ENTREVISTA CON EL FARMACÉUTICO LEOPOLDO MARCHISIO
La receta electrónica se implementó mediante el decreto 345 del Ministerio de Salud nacional. Sin embargo, en la realidad, la posibilidad de un sistema unificado es lejana. El profesional azuleño indicó que "la dispensa se ha transformado en algo muy burocrático" y, tal como también ocurre con los reempadronamientos en algunas obras sociales, "creo que se tomaron decisiones muy sobre el momento, sin estar aceitado el sistema". En este informe, además, el caso particular de la provincia de Buenos Aires y lo que establece la nueva normativa en relación al Registro Nacional de Plataformas Digitales Sanitarias.
27 de enero de 2025
El farmacéutico Leopoldo Marchisio explicó a EL TIEMPO que, "a partir del 2 de enero, en realidad, con la comunicación que nos dieron, volvieron a coexistir la receta en papel con la electrónica. Se puede usar cualquiera de las dos". Sin embargo, la posibilidad un sistema unificado no resulta tan factible en el mediano plazo.
Marchisio recordó que "antes, durante la pandemia, se implementó la receta escrita por el médico, se mandaba la foto por WhatsApp y nosotros la podíamos bajar, sabiendo que era copia fiel del original. Ahora las obras sociales a eso ya no lo permiten más".
Es así que conviven diferentes modalidades, según el caso de cada obra social y coseguro. El profesional consultado por este diario señaló que, "en el caso de Pami, tiene dos funcionamientos. En uno pasa el paciente por el médico, le carga la receta en el sistema y después el paciente o familiar a cargo va con el carnet de afiliado, con el número de beneficiario, y nosotros la podemos bajar de la página de Pami. O, la otra alternativa es que el paciente va al consultorio y el médico ya le da la receta en papel, y con eso va a la farmacia que quiere. Es decir, tienen las dos alternativas: la receta física del consultorio o la electrónica que nosotros bajamos del sistema, en el caso de Pami".
"IOMA también tiene receta electrónica", refirió Marchisio. "A los pacientes generalmente, sobre todo el Plan MEPPES [de patologías especiales; insulina, tiras reactivas, oncológicos y otros tratamientos prolongados, como neurológico], como es una provisión mensual, les imprimen por tres o seis meses, de acuerdo a cómo se deba renovar el trámite. La primera la firma la médica auditora del IOMA".
"Hasta que no haya una interconectividad entre los módulos prescriptorios y los reservorios, donde las recetas se tienen que alojar, puede ser que la farmacia no tenga acceso a la receta electrónica que el médico le prescribió y el paciente tenga que asistir con el link o la receta impresa, porque no tenemos forma de verlo en la farmacia", se indicó desde el Colegio de Farmacéuticos de la Provincia de Buenos Aires.
Con el resto de las obras sociales, "depende de cada caso. Generalmente es receta física -expresó el farmacéutico azuleño-, firmada de puño y letra por el médico, o la receta electrónica. La foto vía WhatsApp o la receta enviada no se autoriza más [como excepcionalmente ocurrió durante la pandemia]. Si la receta es electrónica, la podemos bajar del sistema".
Sin dudas, en el actual contexto, "lo ideal es llegar a un sistema como ocurre en casi todo el mundo: hacer un sistema único de recetas", comentó Marchisio. "Acá tienen recetas oficiales, Pami tiene la suya, IOMA también, Banco Provincia, muchos de los coseguros -los de IOMA, por ejemplo, como el Sindicato de Salud Pública, UPCN-. Algunos directamente presentan la credencial en el mismo momento de la dispensa y no se necesita un recetario aparte. En otro caso, como el Círculo de Suboficiales, se necesita la receta física. Es decir, hay que buscar la receta del IOMA y después sumarle la del coseguro. Y si cubre o no IOMA tienen distinto descuento y son distintas recetas de coseguro, incluso el color del papel. Es complejo. Hay, por decirlo así, cien obras sociales que tienen todas normas distintas y es un lío hasta que no se les agarra la mano. Así, la dispensa se ha transformado en algo muy burocrático. Pero lo que ocurre es que, uno de los motivos del "mayor ahorro" de las obras sociales es el débito a la farmacia, porque el ítem de mayor gasto en una obra social es el consumo en medicamentos. Entonces, ¿qué forma se tiene de ahorrar? Debitando. Algunas te tachan los troqueles y no los podés refacturar. Es como que hacen una radiografía de la receta. Pami, por ejemplo, si abrochás el troquel, te la debitan. Osecac y IOMA también. Hay que pegar el troquel con plasticola. OSDE ahora también, Swiss Medical no; es como que para todo hay algo distinto".
