Por Ana Claudia Roche, de la redacción de DIB

Gustavo Moreno describe los días que vivió hace un mes atrás en Viena, Austria, con un velo de asombro que aún no le permite dimensionar su experiencia. Habla como si transitara una suerte de vigilia difusa, como si permaneciera en las hilachas de un sueño. Es que justamente, de sueños, oportunidades, esfuerzo, logros y sorpresas se trata su historia, la más reciente, la que le acaba de pasar. Historia que también hace pie en la infancia en Mendoza, en los tiempos en que su madre, pianista, le regaló el primer clarinete. Quizá en esos momentos, el chispazo del entusiasmo por el estudio y la música, comenzó a encenderse.

Gustavo Moreno tiene poco más de 40 años, es director de orquesta, clarinetista, es Director Artístico y Musical del Programa de Coros y Orquestas de la Provincia de Buenos Aires y acaba de ganar una medalla de bronce en la competencia "Johannes Brahms International Orchestral Conducting Competition" (Competencia Internacional de Directores de Orquesta Johannes Brahms), en la "10º edición del Festival Mundial de Orquestas" que se llevó a cabo en Viena, Austria, durante la última semana de julio.

No resta aclarar que Viena se conoce comúnmente como "la capital de la música clásica". Allí vivieron y trabajaron compositores como Wolfgang Amadeus Mozart, Johann Strauss, Franz Schubert y Joseph Haydn, entre otros. La tradición que dejaron semejantes antecesores en aquellas latitudes, se mantiene viva.

"Me llegó un mail, yo no sabía nada de esto ni me había anotado, me invitaron para dirigir y dar alguna masterclass nada más, ellos hacen una investigación y se ve que me encontraron, y más allá de todo lo que podía surgir, desde el primer momento, como siempre, dije 'voy'", cuenta Moreno a DIB sobre su primer contacto con la convocatoria.

Como la música, la vida tiene dinámicas, tempos, tonos, matices, sonoridades previsibles y, a veces, silencios y rupturas inesperadas. En 2023 Gustavo tuvo un accidente isquémico transitorio que le produjo una pérdida importante de la memoria a corto plazo y de los niveles de concentración. Esa situación lo llevó por varios estados anímicos, y tuvo que encarar un proceso de rehabilitación que lo ayudara a reencausar su carrera y a organizar sus tiempos de estudio.

"El músico desarrolla mucho la memoria, yo siempre dirigí sin partitura, con toda la obra incorporada en la cabeza, y de pronto me pasó de estar dirigiendo y no saber lo que estaba haciendo. Perdía la memoria de la última hora al momento presente, no me acordaba lo que hacía, perdí el auto un montón de veces, tuve que dejar de manejar", repasa sobre aquel evento que hoy, en un juego de contrastes, potencia los logros alcanzados.

La posibilidad de competir y quedar entre los tres mejores directores de orquesta del mundo llegó estando en el evento. "Por haber viajado desde Argentina, siendo único sudamericano, me ofrecieron hacer una excepción, me dijeron que si tenía material podía anotarme en la competencia. Les pasé dos videos que estaban bien, yo no soy mucho de eso, me evaluaron y pasé directamente a la semifinal", remarca, aún sorprendido. Para el concurso, Moreno envió un video donde dirige la Orquesta Estudiantil Montana de Esteban Echeverría, del Programa Coros y Orquestas de la Provincia de Buenos Aires, y otro junto a la Sinfónica de Florencio Varela. El repertorio fue clave, señala, ya que tuvo la suerte de que esas obras aparecieran en la competencia.

No obstante, antes llevarse el bronce, hubo otras sorpresas y vivencias impredecibles. "Di dos masterclasses: una con la Sinfónica del Palacio de Beijing, la "Beijing Fengtai District Children's Palace Little Star Folk Orchestra", en una situación especial ya que cumplían 70 años y por ese motivo trabajé con una orquesta juvenil con instrumentos antiguos, ya que plantearon un concierto de música tradicional, algo de otro mundo, conocía tres de los instrumentos, fue tremendo", repasa. Siguiendo en la línea de la música oriental, en la otra masterclass, trabajó con la Banda Sinfonica de Shanghai, la "Shanghai High School Wind Ensemble".

Luego de las clases magistrales, una vez más fuera de sus planes y entregado al devenir de la experiencia, Moreno fue convocado para dirigir el concierto de la orquesta de Beijing en una de las salas más emblemáticas de Viena, la Das MuTh Konzertsaal. Si bien el desafío fue enorme, la recompensa también. "Esa fue una noche de mucho estudio, tenía que incorporar todo el repertorio nuevo que conocí en la masterclass. Pero fue uno de los conciertos más lindos que he tenido", asegura.

