Opinión
8 de enero de 2022
Terminando el 2021, se inauguró en nuestra ciudad el Ateneo Barrial de Formación Política y Ciudadana "Alcira Argumedo", con la presencia del Sociólogo ambientalista Juan Pablo Olsson -hijo de Alcira Argumedo-, Marcelo Koenig, dirigente de la Corriente Peronista Descamisados, docente de UBA, UNPAZ y UNDAV, Alejandro Mosquera, referente del espacio político Soberanxs y presidente del IEFI, Mariana Catanzaro, abogada de APDH y docente en UNLP y Mirta Fabiana Millán, miembro de la Comunidad Urbana Pillán Manke de Olavrría y funcionaria promotora de la educación intercultural en la Provincia de Buenos Aires, con la moderación de Jotaele Andrade, vicepresidente del Ateneo. Dialogamos con su presidenta, la Abogada y Maestranda en Sociología Moira Goldenhörn.
-¿Por qué un Ateneo?
¿Por qué NO un Ateneo? (risas) No, fuera de broma, es una pregunta que nos han hecho mucho: por qué, qué finalidad perseguimos, qué nos mueve, incluso quién nos paga por hacerlo (risas) ¡y ojalá nos pagaran!... La realidad es que vemos que en Azul faltan espacios de encuentro, pero de encuentro profundo; no birrerías, digamos sino espacios dediálogo para el intercambio de ideas, emociones, sueños... Parece que la esfera comunitaria, la labor y sinergia comunitaria, estuviera únicamente reservada para "satisfacer necesidades básicas de gente pobre", ahí siempre hay posibilidad de "dar cosas"; pero hay muy pocos espacios donde encontrarnos cotidianamente en la diversidad de biografías a compartir quiénes somos, qué vivencias hemos transitado, qué sueños y anhelos tenemos y cómo compartirlos y potenciarlos en el intercambio con toda la comunidad.
-Suena bien, pero, ¿podemos ver todo eso como formación política y ciudadana?
Sí, por supuesto. Puede sonar raro porque en general se promueve desde los medios que "lo político" es algo "reservado a cierta casta", o "lo político partidario" que tiene como único fin lo electoral; cuando en realidad lo político es esencial al ser humano, los griegos ya hablaban de la persona humana como "animal político". Por ende, la política y el ejercicio consciente de la ciudadanía, son parte esencial de la vida; que muchas veces se transita desde lo inconsciente, es decir, no vemos las consecuencias sociales, las consecuencias políticas, de lo que hacemos -y también de lo que dejamos de hacer- cotidianamente.
-Qué interesante, ¿es un poco eso de "lo personal es político"?
Claro, exactamente, pero más allá de la frase que decimos siempre "lo personal es político", a la que quizás no damos adecuada lectura, debemos entender que es político sobre todo lo que hacemos directamente en la dimensión pública; y también lo que no hacemos y tiene repercusiones, esa omisión, en la esfera pública. Y digamos que hoy "esfera pública" incluye la actividad en redes sociales: vemos continuamente en las redes, pongamos por ejemplo los "forobardos" del muro del Diario en Facebook, se dan intercambios muy nocivos donde se expresan sentires y pensares sin ningún filtro ni relación con ningún hilo planteado; ahí queda patente que nos falta diálogo respetuoso, entendimiento entre ciudadan@s y también el espacio propicio para que se genere.
-¿Y no es un poco la norma del tiempo eso?
Sí, en general, sí; pero se intensifica en algunos contextos esa polarización, y ese cambalache que es FB donde se cruzan todas las clases sociales que no tiene correlato en el mundo "real" en nuestra ciudad. Vemos que se terminaron de conformar grupos cerrados de "amigos" que no se relacionan con el resto de los habitantes; incluso que la política partidaria se va cerrando en "clubes de amigos"; o mejor dicho, de "clubes antienemigos", porque no se puede hacer espacio al otro, al diferente, a quien "no es igual". Y en la ciudad, en el Partido con la ciudad y localidades, quintas y campos, habitamos personas muy distintas, en una diversidad que, si sabemos leerla, es maravillosa, tiene un enorme potencial para el desarrollo local y el buen vivir.
