Luego de que a principios de abril pasado había ingresado portando un arma blanca a un comercio situado en la zona céntrica donde mantuvo cautivo por algunos instantes al joven que estaba atendiendo ese local, el protagonista de aquel episodio delictivo fue sentenciado a dos años y seis meses de prisión de cumplimiento efectivo.

Voceros judiciales informaron a EL TIEMPO que lo decidido surgió de la tramitación de un juicio abreviado cuyo fallo se dio a conocer el martes de esta semana.

De 34 años, el encausado es un azuleño llamado Jonathan Daniel Dupuy, quien continúa privado de su libertad en la Unidad 7.

Personal policial lo había arrestado el mismo día de sucedido aquel hecho por el que resultó condenado en este juicio abreviado, el cual quedó definido por el delito de privación ilegal de la libertad.

Aníbal Álvarez, el magistrado a cargo del Juzgado Correccional 1, le impuso la referida sanción al declarado autor del ilícito.

El monto de la pena dictada a ese hombre fue el mismo que habían acordado las partes que intervinieron en este proceso: la fiscal Laura Margaretic y Pedro De Luca, el defensor Particular del imputado.

A través de lo decidido, también el titular del Juzgado Correccional 1 consideró para Dupuy una sola circunstancia y de tipo agravante: "los antecedentes condenatorios" que ya registraba al momento de cometido el hecho materia de este proceso.

Ese incidente se remonta a lo sucedido durante las primeras horas del pasado 3 de abril en un kiosco ubicado en una de las esquinas de las calles Yrigoyen y Moreno.

Aquel día miércoles se hizo presente en dos oportunidades en ese local situado en la Galería Piazza. En una primera ocasión fue en busca de un cigarrillo. Y en una segunda oportunidad, cuando era alrededor de la hora 2:30, para concretar -en perjuicio del joven que atendía el comercio- el hecho por el que resultó condenado en esta primera instancia.

Evidenciando un agresivo accionar, una vez que regresó al kiosco lo primero que hizo fue amenazar en reiteradas ocasiones con un cuchillo de fabricación casera a la víctima, a quien también -sin evidenciar en ningún momento intenciones de robo- la mantuvo encerrada dentro del local durante unos minutos.

De lo sucedido fue alertada la Policía, por lo que al hacerse presente varios efectivos de seguridad en las afueras del negocio Dupuy depuso su actitud y decidió entregarse.

"Loco, vení para acá porque te pincho. Quedate tranquilo y hacé lo que te digo... trabá las puertas del kiosco, no te vas a ir de acá, dale gil", se refería en las actuaciones penales que el agresor le dijo al joven que atendía el kiosco no bien regresó a ese local para mantenerlo cautivo, ocasión durante la cual -para amedrentarlo- le exhibió el arma blanca que aquel miércoles 3 de abril portaba.

El empleado pudo accionar un botón antipánico mientras el hecho sucedía, por lo que desde la Policía se tomó conocimiento de lo que estaba pasando en ese local céntrico e instantes más tarde varios efectivos de seguridad concurrieron en diferentes móviles para intervenir en el caso.

Desde las afueras del kiosco esos agentes observaron a Dupuy mientras dentro del local mantenía privada de la libertad a su víctima, que resultó ilesa durante lo ocurrido.

En un principio, a pesar de que le ordenaban que se entregara, el ahora condenado en este juicio abreviado no hacía caso a lo que los policías le decían.

Al mismo tiempo, al empleado víctima lo obligó a cerrar con llave la puerta del local y a que también bajara las cortinas de las vidrieras.

La situación se extendió por alrededor de quince minutos. Concretamente, hasta que Dupuy decidió entregarse, por lo que la puerta del negocio se abrió, el empleado al que tuvo privado de la libertad salió caminando por sus propios medios y posteriormente el personal policial lo arrestó, luego de que sobre el mostrador del kiosco dejara el arma blanca que utilizó para cometer este hecho.

"Ya está. Andá, abrí la puerta, perdí", le ordenó el agresor a ese joven al que mantuvo cautivo una vez que decidió entregarse.

El dato

Una pericia psiquiátrica y otra psicológica practicadas al azuleño condenado en este juicio abreviado concluyeron que al momento de cometer el hecho "comprendía la norma y lo disvalioso de las consecuencias de su conducta", puede leerse en el fallo. Además, las especialistas que se entrevistaron con Dupuy concluyeron que "no presenta psicopatología que implique riesgo cierto para sí o para terceros".