodista y emblema de este diario, Juan Miguel Oyhanarte, le propuso a Librandi generar la nueva sección, destinada a un sector que aún no tenía voz en las páginas del diario: la juventud.
"Yo estaba estudiando Periodismo en Buenos Aires año", recuerda Luis Librandi, durante una entrevista con este diario. "Fue en el '89 el último año que yo estuve en Buenos y el suplemento salió ya iniciado el año '90. Me acuerdo que estaba paseando, en el verano. Esto no me lo olvido nunca más: estaba paseando con Laura, por entonces mi novia y luego mi esposa, y andábamos por la plazoleta Almirante Brown, en el balneario. Lo veo al 'Viejo' [en referencia a Oyhanarte], con su esposa Blanca, caminando un domingo. Charlando ese día él me dice: no pasaste más por el diario, ¿qué estás haciendo acá en Azul? Yo le conté: me volví y no creo que pueda regresar para estudiar. Eso fue después del '89, con todo el lío de Alfonsín. El caos en ese último año en Buenos Aires. Una locura. Estuve en tres lugares distintos, en tres casas, de tíos distintos, como para lograr terminar el curso, pero no pude. Estaba estudiando Técnico en Periodismo en la Escuela de Esteban Echeverría de la capital federal, que era como un colegio Normal y estaba frente a Plaza Constitución. Me volví para esa época, era imposible sostenerse. Me acuerdo de ir cruzando por la General Paz y veía los diarios: porcentajes de inflación, Alfonsín que trataba de explicar lo inexplicable... En ese momento, nos mandaron a cubrir la llegada del famoso 'Menemóvil' -su inmediato antecedente, en realidad-, ese cierre de campaña de Menem donde agarró la avenida Rivadavia completa en contramano... Me acuerdo que fui hasta Primera Junta. Era un trabajo práctico que nos habían planteado en la escuela de periodismo. Después fui al acto en Congreso. Una cosa impresionante. Fue lo último que hice en Buenos Aires", recuerda Librandi al dialogar con EL TIEMPO.
"Le conté todo eso al 'Viejo' y me dijo: date una vuelta por el diario, están renovando máquinas, tienen ganas de hacer cosas nuevas. Fue tal cual. El 'Viejo' siempre andaba buscando cosas nuevas, así que vine al diario y me dijo: ¿Podemos hacer algo? ¡Claro! Al diario veníamos con 'Fichu' Fittipaldi y Oyhanarte nos publicaba siempre algo, cuando salíamos con la revista 'Helter'. Por ese entonces, estábamos en cuarto y quinto año en el secundario. Siempre le dejábamos un ejemplar a él. Además, las tapas de esos primeros números las hizo 'Socardo'. Yo lo conocía de acá, del diario, por eso también venía muy seguido a la Redacción", menciona Librandi, en referencia al dibujante Rodolfo Cardoso, quien firmaba sus trabajos como "Socardo".
"Ahí, con la revista 'Helter', cubrimos lo de Baglietto en el Parque Municipal. Fue una presentación, en aquel momento, que organizó la Juventud Peronista. Era el año '86. Yo fui '87, '88 y parte del '89 a Buenos Aires, pero venía cuando podía a Azul. Estaba permanentemente en contacto", asegura el creador de "Boleto para Pasear".
"En el año '87 yo me fui a Buenos Aires y 'Fichu' se quedó haciendo la colimba. Recién él se fue al año siguiente a La Plata. Lo fui a visitar, nos juntamos e hicimos uno de los numeritos. En total, fueron cinco ediciones de la 'Helter'. El 'Viejo' me conocía de ahí, de lo que nosotros hacíamos, y de las reuniones con 'Socardo'. Le gustaba lo que nosotros armábamos y él insistía con que el diario tenía que tener algo 'joven'. Cuando después le comento, ya en el '90, de esa historia, me dice de acercar al diario la idea de hacer 'una paginita'. Ahí arrancamos con 'Boleto para pasear'. El 'suple' salió solamente los domingos. Y fue tal cual: empecé con una página", mientras el diario experimentaba el cambio del formato sábana al tabloide y la incorporación de nuevas tecnologías. "Estaban en los inicios de eso y lo más llamativo de todo era que habían venido las primeras Macintosh [Classic y, luego, las Classic II], las famosas 'manzanitas' como les decían. Ahí estaban Pepe Tisot y Fabián Fritz, una manga de atorrantes impresionante" [Risas].
