"Te tenés que ir de acá porque si no te mato como un perro. Esta casa es mía y los chicos se van a quedar acá conmigo".

El pasado 19 de octubre, un azuleño que dos días después sería arrestado le expresó a su ex pareja esa intimidación.

A causa de lo ocurrido, la víctima de este caso de violencia de género se retiró del inmueble. Y en la vivienda de una amiga permaneció hasta que el imputado resultó aprehendido el ya referido lunes 21 de octubre.

Su arresto se hizo efectivo en la casa donde estaba residiendo tras echar a su ex mujer, a la cual no podía ingresar porque le había sido dictada el año pasado una perimetral que nunca acató.

Esa manda judicial, además, le prohibía mantener cualquier tipo de contacto y acercarse a la víctima de estos hechos de violencia machista.

Identificado como Paulo Maximiliano Suárez, un albañil de 37 años, a la espera de un cupo para que sea llevado a una cárcel sigue preso en la Seccional Primera local de Policía.

Este viernes que pasó, desde el Juzgado de Garantías 3 el magistrado Juan José Suárez convirtió a su detención en prisión preventiva, valorando -entre varias circunstancias- que también figura procesado en otra causa penal por violencia de género en perjuicio de la misma víctima, situación por la cual ya tenía fecha para ser juzgado.

Marcelo Fernández, el titular de la Fiscalía especializada en Violencia Familiar y de Género, había solicitado la medida cautelar.

Además del episodio intimidatorio sucedido el pasado 19 de octubre, ese Fiscal le atribuye a Suárez la comisión de otro hecho que forma parte de la acusación por la cual anteayer se dispuso que continúe privado de su libertad.

Según se refiere en las actuaciones penales, "en el marco de una relación de maltrato habitual y violencia de género de larga data, desde aproximadamente el mes de agosto de 2023 hasta el 19 de octubre de 2024", el día en que echó a su ex pareja y amenazó con matarla, el imputado estuvo residiendo en el domicilio de la víctima a pesar de la perimetral vigente. Y a lo largo de más de un año, de manera habitual se dedicó a violentarla "psicológicamente" en presencia de los hijos que ambos tienen.

Eso implicaba que en reiteradas ocasiones la insultara y le dijera que era "una mala madre".

Al instalarse en ese inmueble, Suárez desobedeció la referida manda judicial, que le había dictado el juez de Garantías Federico Barberena tiempo atrás. A través de esa cautelar tenía prohibido ingresar a la vivienda de su otrora concubina. Y tampoco podía mantener "contacto de cualquier tipo" con la víctima y con los demás miembros de su grupo familiar.

Cuando anteayer fue ordenada en una primera instancia esta prisión preventiva, el titular del Juzgado de Garantías 3 -del mismo modo que lo hizo cuando días antes le dictó la detención- concluyó que Suárez es el probable autor de los delitos de desobediencia y coacción agravada, en concurso real de acciones.

Aprehendido

Aquel 21 de octubre pasado en que el investigado resultó aprehendido, agentes policiales -en respuesta a un llamado al 911- habían concurrido al domicilio donde estaba residiendo de manera ilegal.

Desde hacía dos días su ex pareja no podía regresar al inmueble a causa de la intimidación que le hiciera el acusado. Y ella quería saber cómo estaban sus hijos.

Al personal policial que la asistió, la víctima le relató el incidente que sufriera el 19 de octubre por la noche, cuando Suárez la echó tras amenazarla de muerte, ocasión durante la cual también le quitó su teléfono celular.

Una vez que agentes del Comando de Patrullas llegaron a la casa, al constatar que estaba vigente la perimetral a través de la cual había sido excluido del hogar donde residen su ex pareja y sus hijos, al denunciado lo esposaron y lo trasladaron a la comisaría primera.

Lo relatado por la víctima sirvió para conocer más detalles de ese vínculo que mantuvo con el encausado.

Marcado profundamente por situaciones de violencia, las mismas se caracterizaban por incidentes donde ella era insultada, amenazada y -en algunas ocasiones- también golpeada por el hombre para quien hace dos días fue ordenada su prisión preventiva.

"El accionar amenazante del agresor tiñe de un obrar ilícito las condiciones tendientes a restringir la voluntad de la mujer, impidiéndole determinarse por la vida libremente y quebrantando, por lo tanto, su libertad cotidiana, al verse intimidada frente a las amenazas esgrimidas", escribió el juez de Garantías Suárez al disponer esta prisión preventiva. Y con relación al otro delito que le imputan al azuleño -el de "desobediencia"- señaló: "Como ya lo he mencionado en oportunidad de resolver su denegatoria de excarcelación en cuanto al peligro de fuga, también valoro la actitud del encartado de desoír deliberadamente la manda judicial que le imponía la prohibición de reingreso al domicilio en que ocurrieran los hechos y prohibición de mantener contacto o acercarse a menos de 100 metros (a la víctima y sus hijos)". Situaciones ambas "que permiten presumir su desinterés en someterse al proceso en caso se recuperar su libertad".

La medida cautelar para el investigado estuvo relacionada también con la escala penal que contemplan los delitos que le atribuyen, ya que de ser condenado Suárez podría recibir desde cinco a diez años de prisión. Y en lo decidido el titular del Juzgado de Garantías 3 tuvo en cuenta muy especialmente el estado de la víctima de estos hechos: una mujer que desde el inicio de la relación con el azuleño que sigue preso "fue vulnerada a través de actos de violencia física y psicológica".

El dato

Junto con el pedido para que se ordenara la prisión preventiva del imputado, el Fiscal a cargo de la tramitación de la causa formuló la requisitoria de elevación a juicio de ese expediente. Una solicitud sobre la que también en los próximos días tendrá que resolver el Juez garante.