El pasado 23 de diciembre Gonzalo de la Rosa recibió la Ordenación Sacerdotal y Mauro Duclós la Diaconal. La celebración se concretó en la Iglesia Catedral Nuestra Señora del Rosario, y fue presidida por el Obispo, Hugo Manuel Salaberry.

Acompañaron la jornada sacerdotes, diáconos, seminaristas y la comunidad Diocesana, especialmente integrantes de las comunidades parroquiales donde los ordenados estuvieron participando activamente durante el último año: Parroquia Santísimo Sacramento de Tandil y la Iglesia Catedral.

El rito de la ordenación fue de mucho consuelo. El rezo de las letanías, la imposición de manos y la unción de las manos son momentos culminantes de la Ordenación.

Fue muy emotiva la recepción de parte de los sacerdotes al nuevo Presbítero Gonzalo de la Rosa y la recepción de los diáconos presentes a Mauro Duclós.

Durante la homilía, el Obispo invitó a los ordenados a "ser amigos en el Señor, en familia, haciendo de la comunidad grande nuestra familia".

Esta celebración es un motivo de gran alegría para la ciudad ya que tanto Gonzalo de la Rosa como Mauro Duclós son jóvenes azuleños provenientes del Colegio de la Sagrada Familia y de la Pquia. N. S. de Lourdes respectivamente.

En este marco EL TIEMPO dialogó con De la Rosa quien contó qué significa para él estar en Catedral como sacerdote y presidir la misa carismática. También habló del perdón por lo que la los feligreses piden con asiduidad.

"Además de ser un logro es lo que me hace pleno y lo que me hace feliz"

En primer lugar, el joven de 29 años explicó que "la ordenación estaba prevista, que estudiemos 10 años. Cuando estamos por terminar nos ordenan primero diáconos, tenemos que pasar un mínimo de seis meses, que prevé el Código de dicho canónico. Después ya nos pueden ordenar sacerdotes. El 3 de diciembre fui ordenado Diácono y desde enero que estoy en Catedral".

En cuánto a qué significa este logro, especificó que "además de ser un logro es lo que me hace pleno y lo que me hace feliz, por eso me hizo sacerdote. Es decir, cuando todos me decían 'irte tantos años, estudiar, dejar tanta cosa'... Pero porque es lo que me hace feliz respondía yo. Mucho más que eso no tengo para decir".

"Entonces el hecho de poder celebrar la misa, todavía no confieso, pero me hace mucha ilusión confesar".

Sobre esta última misión enfatizó que "sobre todo porque es el momento donde la gente puede desahogarse delante de Dios. ¡Qué lindo eso!. La gente está con muchas cosas, viene cargada con mucho que tiene que ver con lo que vive, con lo que le pasa habitualmente y ese es el espacio donde Dios las escucha y les concede el perdón".

De la misma manera aclaró que "hay mucha necesidad de perdón. A veces nos parece que las necesidades son sólo materiales porque un poco materialista es el mundo pero hay necesidades de orden espirituales y el perdón es una de esas. Perdonarnos y perdonar al otro es muy importante".

"Hay que saber perdonarnos, aceptarnos y somos limitados"

Consultado a la demanda de intenciones que perciben de la gente, informo que "todos piden que recemos por ellos. Además de estar cansados y demás por la altura del año, creo que tiene que ver mucho con esto del perdón. Es una idea mía: hoy en día estamos por el tema de la exacerbación de la libertad y es un tema un tema muy importante de fondo. Nos han hecho creer que somos absolutamente libres, que somos todos poderosos y que basta querer las cosas para tenerlas o para alcanzarlas y no es así. Entonces la Iglesia siempre ha insistido tanto con el tema del pecado original. Es decir, esa herida que es el pecado original que es la forma que tiene la iglesia de explicar una experiencia vital. Esto de que estamos heridos en nuestra libertad, por eso volver al tema de del perdón, hay que saber perdonarnos, aceptarnos y somos limitados; no podemos hacer lo que queremos porque hacemos lo que podemos y eso es una realidad que se impone, no la podemos negar".

Al mismo tiempo sostuvo que "al otro le pasa lo mismo, a veces pretendemos del otro cosas que no pueden. Entonces el marido se ha propuesto casarse, no se ha casado, le ha prometido fidelidad y de pronto cae en el engaño, eso ocurre porque hay algo de heridos en nosotros.

El que consume drogas: y la gente dice 'éste que se droga y uno le da plata y la gasta para comprar' y no... esa persona está dañada. Él se da cuenta de que la droga le está haciendo mal a él, está destruyendo a su familia pero

Esta dañado. Entonces volvemos al tema del perdón que sana como ese remedio espiritual que nos da fuerza, alegría y que nos enseña a acompañar. Esa es la necesidad más grande".

Con respecto a si consumir droga la iglesia lo considera un pecado, el flamante sacerdote reflexionó "así no lo diría, suena fuerte, por eso digo, lo que pasa es que el vicio es algo que nos lastimas, en tanto que eso es pecado, en que me estoy dañando. Pasa que nosotros tendemos a moralizar esto es bueno o esto es malo y a veces son procesos los tenemos que pasar".

Continuó "a partir de eso, el trabajo sin entendernos, entendernos lastimados en nuestra libertad hace que nosotros entendamos nuestra vida en orden a un proceso y que podamos entender al otro. El libro de la Sabiduría lo explica fácilmente y de forma muy bella: dice ¿'y vos que sos hombre y que estás sometido al pecado y que está sometido a la debilidad no sos capaz de solidarizarse con el que es de la misma condición que vos'?".

Añadió "esa es la gran demanda: ser más solidarios unos con otros. Que a lo mejor se dice así o se dice de otra forma, pero creo que es lo que la gente necesita que seamos unos más solidarios con otros".

Asimismo dijo que "hoy día le echamos las culpas a los gobiernos que tendrán su culpa en muchos casos o le echamos la culpa a la iglesia y a los sacerdotes que también tendrán su culpa en algunos casos, pero la culpa es de todos, somos muy pocos solidarios a veces y pocos autocríticos".

"Voy a presidir la misa carismática"

Para terminar De la Rosa contó que presidirá la misa carismática.

"Voy a presidir la misa carismática, desde que llegué que estoy atendiendo a la renovación, no estoy a cargo de la misma pero esta vez la voy a presidir. Es decir el encargado de la actividad pastoral es el párroco de acá que se encuentra en actividad pastoral", señaló.

"Estoy muy contento porque es una forma festiva de celebrar el misterio eucarístico, la de la renovación y además es gente muy perseverante porque una misa carismática puede durar hasta tres horas o más. Yo estoy aprendiendo, y le pido al Señor que me dé ese carisma. No es solamente el deseo de uno de celebrar con alegría, sino que decir Jesucristo Señor sino por obra del Espíritu. Entonces también es una gracia, un regalo que se nos da el poder celebrar de esa manera. Yo lo pido para mí tambien".

"Entonces esa es la invitación que hago que se acerque, que usen de una herramienta muy linda que tiene la Iglesia que es la dirección espiritual. Por ejemplo un psicólogo esto no lo hace porque él tiene otro trabajo y tiene otra forma y otra formación. En cambio el sacerdote es diferente.

Invito a la comunidad a que se acerque para charlar".

EL DATO

También el cura trabaja en el Barrio San Francisco con Paula Vivas. "Estoy encantado de cuando puedo voy y se celebraba la palabra. Me ocupo más de esa de esa parte religiosa y después colaboro con el comedor.