El intendente municipal Nelson Sombra, en diálogo con EL TIEMPO, se refirió a la serie de medidas de emergencia que dio a conocer el viernes pasado y cuyo objetivo principal es afrontar la crisis administrativa, económica y financiera que atraviesa la comuna. En ese marco, desde el Ejecutivo local se decidió -entre otras cuestiones- la reducción del sueldo del jefe comunal en un 30%, y de un 15% para el salario de los funcionarios políticos; como así también la suspensión de viáticos para los integrantes del gabinete; la reducción del 20% en compra de bienes y contratación de servicios; un máximo de 40 horas semanales para los empleados, la suspensión de horas extras, cobertura de vacantes y otorgamiento de nuevas funciones. Estas medidas entraron en vigencia este lunes y se extenderán por el plazo de 180 días.

"Las políticas que se han tomado en Nación aceleraron este proceso"

- ¿Cómo se llegó a la decisión de tomar estas medidas?

- Yo creo que la definición o la determinación de haber tomado las medidas que tomamos está relacionada con la pura realidad del contexto general. Es sabido que este Municipio tiene problemas económicos y financieros desde hace muchísimo tiempo; es sabido también que es el mayor empleador de nuestra comunidad. Ese me parece que es un dato a tener en cuenta, que evidentemente no se han hecho trabajos o tomado definiciones políticas para poder llegar a subsanar esta situación que tiene Azul, que no tiene industrias y que no tiene empresas porque la energía no alcanza para que se radiquen. Eso, por suerte, lo pudimos resolver y estamos ansiosos porque en algún momento se instale el transformador que repotencie la energía en un 50%, lo que va a permitir otras posibilidades de trabajo que no dependan solamente el Estado Municipal.

Y lo que queda claro, evidentemente, es que las políticas que se han tomado en el orden nacional aceleraron este proceso de decadencia que tiene nuestra comunidad.

"Adecuarlo a lo que el Municipio puede pagar"

- Una de las medidas que se tomó fue la de bajar su sueldo en un 30 por ciento y en un 15 por ciento el de los funcionarios, pero ¿Cómo impactan en el empleado municipal?

- Respecto al empleado, lo que hemos hecho es -en principio- no pedirle que venga a trabajar 48 o 45 o 42 horas. Le hemos reducido la carga horaria, porque es la forma de adecuarlo a lo que este Municipio puede pagar en estas medidas de emergencia y transitorias, que son de 180 días.

En definitiva, por ejemplo, el que hoy tenía 42 horas, con esta medida tiene una reducción -no sólo de la carga horaria sino obviamente también de su salario- del 5%; el que cumplía 45 horas del 10%; y el que tenía 48 horas del 15%. Esos son los porcentuales en los cuales va a mermar el salario de los trabajadores.

Nosotros anclamos las medidas en algunas definiciones: no despedir en este contexto tan complejo, garantizar la masa de salarios que se vuelca al comercio interno de nuestra comunidad, y volver a recuperar ese vínculo de confianza entre la ciudadanía y las distintas gestiones que han pasado, porque es evidente que se ha roto. Básicamente tiene que ver con eso. Tenemos que ser conscientes que la masa salarial del Municipio de Azul, en lo neto, es de más de un millón y medio de dólares por mes. A eso hay que sumarle las cargas sociales. Es un dinero muy importante para un Municipio que no tiene industrias, que no tiene empresas y también una una falta de servicios desde hace mucho tiempo. Sigue siendo una ciudad que tiene la mitad de calles de tierra y todavía hay focos de sodio, los amarillos.

Otro gran eje de erogaciones son los servicios tercerizados, como el de la recolección de residuos...

- ¿Se están analizando esos contratos?

- Hay tres ejes claros de erogaciones: la masa salarial, los contratos tercerizados de recolección de residuos y el sistema de salud en sí mismo. Cuando uno pretende renegociar convenios, uno es el de la recolección de residuos, pero también en el sistema de salud lo que es residuos patogénicos, oxígeno y otro montón de ítems que son muy onerosos y que hay que conversarlos nuevamente.