Mencionó luego que "ya en la Redacción de EL TIEMPO, "el 'Viejo' era el que me explicaba un poquito cómo tenía que hacer. Estaban las chicas en la parte de tipeo [Cristina Guzmán, Beatriz Ramognino y Cristina Verger]. Con el 'suple' casi no llegamos a hacer fotocomposición, porque en ese momento llegaban las Mac y, como yo tenía conocimientos de diagramación, empecé a armar mis materiales. Buscaba las notas, las hacía y después yo mismo las diagramaba, las diseñaba; todo un proceso que no pasaba por el armado del resto del diario. Beatriz y las 'Cristinas' lo que hacían eran tipear los materiales y yo, después, venía y los diagramaba. También me acuerdo que hubo momentos en que empezaron a trabajar más en las Mac; yo me quedaba en el diario y empecé a diseñar las tapas de los domingos y alguna que otra en la semana. El armado era a mano todavía y, de a poco, se empezaron a hacer algunas cosas en la compu, con el programa Pagemaker, que era el compatible con las Mac. Fue una etapa divina", dice Luis, sin ocultar la emotividad en sus recuerdos.
La impronta "Beatle"
Logotipo del "Boleto para Pasear", en su primera edición.
La denominación del suplemento "Boleto para pasear", recordó su creador, "salió de los Beatles. ¡Toda la vida...! Siempre hubo una vinculación por ahí", como ocurriría al año siguiente, 1991, con la aparición del "Submarino azuleño", espacio continuador del "Boleto".
Librandi lo precisó: "Con el 'Submarino' fue toda una situación, porque ya había entrado a trabajar en el diario, en la sección Sociales, en ese año 1991. Desde la sección, en realidad, en ese momento se le daba poca bolilla al tema juvenil porque era mucho el material general que se trabajaba en Sociales y salían varias páginas por día; fue como para cumplir con la página joven, en realidad. Por eso digo que el verdadero suplemento fue 'Boleto para pasear'. Realmente impresionante fue lo que pasó con esas ediciones. Fue el primero y, además, empezó con una página y terminó con ocho. ¡Una locura! También estuvo muy vinculado con toda la movida del 'Septiembre Estudiantil'. En algún momento, prácticamente hubo dos o tres páginas fijas que eran específicas del Septiembre Estudiantil; algo muy fuerte que se dio en esa época. Después estaba todo lo que era la contratapa del suple, con poemas que traían Kalalo Berdiñas o Carlos Cúccaro. Todos los poetas traían y se incluían dibujos, porque el 'Boleto' tenía mucha vinculación con lo que se había hecho en 'Helter': ahí teníamos poemas ilustrados; estaba Nano Ponzio con sus ilustraciones. ¡Geniales! Y así estuvieron muchos, en sus inicios, de los que hoy son artísticamente reconocidos y ya tienen toda una trayectoria. Muchos empezaron en el 'Boleto'. Todos tuvieron espacio, las bandas de rock eran impresionantes. Recuerdo que hicimos una foto con todos los artistas que habían pasado por el suplemento en ese año. Hicimos la foto acá enfrente, en la Plaza San Martín".
Editorializando
La edición especial en homenaje al beatle John Lennon, publicada en el número 23 del "Boleto para Pasear", el 7 de octubre de 1990.
En el primer número del "Boleto para Pasear", el 6 de mayo de 1990, se publicó un recuadro, a modo de editorial: "¡Dale que se puede!":
"Luego de varios contratiempos, pero siempre luchando por esto que es la comunicación, me vuelvo a encontrar con ustedes, mediante este Suplemento, que Diario EL TIEMPO editará semanalmente, en el cual se ha puesto todo lo mejor, para que éste, que es el primero, les agrade un poquito.
"Todo esto va dirigido hacia quienes están en una etapa de su desarrollo, en donde acosan las dudas y las definiciones, y por eso se pretende que esta sea una herramienta que posibilite a todos aquellos creadores hasta hoy desconocidos, una vía de expresión, cubriendo sino todas, por lo menos una parte de sus expectativas.