-Sí, es posible. ¿A qué te parece que obedece ese fenómeno?
Creo que una punta de análisis podría ser a partir de la aceptación indiscutida de la propuesta neoliberal del "no te metás" de los 70, del "por algo será", que empezó a desgarrar el tejido social mediante la desconfianza hacia el otro; a la vez que se proponía una "distinción" social frente a ese "aluvión zoológico" que lo había copado todo desde 1945: la lucha del pueblo contra sí mismo queriendo ascender socialmente no mediante el fruto del trabajo y el estudio como proponía el peronismo clásico, sino de prácticas sociales que imitan a la alta sociedad, es decir la timba especulativa del mundo financiero que prometía plata dulce y la "avivada" para procurarse de un capital sin trabajar, desde el saqueo y genocidio histórico del Siglo XV, hasta los 4 vivos de la "Patria Contratista", pasando por el despojo de Papel Prensa en mesa de tortura, las fumigaciones del monocultivo o la reducción servidumbre "tradicional" de las estancias: es muy difícil encontrar una traza limpia en la conformación de la masa del dinero de los "avivados".
-Entonces, ¿vos creés que tenemos ese tipo de "emprendedores" porque en esta sociedad se perdió "la cultura del trabajo"?
Y, sí; en cierta forma sí. Es que tenemos que entender algo, estos modelos sociales desalientan el trabajo, el esfuerzo, el real mérito. El problema de "la vagancia" como se dice, y lo complicado de quienes se manejan en la marginalidad que no trabaja ni estudia, es que son la imitación de los comportamientos de quienes "viven de vacaciones". Los pibes y pibas en los barrios también quieren plata dulce, plata fácil, y ahí tenés que saber que no son los planes los que procuran y promueven la vagancia: en nuestros barrios, a 20 cuadras de esta redacción, las chicas, niñas, niños, mujeres y feminidades son prostituidas a cambio de bienes inaccesibles para ellas o algún pequeño dinero, las más grandes de edad son usadas de mulas y transas para que traigan más plata junto la explotación sexual; hoy ser mamá o abuela a cargo de nietos, ante la falta de oportunidades reales, es "la oportunidad" para ser la "doña" del barrio, es decir, tener el negocio de fraccionamiento y venta en la casa familiar; y a los pibes se les ofrece la transa o el "robo por encargue" como el "trabajo" más accesible, ése para el que no te piden experiencia previa, secundario completo o referencias comprobables. Este conservadurismo es la cuna de la marginalidad y la falta de oportunidades reales ¿para qué se van a esforzar si nadie les va a dar laburo, si nunca van a poder ir a la universidad pensada para quien no trabaja, porque les hace cursar un día de mañana, otro de mediodía, otro de noche y dos a la siesta?
-Bueno, parece que estás pintando un horizonte algo distópico... ¿Esto lo ves como algo exclusivo de Azul o que se puede aplicar a otras ciudades?
Bueno, sí, distópico es si no hacemos nada para cambiarlo, el futuro no es inevitablemente malo. Por otro lado, no, no. No es algo que sea "azuleño", ni siquiera "de pueblo". Son las formas "conservadoras" de toda comunidad pequeña: puede ser un club, un trabajo como oficina o fábrica, u otra institución; o incluso un pueblo o ciudad chica donde "nos conocemos todos". Lo "conservador" de los grupos es lo que yo llamo la "mecánica social del privilegio", que se cuida "entre amigos" de "quienes no son nuestros amigos". Así maduran y se robusteccen criterios de meritocracia, aspiracionales, mediante dinámicas competitivas, de envidia, de "supervivencia social del más apto" en lugar de potenciar las singularidades en clave de buen vivir comunitario.
