HISTORIAS&PERSONAJES
Tiene 51 años, es costurera de calzado, bolsos, mochilas y morrales, un oficio que comenzó hace 10 años. A pesar de ser costurera, su mayor sueño siempre fue ser enfermera. A los 40 años, decidió anotarse en la secundaria y, hace dos años, recibió de enfermera. Además de atender a sus pacientes particulares, trabaja arduamente en la zapatería de su pareja, Andrés, quien le enseñó el oficio. Aunque llevan 16 años en pareja, Juanita ha logrado combinar con éxito su pasión por la costura y su vocación por la enfermería.
16 de diciembre de 2024
Juanita Binzguna tiene 51 años, tres hijos y tres nietos. Es una mujer que, a lo largo de su vida, ha demostrado tener una gran capacidad para afrontar los retos que le presenta la vida. Aunque su oficio principal es ama de casa, su habilidad para adaptarse al trabajo y su determinación la convierten en una persona admirable. A pesar de los años, nunca ha dejado de perseguir sus sueños y ha logrado mucho más.
Pasadas sus cuatro décadas de vida, Juanita decidió terminar el secundario, un paso importante que marcaría el inicio de nuevos desafíos. Más tarde, cumplió su sueño de estudiar enfermería, lo cual siempre había querido
Además, Juanita mantenía una relación de confianza con Carlos Andrés Martínez, un zapatero que conocía desde hacía muchos años. Este vínculo de confianza fue el que permitió que, en algún momento, ella le pidiera trabajo en su taller para ayudar en la limpieza. Sin embargo, el destino tenía planos más grandes para ella. Un día, Carlos Andrés, al ver su dedicación y ganas de aprender, le propuso coser en el mismo local, lo que marcó un nuevo capítulo en su vida.
Desde entonces, hace más de una década, Juanita ha logrado combinar sus habilidades de enfermería con su pasión por la costura. No hay tiempo en solitario.
Juanita es la prueba viva de que todo lo que uno se proponga en la vida, se logra.
Fue así que Juanita y Andrés están juntos, como pareja, hace 16 años porque detrás de estas memorias hay una historia de amor.
Si bien desde hace mucho tiempo se conocían, Juanita necesitaba trabajar para solventar los gastos pertinentes de sus tres hijos y Andrés le enseñó el oficio de zapatero pero sobre todo la parte de la costura. Después "se fue dando" la relación tal como lo marcó la pareja.
Juanita terminó el secundario a los 45 años y a los 49 era enferma.
"Aprendí a hacer costura"
En primer lugar Juanita comentó que "en realidad conocía a Andrés, ya estaba separada hace años y la idea que yo tenia era limpiar. Pero él me ofreció coser. Ahí arrancó todo".
Recordó que "me dijo ¿'te animas a aprender, yo tengo necesidad y no tengo problema'. Así que aprendí a hacer costura, todo desde cambios de cierre, refuerzos. Es decir pegado y costura".
De la misma forma sostuvo que "paralelamente hice un camino, estudié de adulta en el Plan FinEs y luego, estudié enfermería, que fue mi anhelo de toda la vida. Aunque no se consigue trabajo porque con la edad que tengo.... Pero atiendo a mis pacientes particulares".
Juanita y Andrés son un gran equipo, no solo laboralmente sino en otros ámbitos de sus vidas. Pie de foto 13 juanita
"Es decir que me recibí a los 49 años. Ahora a las 20 (del miércoles) tengo que ir a bañar a una paciente, por ejemplo. Trabajo de noche acompañando a una señora que la conocí en el sanatorio, porque estaba cuidando un hombre falleció y seguí con ella, pero siempre he trabajado con adultos mayores. A mí me gusta el adulto mayor, y la costura también me gusta mucho".
"Complemento los arreglos con la mirada femenina"
Con relación a la zapatería, informó que "hacemos bolsos, valijas aunque son las menos y sino derivamos".
Juanita se describió de bajo perfil, si bien ella atiende a la gente, "'pero la realidad es que vienen a hablar con Andrés por los arreglos. Él hace los arreglos y yo los termino porque los complemento con la mirada femenina que ya es otra cosa".
Juanita además de sus tres hijos tiene a sus nietos: Olivia de 2 años, Melody de 2 y Valentino de 7, que pasó a segundo grado.
Fue consultada sobre si alguna vez se imaginó que iba a terminar siendo zapatera, expresando que "¡no, jamás!. Incluso está mi hijo que hace media suela, de todo pero Joaquín y yo ayudamos".
De la misma manera señaló que "me doy mucha maña para reciclar si no tienen arreglo, pero no hacerla de cero incluso hay carteras que no sé hacerla. Sé hasta dónde doy, cuáles son mis limitaciones".
"Incluso yo no me arreglo, ni me peino, me gustan las cosas sencillas, ayudar mucho. Esos son mis premisas y lo hago a través de mi profesión".
"Acá viene gente que no tiene muchos medios y yo le digo a Andrés: 'vamos a arreglárselo igual'", manifestó Juanita.
Post pandemia: "Es impresionante la cantidad de gente que arregla sus calzados"
Por su parte Andrés, informó que "después de la pandemia es impresionante la cantidad de gente que arregla sus calzados por la situación económica. Lo que pasa que no hay zapateros, es un oficio en extinción, a veces tenemos tanto trabajo que derivamos. Los últimos dos o tres años la situación fue tremenda. Y no hay aprendices, lamentablemente por las leyes laborales no se puede tener un aprendiz porque terminás en un problema, enseguida te denuncian. Igual hay un amigo mío de 30 años que está aprendiendo".
Retomando la vida de Juanita en la zapatería, hay que tener en cuenta que no hizo cursos de costura.
"Arranqué cambiando cierres y tardaba dos horas, ahora en 10 minutos con los ojos cerrados, lo hago. Como todo, le fui tomando la mano, además me gusta y cuando a uno le gustan las cosas le pone más empeño. Son accesibles en cuanto a materia económica los arreglos", sostuvo.
Juanita al igual que Andrés se refirió a la cantidad de trabajo.
"A principio de año tenemos muchos arreglos por el comienzo de clases o cuando la gente arranca las vacaciones que tienen un cierre roto de algún bolso o lo que sea", manifestó.
Andrés aportó que "el trabajo 'fuerte' es de marzo a noviembre, ahora en el verano afloja. Ahora por las fiestas traen las mujeres cambia la media suela o la gomita para que el calzado no haga ruido".
"Aun no tengo ganas de jubilarme, me falta mucho todavía pero tengo mis aportes hechos. Además, me ocupo de mi casa, salgo con mis amigas, con Andrés, hemos ido a ver recitales, de vacaciones, soy simple pero cuando no me gusta algo, lo digo. Considero que es muy cierta la frase: 'detrás de un gran hombre hay una gran mujer'", sostuvo.
"Andrés el pasado sábado me hizo un asado por mi cumpleaños. Hemos hecho muchas cosas juntos, tiramos para el mismo lado, se complica a veces pero él se hizo su casa, me incentivó para estudiar, así que el año que viene o el próximo nos instalamos en otro lugar. Es un muy buen compañero".
Culminó "todo lo que logramos fue a fuerza de sacrificio porque trabajábamos sábado y domingo cuando queríamos terminar la casa, había que meterle pata".
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