Emmanuel Cuevas, de 35 años, ha estado trabajando como paseador de perros durante los últimos dos años, destacándose por su dedicación y por priorizar la comodidad y felicidad de los animales. Para garantizar el bienestar de cada perro, asegúrese de pasearlos con todos los cuidados necesarios, evitando mezclar perros de diferentes familias. Su compromiso ha generado una gran confianza entre los dueños, quienes incluso le confían las llaves de sus casas.

Además, Emmanuel tiene en mente un proyecto para crear una cooperativa que agrupe a paseadores de perros, con el objetivo de brindar mayor seguridad y respaldo a quienes se dedican a esta labor. Esta iniciativa apunta a profesionalizar la actividad y fomentar el trabajo colectivo.

"Lo fundamental es la comodidad del can"

En primer lugar, recordó sus inicios en la actividad, "en ese momento estaba complicado, no tenia trabajo, y otro paseador que lo quiero nombrar porque además de ser buen paseador, me ofreció el oficio es Alf o David. El me dio para pasear tres perros y así arranqué".

Con respecto a la dinámica de su trabajo especificó que "el paseo se cobra por hora, para mí lo fundamental es la comodidad del can porque la mayoría del que contrata este servicio es porque tienen un afecto muy grande hacia la mascota y uno se tiene que enfocar en eso. Es decir, no solamente en darle un buen paseo, sino que también no lastimarlo y que no lo lastimen".

Agregó que "no soy muy partidario en llevarlos con auriculares por si vienen a atacar algún otro perro".

Sobre cómo llevo a cada animalito, precisó que "es con un pretal y/o un arnés pero no me gustan los collares porque van tirando y no disfrutan del paseo".

Consultado en cuanto a los lugares donde va de paseo con los canes especificó que "lo que me quede más cerca, si vive por el Balneario lo llevo por esa zona, lo mismo en el radio céntrico, Costanera o lo que sea espacios públicos".

De la misma manera sostuvo que "mi objetivo es que puedan andar libres, que puedan andar contentos, trato de soltarlos en zonas donde no haya mucha gente o perros, por las dudas. Es decir, los largo en zonas donde no hay mucho movimiento, como detrás de las vías, puede llegar a ser también en zona Mujica".

Acerca de la cantidad máxima de canes que lleva por paseo, precisó que "2 ó 3 como máximo. Eso depende mucho de la familia, si tienen 2 ó 3 ó 4 animales pueden salir juntos porque no reúno muchos perros al mismo tiempo".

De la misma manera explicó que "es como si fuese un personal trainer, pero para perros".

"El rubro de paseador no es algo que se estudia, tampoco es algo que nace sino algo que se hace"

En segundo lugar, Cuevas destacó que "el rubro de paseador no es algo que se estudia, tampoco es algo que nace sino algo que se hace. Me ocurrió que cuando falleció una perrita que tenía cuando era chiquito no tenía mucho afecto con los perros. Y cuando arranqué de paseador y empecé a ver cómo me reciben, cómo reaccionan cuando llego, la forma en la que ellos demuestran su afecto me fueron comprando hasta el punto de hoy en día de tenerlo como los tengo: los acaricio, los abrazo, juego y en menos de un mes uno se encariñan como si fueran propios".

"Sucede que de la misma manera uno llega a ser parte de la familia porque en mi caso que tengo llaves de algunas casas, escuchan llegar o y escuchan la bicicleta, se notan contentos, olfatean y la verdad que es muy lindo. Es interesante aclarar todo esto porque, como yo le digo a la gente, no es un rubro que uno quiera llevar solo, sino que estoy dispuesto a enseñar también".

Retomando la confianza que se ganó el paseador a lo largo de estos 2 años, especificó que "es por cómo tratamos a los animales y también como uno es como persona porque si uno, como es mi caso, está paseando hace dos años y al cliente nunca le faltó algo de su casa, incluso se van de vacaciones y tengo que ir a darles de comer, agua y pasearlos o quizás vea la ventana abierta y se las cierro por seguridad... todo eso conlleva a ganarse la confianza que ni siquiera lo hago por eso, sino que es un servicio el que prestamos. Estoy comprometido no solo con el animal sino con la familia".

De la misma manera, apuntó que "soy muy observador porque los paseadores miramos la caca de los perros, tanto el color, la consistencia, por si tienen algún malestar estomacal, porque la idea no es solo que disfruten del paseo sino estar atentos a la salud del animal".

