ENTREVISTA. Más que madre e hijo: una historia de complicidad y lucha

Por Laura Méndez de la

Redacción de El Tiempo

Mirta Guinar, de 64 años, es una mujer de enorme fortaleza y amor incondicional. Es madre de diez hijos, pero hay uno en particular que marcó su vida de una manera única: Rodrigo Garttland, su hijo de 24 años, quien padece Síndrome de Down y concurre al Centro de Día Vivencias.

Desde el momento en que supo de su condición, su vida cambió para siempre, pero no con tristeza, sino con la determinación de darle lo mejor.

El camino no fue fácil. Cuando Rodrigo tenía apenas un año y dos meses, debió ser sometido a una delicada cirugía del corazón, en la que le colocaron un stent. Ese fue uno de los momentos más difíciles de su vida, pero Mirta nunca permitió que el miedo la paralizara. Se convirtió en una madre aún más fuerte, capaz de enfrentar cualquier obstáculo con tal de ver a su hijo feliz.

Mirta recordó- en diálogo con este diario- con claridad el impacto que sintió al recibir el diagnóstico. No fue sencillo, hubo incertidumbre, preguntas, en su mayoría con respuestas pero miedos sobre el futuro. Sin embargo, con el tiempo entendió que más allá de cualquier condición, su hijo era, ante todo, un ser lleno de amor, alegría y ganas de vivir.

Desde entonces, dedicó su vida a garantizarle bienestar, educación y felicidad.

A pesar de ser jubilada, Mirta continúa trabajando. No porque le sobre la energía, el dinero; sino porque quiere asegurarse de que Rodrigo tenga todo lo que necesita. Alquila una casa humilde y, aunque las dificultades económicas no pasen desapercibidas, nunca quiso pedir ayuda.

Su convicción es firme: no quiere ser una carga para sus otros hijos. Prefiere valerse por sí misma y seguir adelante con la frente en alto.

La relación entre ellos es especial, llena de complicidad. Más allá del lazo de sangre, comparten una conexión única. Durante la entrevista, Rodrigo no solo estuvo presente, sino que participó con intervenciones espontáneas y miradas cargadas de afecto. Cuando Mirta hablaba de él, sus ojos brillaban de emoción y orgullo. Y al final, como si entendiera la importancia del momento, Rodrigo la aplaudió con entusiasmo, como si celebrara su historia, su esfuerzo y su amor inquebrantable.

Para muchos, la maternidad es un acto de entrega, pero para Mirta es un verdadero desafío de vida. No solo se trata de criar a un hijo, sino de dedicarle tiempo, paciencia y sobre todo, amor infinito. Rodrigo es su mayor orgullo, su alegría diaria, su razón de lucha. Y aunque el camino estuvo lleno de pruebas, ella sabe que todo valió la pena. Porque más allá de los diagnósticos y las dificultades, Rodrigo es, ante todo, un ser maravilloso, y ella, una madre ejemplar.

"Sinceramente pensé lo peor"

En primer lugar, Mirta fue consultada cómo fue su embarazo, recordando que "fue totalmente normal y Rodrigo al ser el menor de mis hijos tenía más experiencia. En las ecografías me dijeron que tenía un problema pero no que era Síndrome de Down. Así que cuando nació, el parto fue natural, hubo cierta resistencia para manifestármelo, pero después sí. En ese momento tenía 40 años y ni siquiera sabía de qué se traba esa condición. Así que me explicaron".

Asimismo continuó "recuerdo que cuando observé que se llevaban a Rodrigo al nacer y yo ya sabiendo eso, me tuvieron que poner oxígeno, sinceramente pensé lo peor".

"Después cuando ya me explicaron qué era, lo internaron. En ese momento estaba con su papá, nos separamos cuando él tenia 12 años, pero la realidad es que lo crié sola", señaló.

Retomando el día del natalicio de Rodrigo, expresó que "cuando lo ví en la cuna observé anomalías físicas, y al principio lo trataba con mucho cuidado, le hicieron una serie de estudios y análisis hasta que finalmente lo sometieron a una cirugía del corazón en Buenos Aires cuando apenas tenía un año y dos meses. Posteriormente lo llevé a estimulación".

Insistió "lo crié sola, somos muy unidos, él es muy bueno y actualmente se puede arreglar solo".