De esa manera, la posibilidad de unificar en un sistema no se visualiza en lo inmediato. "Esto es histórico y hoy la clave es el débito a la farmacia -confirmó Leopoldo Marchisio-. Nosotros nos hemos convertido en un negocio de financiación, no uno financiero. Porque estamos vendiendo financiado. Por ejemplo, IOMA paga a sesenta días y el convenio establece 28 días. Por esa diferencia entre el día 28 y el 60 a nosotros IOMA no nos paga el interés que se ha registrado por el atraso en el pago. Al contrario, yo tengo que hacer descuento de mi rentabilidad para poder atender las obras sociales. IOMA tiene un monto, Pami tiene otro, OSDE tiene otro; depende si son colegiadas, porque tienen más retenciones -hay retención del Colegio y retención de la obra social-; así, hay mucho filtro desde que llega el medicamento hasta que se termina toda la cadena de cobranza. Algunas obras sociales pagan por nota de crédito en droguerías, el saldo te lo pagan vía Colegio de Farmacéuticos; así, pagan un porcentaje por droguería, un porcentaje por Colegio, otro porcentaje por nota de crédito que aportan los laboratorios, es un popurrí...".
Es así que, "cuando terminamos de desglosar toda la facturación, no creo que ningún farmacéutico en Argentina sepa a ciencia cierta, exacto, la rentabilidad de su farmacia. Además, si es un medicamento genérico tiene una rentabilidad, si es de laboratorio es otra; si le comprás a droguería es una rentabilidad y un plazo, pero si se compra a una distribuidora es otra rentabilidad y otro plazo". Por eso, explicó Marchisio, "no es solamente el problema de la receta".
Ciertamente, "la existencia solamente de la receta electrónica sería ideal, pero creo que se están tomando decisiones sin previo aviso o sin previo consenso, como pasó con el tema del reempadronamiento de pacientes del Pami. Por suerte en Azul tenemos una UGL que trabaja muy bien, que es espectacular, porque mucha gente no se puede reempadronar y se queda sin medicamentos; va a la farmacia y no está la receta, o se le cayó la cobertura. Hay ciudades que no tienen la suerte que tenemos nosotros, y hoy la UGL de Pami anda bárbaro, pero también están desbordados ellos. Por eso, creo que se tomaron decisiones muy sobre el momento, sin estar aceitado el sistema".
En tal sentido, el profesional azuleño admitió que "nosotros no estábamos el tanto, el paciente tampoco, el médico tampoco, los mismos empleados de Pami se enteraron sobre la marcha prácticamente. Y ahora, también, están las renovaciones de todos estos trámites por parte del IOMA, que ahora pide las renovaciones de los trámites. Y en todo lo que se va tardando el que paga los platos rotos es el afiliado. Nosotros, mientras no se comunicó bien lo del Pami, había gente que antes tenía 100% de cobertura y ahora tiene que pagar. Lo que hacen es dejar el medicamento en la cuenta corriente para ver si pueden solucionar el tema y otros no se llevan el medicamento, porque no lo pueden pagar".
Marchisio confirmó que, "de esta manera, a nosotros nos aumentó muchísimo la cuenta corriente. Pero son clientes de toda la vida y no le puedo negar el medicamento; y hasta que hace el trámite y resuelve todo, pasan las semanas y, finalmente, termina siendo un ahorro dentro del sistema, pero donde el más perjudicado es el afiliado".
En el caso del IOMA, "tiene monto fijo. Si el medicamento vale 10, por ejemplo, cubre el 5. Pero si ese medicamento sube a 12, IOMA sigue pagando 5. O sea que el traslado del aumento del precio lo asume el afiliado. Eso sigue igual; pero, por otro lado, ahora hay un nuevo sistema dentro del IOMA que se llama "Mayor Cobertura", que se está dando en discapacidad. En algunos casos con discapacidad ahora le han bajado el porcentaje de cobertura al 70%. Entonces tienen que volver a hacer la historia clínica, etcétera, para volver a tener el 100%. No es IOMA Azul sino que se da desde el nivel central. Si uno tiene un familiar discapacitado en la familia, no tiene mucho sentido que esté haciendo trámites cada seis meses. Si ya se sabe que es discapacitado y que eso es irreversible. Por eso creo que hay cosas que tendrían que ser más automáticas".