También hay una medida que es general para cada secretaría en lo que es bienes y servicios (todos los gastos corrientes que tiene cada área), los cuales también hay que reducirlos en un 20%.

Claramente esta decisión nos debe comprender a todos y a todas. O sea, todos vamos a hacer el esfuerzo, desde los comercios que van a tener menos ingresos porque hay una merma en la masa salarial, como los trabajadores municipales que hace mucho tiempo están acá, como los funcionarios políticos que son coyunturales.

La masa salarial de la planta política es sólo el 4.39% de la masa salarial general. Sobre un millón y medio de dólares o 1.500 millones de pesos, la masa salarial de la política es de 90 millones. No es significativa.

Eso se debe a que tuvimos la capacidad para que 27 de nuestros 53 funcionarios ya sean de planta. La ecuación es fácil: si un funcionario cuesta 1.000 pesos y el trabajador ganaba 800, no estamos haciendo 1.800 sino 200 pesos más para que ocupe ese lugar. Ahí ya hubo una merma significativa, más la que acabamos de plantear por decreto, que es el congelamiento de los aumentos de la planta política y el 15% de reducción de su salario, más los viáticos y todo lo complementario. Eso no alcanza a la gran masa de los trabajadores, donde se puede seguir discutiendo paritarias, en la medida que la podamos abonarla, por supuesto. Pero básicamente le bajamos la responsabilidad horaria. Ya no tienen que venir 8 horas de lunes a sábado, sino 8 horas de lunes a viernes.

"Hemos dialogado con todos los sectores"

- ¿Estas medidas fueron dialogadas con los gremios?

- Hemos dialogado con todos los sectores. No son medidas fáciles de asimilar, pero como lo he planteado el viernes, es la realidad, es la verdad y saben que se los hablo desde el corazón. No tengo ninguna otra intención que poder pagar los salarios de los trabajadores, tener un servicio de recolección acorde a las posibilidades que tiene este Municipio -que seguramente también se va a ver afectado- y que no es en contra de nadie, sino que es a favor de nuestra comunidad.

- ¿Es un mensaje para otros sectores de la política también? El Concejo Deliberante, por ejemplo.

- Sí, creo que fuimos explícitos. El viernes estaba el Presidente del Concejo Deliberante (Juan Louge). Como no puedo tomar decisiones sobre el Poder Legislativo. Los invitamos a que hagan lo que tienen que hacer.

- El gobierno bonaerense también está en un cuello de botella. ¿La ayuda de Provincia también ha mermado en este contexto?

- Sí, eso complica muchísimo. En el informe primero hicimos todo un racconto del contexto general. Ahí remarcamos que la coparticipación -los impuestos coparticipables, que son obligatorios y se los distribuye por ley casi de manera automática- para Azul bajaron en 1.500 millones en el primer semestre.

Toda esa recaudación, tanto sea nacional, provincial y municipal, es evidente que la sociedad no puede sostenerlo y por eso baja la coparticipación, que para Azul es un número muy importante. Es casi una masa salarial en su totalidad en el primer semestre.

"Siempre hemos tenido la voluntad de mostrar los números reales"

- Ya se está trabajando, ante este contexto complicado, en lo que es la ordenanza Fiscal Impositiva para el año que viene. ¿Cómo se ha avanzado en ese aspecto?

- Sí, se hacen reuniones periódicas y ahora cada vez más seguidas. Esta semana vamos a tener otra. Están participando algunos espacios políticos de la oposición y otros quizás se sumen... o no.

Vamos avanzando a paso firme ya con definiciones concretas en distintos ítems. Me parece que lo novedoso de esto -y por eso se ha podido avanzar- es que siempre hemos tenido la voluntad de mostrar las cartas, los números reales de este Municipio, para poder nivelar una discusión y poder avanzar hacia un objetivo en común. Si alguna de las partes hay cosas que no sabe o no tiene toda la información, es muy difícil ponerse de acuerdo porque cada uno arranca del lugar que concibe. Y eso lo hacemos con todos los sectores, con el rural en su momento, con los gremios, con la oposición política y creo que de a poquito se allana el camino y se es más consciente de qué es lo que tenemos que resolver.