-Claro, ahí cierra el planteo del neoliberalismo en su faz social.
Exactamente, por eso decía que el neoliberalismo "armado" nos impuso el "yo me salvo" como pauta moral social, el "no te metás" de la mano de la bicicleta y la timba financiera como matriz económica, custodiado todo por la represión estatal y aplaudido por quienes disfrutaron las mieles de la plata dulce. Así fue y sigue siendo: con la miseria planificada -porque esa timba lo que trajo para las grandes mayorías fue cierre de fábricas con la profundización del extractivismo y fuga de capitales: monocultivo, migración interna del campo a la ciudad, crisis habitacional y humanitaria, fumigaciones, desertificación, incendios...-, se hizo cada vez más cruda la competencia, abonando el campo de la extensión de pensamientos del tipo darwinismo social, donde "sobrevive el más apto", o el "superior moralmente, superior estéticamente y coso" (risas).
-Me interesa esto que estás planteando, ¿es una suerte de lucha de clases? ¿qué ves de cierto en la teoría del derrame?
Lucha de clases, no; no necesariamente, o al menos no es eso lo que estoy planteando. El mundo cambió, tenemos que cambiar algunos conceptos a esta realidad y estos territorios; si hablara de alguna "lucha", diría que es de una visión de conservación de privilegios concentrados, frente a una visión de distribución equitativa y amplia {y en este esquema participan transversalmente todas las clases. Después, sobre "la teoría del derrame", lo único que los ricos derraman son pautas éticas, e imposiciones sociales, imposiciones estéticas, modas, etc. para poder "aspirar a ser como ellos"; y con esa zanahoria delante, adormecer al pueblo y seguir dividiéndolo, de modo de impedir la unión para la conquista y consolidación legal de derechos para todos y todas. Yo creo que lo que más ha prendido en el pueblo laburante en los últimos 50 años, y en la clase laburante desempleada que no pudo ya acceder al trabajo, a los estudios formales, fue principalmente la idea del "dinero fácil" en clave aspiracionista. Recordemos que en los tiempos del Estado de Bienestar en todo el mundo, los "parásitos", la "vagancia" eran los ricos, sin que nadie estuviera legitimado a preguntarse cómo fue que generaron su capital porque era causa para la represión del "comunismo". Por eso fue tan importante el peronismo, por dar sentido político integrado en un mundo capitalista y democrático al sujeto trabajador y la clase trabajadora, organizada en sindicatos para la conquista de derechos económicos, sociales y culturales. Hay que volver pensar el Estado, en clave histórica, pero con perspectiva de futuro para ser artífices de la superación de la crisis actual, siendo plenamente conscientes de que nadie se salva solo.
-Volviendo a la pregunta de más arriba ¿cómo podemos entender esta propuesta del Ateneo como formación política y ciudadana?
La idea global pasa, como decía, por acercar a todos los barrios de la ciudad, y también a las localidades, espacios de intercambio directo con referentes sociales, políticos de distintas vertientes, de la ciencia, productores agropecuarios, profesionales, académicos, etc. para ampliar no sólo las fuentes de información sino la información misma, lo que conocemos y nos debiera importar por las implicancias que tiene no conocerlo en la vida cotidiana. Como decía Bertolt Brecht, no hay peor analfabeto que el analfabeto político. Por otro lado, la idea es que quienes nos visiten sean diversos en su pensamiento, pero con un núcleo común: la soberanía, la independencia económica, la libertad en sentido comunitario, la diversidad cultural que reivindica nuestras raíces originarias, la justicia social como base de la paz social... La formación política y ciudadana pasa mucho por cimentar las bases de un acuerdo social en función de consensos básicos sobre lo que queremos y podemos como sociedad; tiene un enorme contenido ético-ciudadano en sentido de responsabilidad social solidaria, de ayuda mutua, de desarrollo mancomunado. No podemos pensar que alguien puede crecer solo, desarrollar sus capacidades solo por meritocracia y voluntad sin una sociedad que acompañe y un Estado que garantice la igualdad y la equidad.