Los premios

Después de compartir cenas con colegas, invitaciones a dirigir formaciones como la Orquesta de Cámara de Viena, de presenciar conciertos en las mejores salas de la ciudad y tomar contacto con el trabajo de músicos de decenas de países del mundo, llegó el cierre de la competencia.

La semifinal fue entre diez directores. "Se hizo el sábado por la mañana en la casa de Strauss, yo no lo podía creer, y esa noche me informaron que había pasado a la final", rememora, instancia que integró con otros cuatro participantes. De esos cinco mejores, Moreno obtuvo el bronce y se quedó con el tercer lugar.

Pero los días de ensueño y reconocimiento en Viena siguieron dando frutos. Moreno fue recibido por el Embajador de la República Argentina en Austria, Holger F. Martinsen, algo impensado en el momento que salió de Buenos Aires. Y faltaba algo más, el broche de oro de la aventura.

"Luego de la premiación, desde la organización del evento me dicen 'maestro no se retire que lo esperan en la oficina'. Me tenían preparado un contrato, me propusieron ser miembro del Comité Artístico del The World Orchestra Festival, en el que yo mismo competí, hasta agosto de 2029, lo que significa una agenda cargada de viajes, estar en el comité evaluador, dirigir distintas orquestas del mundo, ya tengo eventos programados en China, Portugal, Estados Unidos, no logro dimensionar, es muchísimo", reflexiona.

Trabajo, educación y el compromiso

Desde 2003, Gustavo Moreno trabaja en la Banda Sinfónica de La Fuerza Aérea, y en distintas agrupaciones como clarinetista solista. Desde 2018 es Director Artístico y Musical del Programa Coros y Orquestas de la Provincia de Buenos Aires, que depende de la Secretaría de Políticas Socioeducativas de la Dirección General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires.

Este programa ha transformado la vida de más de 16.000 niños y adolescentes, y de los adultos que trabajan con ellos. En este espacio, Moreno dirige la Orquesta Sinfónica Estudiantil Montana, formado por más de 360 estudiantes, y lidera la primera Escuela de Innovación Tecnológica aplicada a la Luthería en Argentina. A nivel institucional, se desempeña como Referente Regional del programa en la Región 5, que comprende los distritos de Almirante Brown, Esteban Echeverría, Ezeiza, Presidente Perón y San Vicente.

"Tenemos más de 16.000 estudiantes, 117 coros y orquestas, hay distintas agrupaciones, una pre orquesta con niños de 4 y 5 años que estudian violín; orquesta infantil, estudiantil, ensamble de vientos, de música popular", detalla Moreno, y analiza el impacto que puede tener su reciente experiencia entre los jóvenes de su pago chico: "Para ellos ver que su director esté compitiendo en las primeras ligas, en Europa, quiere decir que si yo llegué, con mucho estudio, con treinta años de formación, el mensaje es 'ustedes pueden, no termina todo aquí. Este logro es muy importante a nivel profesional y personal, y para el país, ya que quiere decir que nos están mirando, y para que nuestros jóvenes lleguen a otros lugares, hay que crear puentes, ya que lo que no se muestra no existe".

Este año, el lema del festival de Viena fue "Un futuro, nuestro mejor futuro", ya que apunta a la formación y desarrollo - principalmente - de orquestas infantiles y juveniles. En paralelo, Gustavo destaca que gracias al programa educativo bonaerense del cual forma parte existe la primera Orquesta Sinfónica Juvenil de la Provincia de Buenos Aires, formada por los 55 mejores músicos que salieron de las distintas orquestas escuela. Todo lleva a pensar que el enlace entre estos dos mundos sería, casi, un hecho, de cara a los próximos años.

"Tener esta orquesta con los mejores del programa, profesional, paga, es un salto grandísimo; estos chicos tienen que llegar a otros lados, creo que a través de esto (su reconocimiento internacional) van a pasar muchas cosas, voy a poder traer otras orquestas de países aquí, se vienen cosas buenas", augura Moreno. En esa línea, concluye: "Muchas veces luché con mis pensamientos, frustraciones, muchas veces me presentaba y no se daba. No hay que renunciar al sueño de uno. Hay que establecer metas, objetivos, trabajar para que los sueños se materialicen, y estar preparados para la sorpresa". (DIB) ACR