Lo que hemos planteado ahora es que los trabajadores ya no concurran la cantidad de horas que tienen estipuladas, sino que el Municipio se debe adecuar a 40 horas semanales. Después estará la capacidad de directores, subsecretarios o secretarios para garantizar las prestaciones que tiene la comuna en ese rango horario. Lo que se puede analizar y modificar, mientras sean 40 horas semanales, son los días en lo que es más necesario atender la demanda.

"Un ahorro de un poco más de 2.000 millones de pesos"

- ¿Cuánto tienen previsto que varíe la situación con estas medidas de emergencia?

- Ojalá que cambie todo lo que tenemos previsto, que es un ahorro de un poco más de 2.000 millones de pesos, poder tener una matriz tributaria que contemple las erogaciones que tiene este Municipio y que de a poquito se empiece a recuperar.

Ante la pregunta acerca de si había que hacerlo antes, después o al medio, digo que se trata de un problema que tiene casi 30 años y que era como una granada que se fue pasando de mano en mano. A mí me tocó la que no tenía espoletas y lo tengo que resolver y me hago cargo de eso.

El mandato es por cuatro años y pretendemos que al final de esta gestión las cuentas estén saneadas y podamos tener un Azul que se pueda proyectar, que pueda decidir hacia dónde quiere ir y que cambie la realidad terrible que tiene desde hace décadas.

"El que conduce debe exponerse, sino sería una mentira"

- Siempre se habló del costo político que podrían tener medidas de estas características...

- Al que no asume situaciones incómodas o costos políticos, le sugeriría que haga otra actividad. El que conduce debe exponerse, sino sería una mentira. No cuestiono ni juzgo a nadie, pero muchos le han esquivado la discusión. Yo no tengo opción.

-¿Hablar de obra pública en este contexto es complicadísimo?

- Es complicado. Por administración no tengo dudas que es así. Ojalá que cuando tengamos la hormigonera, nos permita poder avanzar en algunas situaciones que hay pendientes y que nos resolvería en cuestión de egresos un porcentaje enorme. Una cosa es tercerizar y otra es hacerlo con mano de obra e insumos propios.

Lo que está viniendo es a través de la Provincia. Hubo cinco oferentes para la obra del Instituto 2. La verdad es que nos da una alegría enorme haber sido parte de eso. Ahí vamos a tener obra pública con la construcción del edificio. También hay unos programas de pavimento a través del Ministerio que conduce Gabriel Katopodis, lo cual anunciamos ya hace un tiempo atrás.

La cuestión está en que la Provincia hace adelantos y después cuando se certifica, manda el segundo. Pero son brechas de tiempo a veces muy largas y si el Municipio no tiene un sustento, se van paralizando obras. Y estás siempre permeable a que haya una devaluación u otra explosión inflacionaria donde después lamentablemente no se pueden hacer. Eso es lo que nos está pasando ahora.

Antes el Municipio se apalancaba de esos ingresos financieramente para sostenerse y pateaba la obra para adelante, pero cuando había un proceso inflacionario no lo podía hacer. Hoy estamos devolviendo todos esos anticipos que se fueron haciendo a lo largo del tiempo en el Partido de Azul. O sea, al problema que ya tenía Azul, a la baja de la coparticipación, al problema económico que está sufriendo la Nación, a nosotros se nos suma -además- la devolución de un montón de adelantos que hizo el gobierno provincial con obras que no se hicieron y que es plata que hay que devolver.

- ¿El proyecto de la hormigonera se realiza con fondos de Nación? ¿Tienen diálogo con referentes de ese ámbito?

- Sí, forma parte del programa Municipios de Pie. La verdad es que estoy teniendo diálogo con un coordinador regional que se llama Alejandro Speroni, a quien lo sentí con buena predisposición. Le aclaramos algunos datos que le estaban faltando, razón por la cual tendría que avanzar en esa propuesta... a no ser que tenga algún otro tipo de intención, que no me parece.