Llega el verano, uno usa menos ropa, y en ese momento se empieza a notar esa gran enemiga de la autoestima: la panza. Es de las molestias estéticas que más afectan a los adultos mayores. Pero además, los especialistas alertan que tener un abdomen pronunciada puede ser indicador de graves problemas de salud. Hay que ver, entonces, cómo mejorar esa situación y "bajar la panza".

"En el ámbito médico se lo cataloga como 'síndrome metabólico' y es el resultado de una combinación de factores: colesterol alto, hipertensión, resistencia a la insulina, a largo plazo diabetes y arterosclerosis", indica la médica deportóloga Alejandra Hintze. Agrega que la primera causa de muerte de hombres mayores de 40 años son los infartos producto de los malestares mencionados.

La grasa abdominal rodea a varios de los órganos más vitales del cuerpo como lo son el hígado, el estómago y los intestinos. Se destaca por bombear varias sustancias inflamatorias, lo que interfiere con las hormonas que regulan el apetito, el peso, el estado de ánimo, la función cerebral y eleva los niveles de cortisol -hormona responsable de regular el estrés-. Por ende, no sorprende que esté asociado con un mayor riesgo de enfermedades.

Según desarrolla la doctora Hintze, en el caso masculino aparece con el aumento de peso ya que los hombres tienen mayor tendencia a acumular grasa central (abdominal). "Se sitúa por detrás del músculo del abdomen, es intraabdominal y es la que está asociada con más riesgo cardiovascular y aumento del colesterol. Distinto es lo que ocurre con las mujeres que tienen mayor predisposición a tener adiposidades, pero en caderas y es menos peligroso a nivel cardiovascular", aclara.

El envejecimiento también juega un papel importante. A medida que pasan los años, se pierde músculo, especialmente si no se mantiene físicamente activo. Consecuentemente, la pérdida de masa muscular hace que el cuerpo tarde más tiempo en 'gastar' las calorías, lo que hace que sea más complejo mantener un peso saludable.

"Es viable"

La doctora asegura que reducir la grasa abdominal "es absolutamente viable" mediante un plan de descenso de la grasa de todo el cuerpo. La solución no es otra que bajar de peso y sumar horas de ejercicio para ganar músculo.

"No hay otra salida que no sea hacer un balance calórico negativo -es decir, comer menos calorías de las que se gastan en el día- y mantenerlo equilibrado y sostenido en el tiempo", señala.

Ella aconseja ingerir unas 500 calorías menos de las que se usaron durante el día y comer saludablemente, "no a base de grasas sino de nutrientes", advierte.

Consejos de nutrición

Seguir un plan alimenticio saludable. Concentrarse en alimentos de origen vegetal, como frutas, verduras y granos integrales. Elegir fuentes magras de proteína como el pescado y los productos lácteos bajos en grasa y limitar las grasas saturadas, que se encuentran en la carne y en lácteos con alto contenido de grasa, como el queso y la manteca.

Mantener el tamaño de las porciones bajo control. Incluso cuando se eligen opciones saludables, las calorías se suman.

Reemplazar las bebidas azucaradas. Tomar agua o bebidas con edulcorantes artificiales.

Consejos de actividad física

Se recomienda hacer actividad aeróbica moderada, como caminar a paso ligero, durante al menos 150 minutos a la semana o actividad aeróbica vigorosa, como correr, durante al menos 75 minutos a la semana.

De todos modos la doctora Hintze asegura que "no hay ningún ejercicio que no sirva". Así que "todo ayuda, si uno puede caminar, que camine; si corre, que siga corriendo; y si levanta pesas, que siga con eso y aumente la carga. Hacer fuerza en el gimnasio y aeróbico, subir escaleras, hacer bicicleta, nadar, cualquier ejercicio que sea fácil y que se disfrute es lo mejor". (DIB)