Por Carlos W. Filippetti

Desde mi nacimiento hasta hoy, en circunstancias felices como etapas escolares, graduaciones, enlaces, y otras tristes como fallecimientos de padres, amigos y familiares, el Diario EL TIEMPO ha acompañado mi vida, marcando en alguna mención, nota o comentario, muchas de las circunstancias acontecidas.

En 1996 la reunión de la familia Filippetti conmemorando el centenario de la llegada de los abuelos a la Argentina fue, quizá, el aporte que más recuerdo en mi historia personal y familiar. La fiesta se hizo en el predio ferial de la Sociedad Rural de Azul y asistieron más de doscientos cincuenta familiares Filippetti desde Azul, Santa Fe y Tucumán. El Diario difundió testimonios de aquellos abuelos que llegaron a distintos lugares de la Argentina con la esperanza en una nueva tierra. Con gran generosidad dedicó una hermosa nota de contratapa titulada "Un homenaje a los abuelos gringos" en el suplemento "Fotos y Letras" que conducía con maestría Adriana Abadie y que, por entonces, también era el principal eco gráfico de las grandes realizaciones concretadas en el recientemente reinaugurado Teatro Español.

Y citado nuestro hermoso coliseo, "nobleza obliga" en este 91° aniversario, vale destacar a dos figuras esenciales para la presencia del Diario en la comunidad: Juan Miguel Oyhanarte y Alfredo Ronchetti. Distintas personalidades, ambas con bajo perfil y silenciosa entrega al objetivo de alinear la historia de Azul, rica en valiosos legados de patrimonio tangible e intangible, con un desarrollo de esas potencialidades para el bien común.

Fui testigo de las historias que describo en la "trinchera" del Español durante su reconstrucción y posterior funcionamiento y, también, la "gesta quijotesca" promovida por el Teatro que agregó a la rica identidad de Azul (desde 2007) la de ser Ciudad Cervantina de la Argentina, segunda designación en América luego de Guanajuato (México en 2005).

"Baldosas" de Juan Miguel Oyhanarte

Desde su columna "Baldosas Flojas", Juan Miguel Oyhanarte alentó y tomó partido desde el inicio por la reconstrucción del Teatro, defendiendo siempre al objetivo y al accionar de las comisiones que, muchas veces, en soledad e incomprensión luchaban por recuperar el esplendor del ruinoso coliseo.

Una tarde Miguel, ya mayor, tocó timbre en mi casa y me dijo algo así: "Carlos no quiero morirme sin decirte algo que presencié hace décadas cuando el concesionario -apropiado por entonces del Teatro- regaló al Sr. XX el proyector de Cine Mudo que contaba la sala... y esa máquina no podía ser de el"... Lo demás es historia conocida hoy el cinema Pathé Fréres (circa 1905) luce restaurado en el hall del Teatro Español.

En otra oportunidad, Miguel pidió reunirse con la comisión directiva de la Asociación Española y expresó su anhelo para que el terreno de Bolívar 426 fuera propiedad del Teatro; "es la única posibilidad que contamos para que el teatro algún día tenga su salida por calle Bolívar"... "no puede escapársenos", sentenció con fervor ese día; él tenía sus propias tácticas y estrategias. Su potente idea movilizó consciencias, voluntades y recursos humanos, y económicos. Se dialogó con la familia Ronchetti, propietaria del inmueble, por intermedio del martillero Miguel A. Prezioso; Oyhanarte coordinó y participó del encuentro. Así "los planetas se fueron alineando": hubo significativos aportes monetarios de Enrique Adrogué y Armando Romat, financiación bancaria del Banco Industrial de Azul, dirigido por Héctor C. Gayani y hasta una Gala Lírica recaudatoria que ofrecieron elencos del Teatro Colón. El inmueble es, desde entonces, una realidad que espera pacientemente los ímpetus conducentes de las nuevas generaciones para cumplir con el objetivo soñado.

Alfredo Ronchetti y su firme compromiso con el Azul Cervantino

En 2004 se lanzó la "Exposición Cervantes: de la Mancha...a la Pampa"; la difusión y promoción del valor de la colección cervantina existente de la Casa Ronco tuvo entre sus primeros aliados a Alfredo Ronchetti, director del Diario EL TIEMPO.

Alfredo, sin que personalmente recuerde alguna charla específica y en total anonimato, puso sus contactos en otros medios nacionales y el Diario a total disposición de los organizadores (Asociación Española y Biblioteca Popular "Bartolomé J. Ronco"). Desde ese momento literalmente "ríos de tinta" vertieron las distintas ediciones del Diario EL TIEMPO. Se concretaron infinidad de notas, entrevistas, viajes de corresponsalía periodística por distintas ciudades como Buenos Aires, Rosario, por citar algunas, decenas de suplementos que cubrieron los múltiples proyectos que movilizaron a la comunidad para la Exposición Cervantes y, luego, para la designación de Azul como Ciudad Cervantina en 2007; apoyo que por su vigor inicial se materializa en el medio hasta nuestros días. La Dirección del Diario designó localmente a Daniel Puga para la hermosa y ardua tarea emprendida; Daniel volcó su incontenible entusiasmo y "tozuda" fuerza a la misión con el valioso e incondicional apoyo -externo- de Luis Librandi y su equipo de Moviegraf.

Para sorpresa de vecinos y personalidades visitantes españoles y argentinos el Diario EL TIEMPO editó e imprimió (a su cargo) la increíble cantidad de 12.000 ejemplares del "Quijote de Disney" (una edición infantil de 1947 en blanco y negro) que se repartió gratuitamente en establecimientos escolares del Partido e instituciones y que los niños de Azul colorearon accediendo así por vez primera a la historia "Don Quijote de la Mancha", el mayor clásico de la literaria universal.

¡¡Gracias al Diario EL TIEMPO, a su plantel humano histórico y actual, y muy feliz 91° aniversario!!