"Deseo que Boleto para Pasear sea una puerta abierta a toda la actividad cultural de la comunidad azuleña, ya que se abordarán todos los temas relacionados con los jóvenes de nuestro medio.
"Innumerables veces se ha hablado que los jóvenes son el futuro del país. Creo que es necesario, para que el futuro sea mejor, ocuparse del presente.
"Hoy tiramos esta propuesta, para que intentes expresarte sin formularios y con tu propia opinión.
"Ya sabemos que Azul es una ciudad fría, donde la indiferencia existe, pero también te digo que se pueden realizar muchas cosas y principalmente si esas iniciativas, proyectos, planes, salen de la juventud para la juventud. ¡Dale que lo que se puede lograr no es imposible!
"Por todo lo anteriormente expresado, buscamos el aporte y la colaboración de todos aquellos que quieran formar parte de esta alternativa, donde tendrás la posibilidad de dar a conocer tu obra, tus inquietudes, tus ideas, lo que realices, etc.
"Para terminar, quisiera agradecer a todas aquellas personas que, de una u otra forma, me estimularon a seguir adelante, en este caso a realizar el Suple, a todos ellos muchas gracias. Chau. [Firma:] Luis Esteban Librandi".
Así fue escrito, en primera persona, directo, proponiendo una comunicación a los jóvenes azuleños que, de inmediato, rindió sus frutos.
La factura del "suple"
Algunas de las secciones del "Boleto": computación, ranking de música, novedades en videos y los "festejos".
Al recordar la dinámica del trabajo periodístico cuando se iniciaba la década del 90, Luis Librandi refiere que "yo hacía notas todas las semanas. Salía a hacer las notas, porque el suple tenía secciones. Por ejemplo, una sección de computación -¡que inclusive tenía un aviso publicitario!- [Risas], una sección de la disquería Liverpool, que marcaba el ranking de los discos; y también estaban los saluditos: la gente venía, los dejaba y después se veían reflejados en el 'Boleto'. Luego empezamos a publicar los cumpleaños. ¡Eso fue una locura! Se trataba de cumplir con todos, porque llegó un momento en que se recibían montones. La movida fue muy grande con esas publicaciones; motivó a los jóvenes, en este caso, a expresarse en un diario".
"Era tremenda la producción -señala, por otro lado, Librandi-. Cuando tenía todo el material, después había que diseñarlo y muchas veces me pasaba que, como estaban las máquinas utilizándose para el diario, era como que lo mío quedaba relegado para el final. Por eso venía temprano, tipo dos de la tarde, me armaban todo el material y después, para las correcciones o lo que fuera, tenía que esperar a que, de a puchitos, me lo fueran haciendo. En aquel momento era impresionante la cantidad de periodistas y todo lo que se laburaba. Había muchas secciones. Hasta que venían los armadores, para que cuando llegaran tuvieran como para empezar a trabajar, porque entonces la impresión era por tiraje y había que armar en ese orden y era bastante complejo. Fue una experiencia muy linda, además de darle voz a un sector que, en este caso la juventud, no tenía".
En ese sentido, recuerda también que "no había nada de eso en los medios gráficos, ni en las radios, porque las FM aparecieron después. Se trataba entonces de darle un espacio a los músicos. Me acuerdo que todos los fines de semana teníamos algunos grupos. Yo iba a los ensayos y después ellos nos escribían algún texto o nos hacían unos dibujitos para el 'Boleto' y salían reflejados. Los shows se cubrían, los 'recitales'. Salíamos con el 'Gringo' [Antonio] Tamburo, pero en realidad tampoco mucha foto teníamos porque eran más bien secciones y, a la mayoría de las fotos, las aportaba la gente; por ejemplo, el caso de los cumpleaños. Había cosas que en la semana las íbamos diagramando. Las promociones del secundario se incluyeron en una parte y después eso se fortaleció al año siguiente. Empezó a tomar una fuerza impresionante. Otra sección del suple fue la referida a ecología, con Pochi Belsito. Ella hizo su aporte cuando casi nadie hablaba del tema. En cuanto a la computación misma, también se estaba en los inicios. En Redacción se usaban máquinas de escribir aún. Después del tipeo se pasaba a fotocomposición. Salían las tiras de texto que se pegaban en las páginas pautadas. Había una compu de fotocomposición y todo pasaba por ahí, mucho laburo. Tisot y Fritz diseñaban los avisos publicitarios. Eran avisos que se hacían en papel; se diseñaba el aviso, se imprimía la hoja y se pegaba. Lo que hacía era mejorar la calidad de ese aviso, se salía de la Rotring. A esa máquina yo la usaba, pero durante el día Tisot y Fritz se dedicaban ahí a hacer los avisos publicitarios. Entonces venían Morino, Sauro, Juárez, todas las agencias de publicidad, se sentaban con ellos y decían: poné un dibujito acá... Acá hacé esto otro... ¡Era un tiempo enorme! Hasta que llegó un momento que estaba abarrotado el trabajo de diseño de publicidad".
