Tras redefinirse el concurso de delitos que le siguen atribuyendo, desde la Cámara Penal quedó confirmada la prisión preventiva para un joven que en marzo pasado se había fugado con otro -por entonces menor de edad- del Centro Cerrado "Leopoldo Lugones", hecho que implicó que tres guardias resultaran lesionados con facas que portaban ambos protagonistas de aquella evasión.

A través de lo decidido en segunda instancia, ese varón continúa imputado también por el hurto de un utilitario, ilícito ocurrido la misma noche en que se fugara del Lugones con el otro adolescente, actualmente ya mayor de edad.

Los hechos investigados datan del pasado miércoles 27 de marzo. Y aquel día personal policial había podido capturar a ambos jóvenes, a través de un procedimiento desarrollado instantes después de que se fugaran del instituto donde estaban privados de la libertad y se apoderaran del mencionado rodado.

Los dos fueron hallados en momentos que se habían detenido en una estación de servicios para, con el objetivo finalmente no concretado de huir de Azul, cargarle combustible al vehículo del que se apoderaron instantes antes: una Renault Kangoo propiedad de un herrero azuleño.

Ese utilitario fue sustraído cuando se encontraba estacionado en las afueras de la vivienda donde se domicilia el damnificado por aquel ilícito. Y pudo ser recuperado en el marco del operativo cerrojo desarrollado por la Policía, procedimiento a través del cual se hicieron efectivas las capturas de los dos internos evadidos del Lugones no bien fueron hallados en la "Axion" que está en Ruta 3 y Mujica.

Una cautelar que quedó confirmada

En segunda instancia, desde la Alzada departamental Damián Cini y Carlos Pagliere (h) confirmaron la prisión preventiva para el mayor de los investigados por estos hechos.

A través de lo decidido por unanimidad, ese joven ahora figura acusado de coacción agravada en concurso real con lesiones leves, ambas en concurso ideal con evasión; en concurso real con hurto agravado de vehículo dejado en la vía pública; todo agravado por la participación de un menor de edad.

El miércoles de la semana anterior se conoció la decisión de la Cámara Penal de ratificar que siga preso uno de los involucrados en esa fuga del Lugones sucedida hace seis meses.

A través de lo resuelto -el primero en votar a la única cuestión planteada fue el juez Cini- terminó siendo rechazado "por improcedente" un recurso de apelación presentado por la defensora Oficial Laura Serradell en busca de que se revocara la prisión preventiva del investigado.

La medida cautelar que ahora quedó confirmada había sido ordenada para el joven imputado por el magistrado Juan José Suárez desde el Juzgado de Garantías 3, a través de una resolución que data del pasado 23 de abril.

Actualmente de 19 años de edad, el acusado de los mencionados delitos se llama Franco Agustín Montenegro y es oriundo de la ciudad de Avellaneda.

Los jueces de la Alzada desestimaron también la pretensión defensista para que a ese joven no le atribuyan, a modo de una agravante, la participación de un menor de edad en estos hechos, teniendo en cuenta que al momento de ocurridos el otro interno que se fugó del Lugones tenía 17 años.

"Toda vez que la norma sólo exige para su aplicación la 'intervención' de un menor de edad -lo cual se encuentra acreditado y es un extremo naturalmente conocido por Montenegro, debido al trato que los mismos detentaban por hallarse privados de la libertad en el mismo instituto de minoridad- me pronunciaré por mantener la agravante en cuestión. He de remarcar que no invalida la aplicación de la figura más gravosa la circunstancia de que el inicio de las acciones delictuales haya sido llevada a cabo por el (otro adolescente) y que pueda haber sido aprovechada por Montenegro como invoca la recurrente, máxime si tenemos en consideración que el mayor, a partir de entonces, tuvo el dominio del hecho y no una mera posición de colaboración", escribió el camarista Cini en lo decidido.

Ese Juez hizo alusión también a que "la gravedad" de los delitos que le continúan atribuyendo a Montenegro y la pena que podría caberle de resultar condenado por esos hechos "constituyen parámetros válidos -según la norma- como para presumir la concurrencia de un peligro procesal de elusión del proceso", lo cual hace adecuado que siga privado de su libertad.

"Siguiendo estas premisas, en el presente caso se observa que de la escala penal contemplada para los delitos endilgados a Montenegro surge una pena en expectativa que se erige como un peligro procesal de elusión del proceso, dado que por la sanción prevista -tanto por su máximo como por su mínimo- la situación del nombrado no encuadra en los supuestos excarcelatorios", se concluyó para confirmar la medida de coerción ordenada para ese joven en abril pasado.

En tanto, al hacer mención a la gravedad del hecho que protagonizara junto al otro interno, desde la Cámara Penal se tuvo en cuenta "la desmedida violencia ejercida" por ese joven "contra agentes del Instituto donde se hallaba detenido": tres guardias que resultaron lesionados con armas blancas de fabricación casera que Montenegro y el otro adolescente -que después había sido trasladado a un instituto de La Plata- portaban cuando se evadieron. Y también se tuvo en cuenta en esta segunda instancia lo que había sucedido tras el escape de ambos del Lugones, "apoderándose ilegítimamente de un rodado con el cual pretendían alejarse de la ciudad"; al igual que "la fuga emprendida de a pie por varios metros al advertir la presencia policial en el sitio donde los causantes iban a cargar combustible" y terminaron siendo capturados.

Cuando el pasado 27 de marzo minutos después de la hora 21 Montenegro y el otro adolescente protagonizaron esta evasión del Lugones, ambos "coaccionaron al personal del lugar mediante la utilización de elementos corto punzantes y lesionaron a tres empleados, previo huir del sitio en el que se hallaban privados de la libertad".

Todo había comenzado cuando uno de ellos le pidió permiso para ir al baño a uno de los asistentes a cargo de su custodia.

Ese chico, en momentos que era acompañado al sanitario por dos guardias, tomó del cuello a uno de ellos y le provocó lesiones con la faca que portaba.

Después le ordenó que le abriera una puerta, mediante amenazas de seguir lastimándolo si no lo hacía, oportunidad durante la cual Montenegro -que también estaba armado con un elemento punzante de fabricación casera- se sumó a la agresión y lesionó a otra de las víctimas, en la previa a que los dos salieran corriendo hacia una puerta que les permitió acceder al patio del Lugones, desde donde saltaron un cerco perimetral que da al cruce de las calles Neuquén y España.

Una vez en la calle, a través de lo investigado pudo establecerse que Montenegro y el otro chico se apoderaron del utilitario, cuando ese rodado se encontraba estacionado sobre la Avenida 25 de Mayo, en la cuadra comprendida por las calles Darhanpé y Abeberry.

En ese vehículo lograron llegar a la estación de servicios donde personal policial, alertado de lo que había pasado, pudo capturar a los dos.

El dato

De acuerdo con lo informado ayer a EL TIEMPO por voceros allegados a la tramitación de esa causa penal que lo involucra, actualmente Franco Agustín Montenegro está preso en la Unidad 45, la cárcel perteneciente al SPB ubicada en la localidad platense de Melchor Romero.