Ejemplificó que "se baña solo, se arregla la cama, se hace el té, se hace una milanesa, barre, me ayuda mucho y habla muchísimo, es extrovertido".

"Él está contento y yo, eternamente agradecida"

En segundo término, durante la etapa escolar, la valiente mamá contó que "fue a escuelas especiales y ahora concurre a 'Vivencias' y hace natación. Con relación a 'Vivencias' son excelentes todos, son excelentes personas, él está contento y yo, eternamente agradecida".

En cuanto a cómo solventa los gastos de Rodrigo teniendo en cuenta que está sola y es jubilada, explicó que "trabajo, soy empleada doméstica, todo sea para que a él no le falte nada. De hecho si estuviera sola me alcanzaría, por lo menos para sobrevivir, pero lo hago por Rodrigo".

Mirta alquila, trabaja y el resto de su tiempo lo invierte en su hijo menor. Son muy compañeros, bastaba con las miradas cómplices entre ellos para darse cuenta.

"A Rodrigo lo crié igual que a todos"

Con respecto a la crianza, Mirta sostuvo que "a Rodrigo lo crié igual que a todos. Es decir al principio, como mencionaba anteriormente, le tenía lástima, pero cuando concurría a estimulación, me dijeron 'tratalo como al resto de tus hijos, no le tengas lástima' y así fue. Siempre le puse límites, solo de chico hubo situaciones incómodas pero le puse límites y ahora es una dulzura".

En ese sentido especificó que "quizás sí hay que tener más cuidado porque no anda solo por la calle, pero hace caso y es buenísimo. Le teme a los autos, es inocente y sólo anda conmigo".

Es evidente que Mirta lo estimuló muchísimo y ahora tiene iniciativa para hacer actividades, le gusta.

Continuó sosteniendo que "uno de mis hijos se lo lleva al campo, tiene caballos de polo y a Rodrigo le encanta. Se adapta a todo".

Con respecto a si es consciente de lo que hace en su rol de madre, Mirta manifestó que "yo me siento bien gracias a Dios. Siempre sostengo:

'mientras yo tenga salud y trabajo a Rodrigo no le va a faltar nada'. Por otra parte trato de no molestar al resto de mis hijos que ya formaron sus propias familias. Rodrigo ama a todos sus hermana/os. Es muy sano, solo toma medicación para la glándula tiroidea, lo llevo en remise para todos lados porque no tengo moto, nada, nos manejamos como podemos".

"Dios me mandó a Rodrigo, estoy muy agradecida con Él"

También continuó contando que lo lleva a la escuela, comparten algunas comidas, mira 'El Chavo del 8', la acompaña y como decía, hasta realiza tareas de la casa.

Consultada Mirta si Rodrigo tiene novia, mencionó que no, pero Rodrigo interrumpió la charla diciendo que si. Mirta lo miró fijamente y él sonrió.

Posteriormente contó que "hacemos muchas cosas juntos, somos muy compañeros. Dios me mandó a Rodrigo, estoy muy agradecida con Él. En verano Rodrigo se queda en casa y puedo trabajar tranquila porque nunca hizo nada malo. Igual donde alquilo hay otra casa atrás y lo vigilan; y nunca tuve una queja".

"Pero logré esto con mucho límite, me ayudó la experiencia de los otros 9 para ayudarlo a crecer".

Por último Mirta conmovida admitió "me da temor el día que yo ya no esté en este plano, pero lo hablo con el resto de mis hijos para lo cuiden y están comprometidos con su hermano".

Detalló al respecto "sus hermanas, Yanina y María de la Paz y sus cuñados lo quieren mucho, están muy presentes".

Acerca de que si sufrió discriminación, enfatizó en que "no, solo en la calle los nenes lo miran pero no dejamos de salir por eso".

En esta instancia, rememoró que cuando se separó del papá, él tenia 12 y le afectó, si bien yo le decía que estaba trabajando....

"En la actualidad los hermanos lo llevan a verlo, sí me pone mal que no venga a preguntarme si le hace falta algo pero nos arreglamos solos y somos felices".

Mirta: '...mientras yo tenga salud y trabajo a Rodrigo no le va a faltar nada'. Por otra parte trato de no molestar al resto de mis hijos que ya formaron sus propias familias. Rodrigo ama a todos sus hermana/os".