Por Ramiro Ortíz (*)

Especial para El Tiempo

Desde la elevación de los proyectos de Ordenanzas Fiscal e Impositiva, me pronuncié en contra de la creación de la tasa de servicios esenciales en el partido de Azul, la que fue aprobada por el oficialismo el pasado 5 de diciembre. Voté en contra junto con otros concejales de la oposición, ya que consideré entre otras cuestiones que dicha tasa es "inconstitucional, confiscatoria y regresiva".

La tasa de servicios esenciales tiene por hecho imponible la supuesta "prestación de los servicios esenciales de salud, educación, deporte, inclusión de la discapacidad, cultura, esparcimiento y transporte y los servicios de ornato y señalética de calles, mantenimiento y conservación de plazas, paseos, parques infantiles".

Cabe recordar que los inmuebles urbanos pagan mensualmente el equivalente a 1 o 2 litros de gasoil común, según la zona en la que se encuentran ubicados; mientras que los inmuebles rurales tributarán el equivalente 1 litro o 1/2 de gasoil común -dependiendo la zona rural donde se ubiquen- por hectárea de manera mensual.

Los motivos de mi rechazo a la tasa, que pretende cobrar un monto variable según el precio del gasoil a todos los inmuebles urbanos y a las 640 mil hectáreas productivas del partido, para financiar los servicios públicos que brinda el municipio.

"La tasa es inconstitucional porque viola el principio de legalidad tributaria, al no tener una base imponible clara y establecer un valor arbitrario. Además, es confiscatoria porque afecta de manera desproporcionada a los sectores productivos, especialmente al campo, que ya pagan otros impuestos como el inmobiliario rural y el mantenimiento de la red vial rural", etc., etc. Y es regresiva porque no respeta el principio de capacidad contributiva, sino que castiga a los que más producen y generan empleo que beneficia directa o indirectamente a todo el Partido de Azul.

Es decir que no se identifica con la creación de la nueva tasa de servicios esenciales una contraprestación concreta y determinada para con los vecinos que están obligados al pago de la misma, toda vez que la Municipalidad de Azul, estaba obligada con anterioridad a la prestación de salud, educación, deporte, inclusión de la discapacidad, cultura, esparcimiento y transporte y los servicios de ornato y señalética de calles, mantenimiento y conservación de plazas, paseos, parques infantiles.

Respecto a la imposición de este tipo de tasas (impuestos) es necesario recordar que la Corte suprema de Justicia de la Nación recientemente ha dejado en claro que puso un freno al cobro de tasas con hechos imponibles que no identifican servicios concretos y vinculados a contribuyentes determinados de quienes se pretende el pago a título de contraprestación (Laboratorios Raffo S.A. c. Municipalidad de Córdoba-Fallos Corte: 332:1503).

También cuestioné en diciembre pasado desde mi banca de Concejal, y en declaraciones públicas, el procedimiento con el que se aprobó la tasa, sin tener en cuenta la opinión de los productores agropecuarios, que se manifestaron en contra de la medida con protestas frente al municipio. "Nos parece una falta de diálogo y de consenso por parte del oficialismo municipal, que no escuchó a los actores de la comunidad, que son los que conocen la realidad del campo y de la economía local. Nosotros propusimos que se rediscutiera la tasa con la participación de los productores, los comerciantes, los vecinos y las entidades intermedias, para buscar una solución alternativa que no perjudique a nadie", señalé, pero evidentemente no fuimos escuchados.

Así también, planteé que la tasa se postergara hasta que asumiera el nuevo Concejo Deliberante, que tendría una composición diferente y más representativa de la voluntad popular expresada en las últimas elecciones. ya que no nos parecía que se haya respetado la voluntad. Me parece que se apuraron a aprobar la tasa antes de que cambiara el escenario político, sin tener en cuenta que el pueblo votó por un cambio. Creemos que el nuevo Concejo Deliberante debió tener la oportunidad de revisar la tasa y de hacer las modificaciones que sean necesarias para que sea más justa y equitativa.

También reafirmo que la tasa es una aberración jurídica, que no tiene ningún sustento legal ni técnico. Es una improvisación del Intendente por parte de un acuerdo político de espaldas a los vecinos y a la producción por parte del ex intendente Bertellys y el actual intendente Sombra. Es una medida que va a generar más conflictos que soluciones, ya que muchas personas no van a pagar dicha tasa o van a judicializar la misma, cuestiones que demás está decir, han ocurrido y están ocurriendo. De hecho, en nuestro estudio jurídico hemos recibido muchas consultas para iniciar acciones judiciales que impidan el cobro de esta tasa que en realidad es un impuesto encubierto, toda vez que no hay una prestación determinada y para con los ciudadanos obligados a su pago.

Creo que más allá del eterno déficit municipal, esta tasa solo se creó por un prejuicio ideológico; la tasa es una extorsión al campo, que es el motor de la economía de Azul y de la provincia. Es una forma de castigar al que produce y al que trabaja, y de beneficiar al que vive de la política. Es una medida que va en contra del desarrollo y del progreso de nuestro partido.

La creación de esta nueva tasa (Servicios Esenciales), es una forma de desconocer la voluntad popular y de imponer un modelo autoritario y populista, ya que el 70% de los azuleños votaron una alternativa distinta al actual gobierno municipal, que por supuesto fue elegido en forma legítima y democrática. Es una medida que ya tiene el rechazo y la resistencia de la mayoría de los azuleños.

Hubiese sido muy bueno que el nuevo gobierno municipal en vez de crear un nuevo impuesto antes de asumir, hubiese demostrado señales claras de austeridad en la administración, tomando medidas ejemplificadoras como por ejemplo achicamiento real planta política, retiro de automóviles oficiales y celulares a funcionarios a funcionarios políticos, ya que la ciudadanía está inmersa, en un contexto económico social dificilísimo, recesivo de alta inflación y pobreza, que es consecuencia directa del despilfarro de los cuatro años de gobierno populista de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner.

Es de esperar que las autoridades locales dejen sin efecto la tasa de servicios esenciales y efectúen el ahorro y la eficiencia necesaria en la administración municipal para llevar a cabo una gestión austera y ordenada estableciendo prioridades de gestión, cuidando los recursos que se generan con el esfuerzo de la sociedad toda, tal cual esperamos la mayoría de los azuleños.

(*) Dirigente del PRO Azul. Ex concejal y presidente del Bloque PRO.