"Llegué a diseñar cada página completa -precisa Librandi, en referencia al "Boleto para pasear". "Las imprimías en dos partes y se pegaban al medio. Eso ya fue sobre el final. Había que bajar la foto, escanearla, tipear el texto, diagramar, diseñar... ¡Un laburo! Y llevaba tiempo. Yo venía acá los viernes a las 10 de la noche, que era cuando ya se estaba terminando con el cuerpo del diario, y me quedaba toda la madrugada del sábado trabajando. Me iba de acá a las 2 ó 3 de la tarde, cuando empezaba a llegar la gente de Redacción. Me iba a dormir un rato, pero ya había dejado todo preparado para que corrigieran. Y tipo 19 horas volvía al diario. Para ese entonces ya me habían corregido todo el material y, cuando más o menos aflojaba la corrección del diario, hacía las correcciones mías, imprimía en dos A4, y les daba a los chicos para pegar. ¡Un laburo...! Cuando empezaron a ver que se podía crear, a partir de cómo salía el suple, es decir, algo que se podía trasladar al resto del diario, luego empecé a diseñar las tapas. Me acuerdo que las tapas fue lo primero que se hizo, mientras yo terminaba el 'Boleto'. Después, con el recorrido del tiempo, ya se empezó a diseñar el interior del diario, no sólo la tapa", a partir de las nuevas tecnologías que el diario fue incorporando.
Por otro lado, "socialmente, el 'Boleto' tuvo un impacto increíble, inclusive en el mismo diario. Eso se vio reflejado en el tiraje. Había un cuadernito en la rotativa, donde anotaban todas las cantidades de tirajes. Los tirajes de esos años llegaron a aumentar de una manera abismal. Con el 'Boleto', el diario prácticamente duplicó el tiraje los domingos. También eso se veía reflejado en el volumen de la gente, de la cantidad de información que nos traían. Después de las vacaciones de invierno [de 1990], en julio, agosto y septiembre, pegó una estampida, al punto que tuvimos que aumentar páginas, porque no alcanzaban ni dos ni cuatro. Llegamos a ocho con el 'Boleto para pasear'".
Picardías del "Decano"
"El Decano del periodismo azuleño". Así se refería Néstor Juvenal "Bocho" Ronchetti cuando mencionaba, tanto de 'entrecasa' -en este diario- como en algún acto protocolar, a Juan Miguel Oyhanarte. El veterano periodista, que había ingresado a EL TIEMPO en la década del '40, apuntaló el desarrollo de varias generaciones de periodistas gráficos. El asunto, sin embargo, también tenía sus "bemoles"... Luis Librandi, durante la entrevista, recordó un episodio que "sufrió en carne propia".