Por otro lado, confirmó también que "el vademécum de Pami cambió, cambiaron las coberturas; la industria farmacéutica bajó mucho las ventas, entonces hay una preocupación de todos lados, porque el convenio Pami aporta mucho a los laboratorios; a los laboratorios no les interesa que se les caigan las ventas porque son los que sostienen el convenio; es todo muy engorroso", dijo finalmente Leopoldo Marchisio.
"Despapelizar" toda la cadena
La implementación de la receta electrónica entró en vigencia -por decreto ministerial- el miércoles 1 de enero de 2025 en todo el país, indicándose que la prescripción de medicamentos se deberá realizar únicamente a través de las plataformas inscriptas en el Registro Nacional de Plataformas Digitales Sanitarias (ReNaPDiS). Así lo dispuso el Ministerio de Salud de la Nación, mediante el Decreto 345/2024, publicado en el Boletín Oficial.
No obstante, más allá del anuncio y el decreto, el alcance de la medida no es restrictivo para las recetas en papel, ya que hay 17 jurisdicciones del país que cuentan con ley de receta electrónica, otras tienen su propia ley provincial con un régimen propio, como Buenos Aires, CABA, Chubut, La Rioja, mientras que algunas provincias se encuentran tramitando su propia normativa o bien utilizan esta modalidad digital de forma parcial.
En la provincia de Buenos Aires, donde desde el 28 de febrero de 2023 rige la Receta Electrónica Bonaerense, seguirán habilitadas las prescripciones de medicamentos tanto en papel como en formato digital.
"Hay que llevar tranquilidad a la gente: quienes tengan la receta en papel la van a poder seguir usando", se aclaró, en referencia a la nueva normativa sobre recetas electrónicas expedidas por profesionales médicos.
Asimismo, indicó que "desde el 2020 hay prescripción electrónica, hay muchas obras sociales que se manejan con receta electrónica, con receta electrónica, como PAMI, aunque aún ese modo de prescripción falta que tenga la receta electrónica de psicotrópicos, la de archivo, y en ese caso el paciente tiene que llevar la receta en papel".
Además, la titular de la entidad bonaerense, aseveró: "Hasta que no haya una interconectividad entre los módulos prescriptorios y los reservorios, donde las recetas se tienen que alojar, puede ser que la farmacia no tenga acceso a la receta electrónica que el médico le prescribió y el paciente tenga que asistir con el link o la receta impresa, porque no tenemos forma de verlo en la farmacia". En esa línea, Gómez precisó: "Hoy faltaría esa parte para despapelizar toda la cadena, incluso en el momento de la dispensa en la farmacia".
"El sistema es bueno, pero está muy verde"
De igual modo, Rubén Sajem, director del Centro de Profesionales Farmacéuticos Argentinos, expresó que la medida anunciada por el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, "no pasa de ser una intención, la fecha 1º de enero fue una fecha tentativa, y está muy a medias el desarrollo del sistema".
Asimismo, subrayó que "las provincias tienen que adherir a este sistema, hay cantidad de provincias que no adhirieron, otras que tienen su propio sistema, por lo que si una persona está de vacaciones no va a poder usar la receta electrónica y sí la de papel, de acuerdo al lugar donde esté".
Para descartar confusiones, Sajem remarcó: "Hay que llevar tranquilidad a la gente: quienes tengan la receta en papel la van a poder seguir usando".
El titular de la entidad farmacéutica dijo que "el sistema es bueno", de acuerdo a su implementación en otros países, pero "hay que desarrollarlo, está muy verde, no está completamente desarrollado el sistema ni está reglamentado como va a ser el libro de las farmacias".
En ese sentido, Sajem completó: "Parte de la integración del sistema asegura que las recetas no sean usadas varias veces. La receta electrónica no es una foto, hay un sistema que todavía está muy en veremos, falta todavía, porque la autoridad sanitaria sacó el decreto en abril, pero hay una cantidad de sistemas que no están conectados".