-Y los ejes de formación ¿cómo se imparten en el Ateneo?
Desde la visión crítica, emancipadora y situada que adoptamos, la idea principal del Ateneo Barrial no es "impartir" formación, sino dar -y tener nosotrxs también- la oportunidad de ejercitar el pensamiento crítico e ir formando opinión fundada, autónomamente pero nutrida por una multiplicidad de visiones y opiniones. La propuesta es acercar elementos, pautas, guías, en base a experiencias concretas que no están presentes en la formación llamémosle "tradicional" de la escuela y el catecismo, digamos, e incluir también a quienes no transitaron esas instituciones por imposibilidad fáctica o elección personal de otro proyecto. También hemos tenido solicitudes para hacer ciclos formativos en particular sobre cuestiones sindicales, histórico-políticas, económico-financieras para el desarrollo personal y comunitario; así que lo iremos canalizando durante el año.
-Para ir finalizando, ¿el Ateneo es una propuesta ante la crisis de representatividad sobre la que escribías hace un tiempo en el contexto electoral?
Podría ser, no lo pensé, no lo pensamos así como en relación directa. Creo que la crisis de representatividad política es también ausencia de referentes autorizados para el pueblo, sobre todo en estos tiempos donde impera aún el modelo del eterno adolescente rebelándose contra sus padres, "el rebelde porque sí", rebelde sin una causa clara ni mucho menos justa que representa una opción para diversos grupos etarios, no sólo jóvenes. Yo veo una manifiesta necesidad de desatar pulsiones de muerte mediante la agresividad, una intolerancia supina hacia el diferente en tanto se lo considera marginal y la exigencia del amparo colectivo de esas violencias. Esto es lo más grave de la llamada "crisis de representatividad", darle la razón a Hobbes en esto de que "el hombre es el lobo del hombre" pero con un Estado que ampare la "libertad de atropellar gente borracho mientras pague las consecuencias" me da vergüenza ajena. No existe la libertad de contagiar COVID, o HIV, o de salir borracho a atropellar, esos no son Derechos Humanos ni el Estado está obligado a garantizar tales disparates, sino todo lo contrario, debe garantizar la salud, el bienestar, la seguridad -que también pasa por no ser atropellado por un borracho-.
-¿Cuál entienden entonces, desde el Ateneo, que debe ser el rol del Estado?
En la primer charla del Ateneo, tuvimos la presencia de Marcelo Koenig, docente de Teoría del Estado en UBA y materias afines en otras universidades, con él planteamos la necesidad de participación ciudadana, de recordar la Constitución de 1949, suspendida por un bando militar y nunca repuesta; con Alejandro Mosquera, también hablamos de distintos modelos constitucionales para la garantía y efectivo goce de los Derechos Humanos, de la participación de las mujeres, inédita en las dos constituciones que tuvimos; con Mirta Millán, tocamos el tema del reconocimiento a los pueblos indígenas en cuanto conformamos un Estado Plurinacional y la Ñuke Mapu como sujeto de derechos... todos temas que giran en torno a la ineludible necesidad de lo que yo veo como una reforma constitucional actualizada a los tiempos que nos tocan vivir. Tenemos hoy una Constitución del Siglo XIX, que además fue ilegítimamente puesta en vigor luego de ser derogada por una Convención Constituyente de amplia participación popular. La reforma parcial de 1994, es una buena base para pensar en la superación aggiornada en pleno Siglo XXI. Por otro lado, el Estado no es solo nacional, como miembro del Movimiento Arraigo creo en la gestión municipal como base de los cambios palpables, concretos y accesibles para el pueblo. En definitiva, creo que debemos rediscutir soberanamente el rol del Estado en sus 3 niveles, y de la política como lenguaje y estrategia de articulación de voluntades, recuperándola para todo el pueblo.
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