"Me acuerdo de una anécdota... el 'Viejo' era terrible... ¡Terrible! [Risas]. Había salido publicado algo en el 'Boleto' y un día llego acá, al diario, y una de las chicas de Administración me dice: acá dejaron una carta de lectores para publicar. La miro y nos daba con un caño, decía 'esas cosas que dice la gente joven...', todo un cuestionamiento al vocabulario que aparecía en el 'Boleto'. Yo subo a la Redacción y estaba Oyhanarte ya trabajando con su máquina de escribir. Yo no dije nada, pero en un momento el 'Viejo' arremetió: ¿Dejaron una cartita de lectores, no? Y yo le digo, no sé... sí, sí. Hay que publicarla, me dice. ¿Le parece...? Sí, yo creo que hay que publicarla, acá se publica todo... Bueno, con los años me enteré que había sido él. ¿Vos podés creer? ¡La había escrito él! ¡Se la había dictado a su esposa Blanca! [Risas]. Con los años, un día en la casa, la propia Blanca fue la que me comentó. El 'Viejo'... ¡Mirá qué atrevido! Se las había tirado desde su escritorio, arriba, a la caja donde dejaban los mensajes para publicar en el 'Boleto'. Claro, las chicas no sabían quién había traído esa carta de lectores, no habían visto a nadie. Él la había deslizado desde arriba con algo... ¿Quién la trajo? Ninguna la había recibido, nadie sabía nada. Es así: el 'Viejo' siempre tuvo la picardía en esa cuestión, de ver cómo motorizar alguna historia, acicatear un poco..." [Risas].
Secciones y final
Portada de la última edición del "Boleto para Pasear", el 23 de diciembre de 1990.
Entre las secciones habituales del "suple" se editaron "Los jóvenes y el video en Azul", con el ranking de las películas más vistas y las recomendaciones. También las "novedades" en materia de música, además de lo más escuchado. Las columnas sobre computación -historia, programas, desarrollos y pequeños cursos, como "Introducción al Basic"-; cada vez ocupando más espacio en el papel los "festejos", que incluyeron cumpleaños, fotos; y los "Mensajes" -por caso, "En Normal, 1° 4ª es lo más" y otros más encriptados: "Alejandra: gracias por hacernos zafar de los chicos de Tapalqué".
Al pie de página, en cada edición, se indicaba: "Para dejar tu mensaje pasá por la redacción de 'Boleto para Pasear'. Burgos y Belgrano". Semana a semana, la urna destinada a los mensajes, colapsaba. También introdujo cambios en materia de diseño. Por caso, un recuadro o un pie de página volcado, con lo cual había que girar el diario 90 grados para poder leer los textos.
El Día de la Madre, o el aniversario de nacimiento de John Lennon, tuvieron en el "Boleto" ediciones especialmente dedicadas. La actividad de los centros de estudiantes de escuelas secundarias tuvo, en el Suple, un espacio permanente. El seguimiento de temas se dio semana a semana. Cuando Librandi, ya en el primer número del "Boleto" tuvo que presentar la temática, hizo algunos planteos y, a la vez, les dio voz a los actores: "Los centros de estudiantes secundarios. Quisimos hacer esto, incentivados, en gran parte, por tratar un tema relacionado con los jóvenes. Quizás hubiese otros temas mucho más importantes que tendríamos que haber tratado, pero pensamos que 'El centro de estudiantes en el colegio secundario' es un asunto muy importante y en estos momentos, debido a que en la mayoría de los establecimientos de nuestra ciudad se está produciendo la renovación de las autoridades de dichos centros". Una de las opiniones recogidas en el informe, expresada por una alumna, afirmó: "Realmente no se nos enseña a ser responsables". Otra destacó: "El centro no solamente debe ser un ente que se dedique a hacer obras y recaudar fondos, sino que el alumno debe discutir y participar en todo, tanto en la cátedra como en las actividades sociales del colegio, el centro debe englobar todo esto".
De ese modo, los jóvenes empezaron a ver reflejada su mirada en cada suplemento. Por otro lado, generó debates e introdujo encuestas. Una de ellas, referida a la participación de los alumnos, estableció que el 28% de los jóvenes creía entonces que había "poca participación" en los centros de estudiantes, el 32% que "había participación" y el 40% directamente que "no había". ¿El voto para la elección de los centros de estudiantes debía ser obligatorio? -fue la siguiente pregunta del sondeo-. El 52% opinó que "no", en tanto el 48 restante sostuvo "sí". Esta modalidad de encuesta fue también característica del suplemento joven de este diario.