Qué establece la nueva normativa
Como se indicó, la implementación de la receta electrónica entró en vigencia en todo el país el primer día de enero, por lo que la prescripción de medicamentos deberá realizarse, únicamente, a través de las plataformas inscriptas en el Registro Nacional de Plataformas Digitales Sanitarias (ReNaPDiS). Sin embargo, como se indicó en párrafos anteriores, la implementación del sistema no es tan simple, por lo que muchos distritos -entre ellos Azul- mantienen vigentes ambos sistemas: receta electrónica y receta en papel.
De todos modos, la normativa establece que, para que tengan validez, las recetas electrónicas deberán contar con la identificación del médico o profesional de la salud con nombre, matrícula, profesión, especialidad y domicilio; el código de barras; la identificación del paciente (nombre, obra social o prepaga, fecha de nacimiento, DNI y sexo); la descripción del medicamento recetado detallando nombre genérico o denominación común internacional, presentación, forma farmacéutica y cantidad de unidades.
También puede sumar el nombre comercial del medicamento que el profesional prescriptor sugiera, según precisó la cartera sanitaria que encabeza Mario Lugones. Por último, diagnóstico; fecha de emisión y firma digital del profesional.
Las plataformas verificarán que los profesionales de la salud estén inscriptos en la Red Federal de Registros de Profesionales de la Salud (REFEPS) del Sistema Integrado de Información Sanitaria Argentino (SISA) y almacenarán las recetas emitidas en repositorios virtuales que funcionarán como nexo con las farmacias permitiendo que éstas últimas puedan acceder a ellas para la dispensa de los medicamentos cuando el paciente los requiera.
Esto permitirá que las personas sólo tengan que acercarse a las farmacias con su DNI y/o credencial para requerir la medicación indicada por el profesional.
Los nuevos protocolos
Los repositorios deberán cumplir con protocolos técnicos y administrativos que contemplen la alta disponibilidad y que garanticen el almacenamiento de las recetas durante el período establecido por la normativa.
Según se informó, "esto requiere sólidos mecanismos de respaldo y recuperación de información frente a eventuales fallas o incidentes y garanticen el resguardo de los derechos de los pacientes".
La receta manuscrita, en tanto, permanecerá vigente, como condición de excepción, sólo en zonas de difícil acceso, sin conectividad o en caso de interrupciones eventuales del sistema, indica la normativa vigente desde el 1 de enero. Pero, en el caso de la provincia de Buenos Aires, por las particularidades del tema, se resolvió mantener la vigencia de la receta tradicional en papel, en coexistencia con el nuevo formato electrónico.
Ecosistema de salud digital
Como informó oportunamente el Gobierno, el objetivo de esta medida es "posibilitar el funcionamiento del ecosistema de salud digital previsto en la Ley Nacional de Recetas Electrónicas (N° 27.553) de 2020, agilizando el circuito de prescripción y dispensa de medicamentos y simplificando las instancias administrativas".
Asimismo, el sistema de receta electrónica "brinda herramientas a los profesionales para que puedan tomar mejores decisiones de tratamiento, evita errores de interpretación y facilita la dispensa en farmacias mejorando en el acceso a los medicamentos".
Actualmente, diecisiete jurisdicciones cuentan con ley de receta electrónica. De ellas, once adhieren a la Ley Nacional (Catamarca, Chaco, Corrientes, Entre Ríos, Jujuy, Mendoza, Misiones, Salta, San Juan, Tierra del Fuego, Tucumán), cuatro tienen su ley con un régimen propio (provincia de Buenos Aires, CABA, Chubut, La Rioja) y dos tienen el proyecto de ley provincial en curso (Río Negro, Santa Fe).
En tanto, las siete jurisdicciones restantes, si bien pueden utilizar parcialmente la Receta Electrónica, aún no cuentan con ley provincial.
De ellas, cuatro adhieren al uso de Receta Electrónica y se espera cuenten con proyecto de ley próximamente (San Luis, Córdoba, Santiago del Estero, Santa Cruz) y tres aún se encuentran en revisión de sus planes de ley provincial (La Pampa, Neuquén, Formosa). (Fuentes: informe DIB, con información de NA)
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