Aclaró que en este momento no se encuentra paseando perros porque tuvo un accidente laboral y está con licencia, pero apuntó que "en Azul creo que hay 5 o más paseadores. Antes de la licencia, llegaba a casa, me aseaba y salía a pasear los perros".

Subrayó que "ahora que se vienen el verano es bueno que la gente o los paseadores tengamos en cuenta de llevarlos por la sombra, que tengan mucho cuidado con el calor porque las patas de los perros son muy sensibles o ver en qué horarios".

"En este momento se cobra 3000 pesos la hora, no importa el peso del animal porque lo que realmente interesa es que toda mi atención esté sobre el animal, tengo que estar atento a que no se escapen, a que no se peleen, en definitiva que el paseo sea de su agrado".

También reflexionó mencionando que "por lo general los perros están estresados o activos y para eso es la caminata; entonces la idea es que se cansen para que justamente puedan descansar. Cuando se le da un perro a un paseador es para que el perro recorra la distancia que tiene que recorrer y llegué a la casa cansado. Jugar con los perros también es parte del paseo".

Consultado sobre el equipamiento que lleva "una mochila con una botella de agua, y un recipiente porque cuando se levanta mucho la temperatura y depende al lugar que los llevo, el animal pueda estar hidratado, estar contento y sea su vía de escape".

Además fue consultado sobre si alguna vez lo mordieron especificando que "sí, me han mordido hasta perros que estoy paseando porque por ejemplo tengo uno que ahora tuvo un problema con la cadera porque ya es un perro muy grande y son como los seres humanos, tienen diferentes personalidades, entonces este perro por ejemplo no dejaba que ningún tipo de animal se le acerque y me mordió porque no tuve que separar de otro".

Otra de las cuestiones que mencionó es que hay que tener mucha fuerza y la idea es que se vayan amasando con los paseos.

Explicó que "cuando un perrito es nuevo en 2 ó 3 paseos no toma confianza enseguida pero ya después sí".

Maduró "un dato muy bueno que quiero transmitirles a todos los paseadores es que cuando los perros, por lo general, tienen cierto comportamiento cuando están en las casas o departamentos encerrados, hasta que empiezan a salir más, se vuelve más dóciles y de hecho hasta puede llegar a pasar como le pasó a mi primo que logré sacar a su perro fuera del departamento, hace sus necesidades ahí cerca y no se va a escapar".

"Me pasó con una clienta que llevo a pasear a su perro los miércoles y como estoy con este problema en la columna, la perrita se pone a llorar un montón, dice la señora que extraña, y a mí me da una pena terrible porque obviamente no puedo ir y uno también se encariña", sostuvo.

Sobre si estaría dispuesto a enseñarles a otras personas tal como mencionó previamente, informó que "tengo un proyecto: me gustaría conformar en Azul una cooperativa de paseadores en el que seamos todos una misma entidad, que no tengamos que andar por separado, que todos tengamos los mismos derechos, honorarios y que cada cliente elija a su paseador".

"Y quizás ahí mismo podamos dictar charlas a otras personas que quieran sumarse a esta iniciativa".

"La gente que no quiere a los animales, no puede querer a nadie"

Para terminar, expresó que "me encantaría que los paseadores entiendan que cuando va a buscar a un perro no van a buscar un trabajo sino que van a buscar un compañero, porque el que se inicia en el rubro y más allá de la necesidad económica, existe la necesidad de crecer como ser humano. Yo siempre digo que la gente que no quiere a los animales, no puede querer a nadie".

"Los animales son tan puros, nos dan tanto y nos enseñan tanto en tan poco tiempo que si hay gente que no quiere a los animales sinceramente...

Actualmente no tengo perro, tengo cinco gatas. Pero estoy esperando a recuperarme para volver al rubro para seguir brindando este afecto...

Los perros nos enseñan qué es el amor, qué es la lealtad y qué son las emociones. Quiero sinceramente con que la gente sepa que quien desee ser paseador tenga en claro esto porque sinceramente uno puede tener un millón de rubros pero cuando se trabaja con vida, ya sean seres humanos, perros, gatos, cualquier animal hay que ser dedicado porque por más que haya gente que no lo crea, ellos están todos los días esperando, dependiendo de nosotros, contentos por si se lo saca a pasear, al pendiente de cuando llegamos a sus casas y nosotros también tenemos que devolver lo mismo y más si se nos está pagando por el trabajo".