Al inicio de los '90, muy lejos aún de las plataformas de streaming, se accedía a los filmes a través de los VHS -las salas de cine, por su parte, se habían extinguido-. Por entonces existían varios videoclubes en esta ciudad. En el "Boleto", en la sección creada específicamente, se hizo referencia a "Los jóvenes y el video en Azul", mencionada anteriormente. ¿Qué cuestiones se plantearon? "Hoy en día, el video tiene una notable repercusión entre los jóvenes, ya sea a modo de diversión o como educación, utilizado por las escuelas. En el video, reflejan sus sentimientos y actitudes, ya que es muy común, en la mayoría de los jóvenes, elegir un tipo de películas que, de algún modo, se vea reflejado en ellos [...] El video ha llegado a un punto en que se comporta como un lazo de unión entre los individuos, ya sea entre los jóvenes entre sí, entre los jóvenes y sus familias o entre distintas familias [...] En nuestra ciudad, el video se ha desarrollado considerablemente, existiendo muchísimos títulos que pueden ser consumidos masivamente". En esa misma edición, se hacían recomendaciones de títulos: fue el caso de "Blade Runner" y otros clásicos que se sugirieron ver desde el "Boleto".
Las nuevas tecnologías -de principios de los '90- fueron un tema con presencia permanente en el "Boleto". Una columna escrita por la profesora de Computación de nivel secundario, Alicia E. W. de Capra, describió las cinco etapas desarrolladas hasta ese momento y concluyó planteando que "la quinta generación de computadoras está todavía en la teoría; se prevé que no hará falta el teclado ni ningún lenguaje especial para comunicarse con el procesador. La comunicación se hará en el lenguaje corriente del usuario y el propio equipo hará los programas correspondientes". En otro texto señaló: "Quienes se sumen a esta sociedad inmersa en un sistema informático -sea empresa o particular- serán los que tengan mejores posibilidades, en tanto que los que se aferren a no integrarse a la misma, quedarán marginados de este proceso de cambio" (1990).
En la edición especial sobre Lennon, el "Boleto" incluyó el siguiente texto: "Cada uno debe realizar su propio sueño. No se puede esperar que Carter o Reagan o John Lennon o Yoko Ono lo hagan por usted.
"Uno debe realizarlo solo, ¿me explico? Es exactamente lo que dicen las grandes filosofías, los grandes maestros desde que comenzaron los tiempos.
"Todos ellos nos pueden enseñar el camino, dejar indicaciones en los libros, y nosotros podemos leerlas. No hay nada nuevo bajo el sol. Todos los caminos conducen a Roma. Y las personas no pueden hacerlo por uno. Yo no puedo curarte, sólo vos te podés curar a vos mismo", se citó en el "Boleto", para añadir: "Un modo de ver las cosas, verdadera filosofía, que quedó inscripta como uno de los últimos pensamientos de Lennon sobre la vida".
Fueron 33 ediciones del "Boleto para Pasear", durante el año 1990.
"Chau, hasta siempre. Nos vamos..." se titula, en la tapa del suple, la despedida. En la edición del 23 de diciembre de 1990, la última del "Boleto", se incluyó el siguiente texto, a modo de despedida: "En este año que se va pasaron, si se puede decir, cosas muy importantes. Algunas de ellas, modestamente, la aparición de 'Boleto para Pasear' el 6 de mayo de este año, que trató en lo posible de abrir un medio de comunicación entre los jóvenes y este matutino. En ese lapso de salida, desfilaron todo tipo de acontecimientos y personalidades. Desde aquellas dos primeras páginas hasta este último, llegamos a nuestro objetivo: un Suple de 8 páginas, y bueno... lujos son lujos".
Luego añade: "Durante 1990 sucedieron acontecimientos de gran relevancia para nuestra comunidad, que supieron ganarse el apoyo de todos los jóvenes y los no tanto. Y de esto cabe destacar la 'Semana del Estudiante', la que, con todos sus lauros muy bien ganados, supo demostrar que 'los estudiantes saben hacer algo más que ir al colegio'. En la edición anterior te informamos de la realización de este último Suple, el que seguramente regresará el año próximo, si es que ustedes lo creen conveniente. Desde este espacio, 'El Boleto' desearía agradecer a todos por su cordial apoyo, pero nos sería imposible y quizás en la lista nos olvidemos de alguien, por eso solamente te decimos: chau, hasta una próxima vez". El texto lleva la firma, de puño y letra, de su hacedor, Luis Esteban Librandi. Al año siguiente aparecería el suplemento joven "Submarino Azuleño".
Pero esa, es otra historia...
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