"Hubo cierres de comercios y va a seguir habiendo cierres. Se va dando lo que hemos venido hablando desde hace meses, durante el 2022", indicó a EL TIEMPO el presidente Centro Empresario de Azul (CEDA), Federico García.

Afirmó que "muchos de los comerciantes, algunos que ya han tenido que cerrar, están preocupados por Azul. Hay gente que nos cuenta lo que les ocurre, otros nos insultan porque se piensan que, estando en el CEDA, tenemos mucho poder de acción. Y, realmente, es muy acotado, cuando hoy te encontrás con la pared que, hoy, es la Municipalidad".

El empresario aseguró que, "desde la institución [CEDA], uno trata de no involucrarse en las cuestiones políticas, porque tenemos que trabajar con todo el mundo. Y los hemos hecho hasta hace un tiempo atrás, con el municipio trabajamos en conjunto, más allá de que se pueda coincidir o no, la realidad es que, por el bien de la ciudad uno debe trabajar en conjunto, siempre, con el municipio, porque es necesario".

Pero también admitió que "hoy, ni siquiera se da esa situación. No sabemos por qué, pero es algo que viene desde las últimas elecciones [2019]. En ese momento, algo ocurrió, pero desde ese punto y profundizándose, cada vez es peor la crisis que se ve de todos lados, pero la parte productiva, es terrible".

Un punto límite

Frente a ello, García afirmó que "Argentina está mal, pero Azul está peor. Hay que decir las cosas como son. No nos podemos engañar más sobre la situación que vive la ciudad. Quizás a un grupo de gente esto no le importe, pero llegamos a un punto que yo diría que es límite. Y esto me lo dice mucha gente: lo que en Azul -hablo de servicios- un trabajo lo podemos cobrar 50 mil pesos, en Laprida se cobra 150 mil. Acá se va a pérdida y hablo de trabajos de servicios. No se puede cobrar lo que realmente es, porque el poder adquisitivo del azuleño está bajo".

"Entonces, ¿cuál es la diferencia con otras ciudades? -se preguntó-. Bueno, la realidad es que, si uno ve lo que hace la obra pública, lo que hacen las empresas, todo va subiendo de a poco, sube el circulante, es otro el ambiente que se genera, el humor de la gente".

Al observar causales, existen aspectos múltiples. "En parte, tiene que ver con el empleo público, que tiene un salario bajo; el empleado de comercio, realmente son sueldos bajos. Hoy, cobrar 200 mil pesos, que no es mucho -y tampoco son muchos los que cobran eso-, ¿cuánto alcanza? Con eso, solamente se pueden bancar los gastos básicos. Prácticamente no permite darse ningún gasto extra, más allá de lo básico: servicios, alimentos, higiene, salud. ¿Ahorrar? Imposible, no se puede. Es imposible con ese número".

En tal sentido afirmó que "hoy se ve a Azul muy desinflado y no nos sacamos la careta. Nos cuesta afrontar lo que realmente está pasando. La gente se restringe muchísimo en los consumos. Hoy hay un montón de locales gastronómicos abiertos en Azul, y que han abierto recientemente o que están por abrir, y les va a resultar muy complicado continuar. Y hablo de lo gastronómico, pero puedo hablar de otros rubros, pero justamente ahora hay un 'boom' de lo gastronómico".

Desde su punto de vista "el problema no es por sobreoferta, sino porque hay una cuestión de costos que hoy no se pueden trasladar a los precios, porque la gente deja de consumir. Y eso no sucede en otras ciudades. Justamente, al tener más cantidad de gente pasa también que hay distintos segmentos, existen distintos poderes adquisitivos y se pueden dar el lujo de tener distintas ofertas gastronómicas. Aquí no, hoy está yendo todo hacia el mismo lado: hay distintas ofertas, pero son todas del mismo tipo".

Estancamiento económico

García consideró, por otro lado, que "vemos los números del censo y se observa el estancamiento poblacional. Pero hay un estancamiento económico. Lo único que ha generado fuentes de trabajo genuinas nuevas ha sido el frigorífico, después no hay grandes empresas acá. Incluso yo soy de los que piensan que no se necesitan grandes empresas, sino empresas dentro de todo chicas; pero hoy ni siquiera tenemos empresas de servicios en Azul, porque les cuesta mucho desarrollarse".

Destacó que "el Estado, en general, sabemos que no es el mejor aliado. Pero encima tenemos un Estado municipal que no ayuda al emprendedor. Hay que brindar asesoramiento, se tiene que promover que la gente pueda abrir su negocio y asesorar no para trabar, sino para que pueda abrir".

Ante una consulta, García sostuvo que, "frente a esta crisis, yo, desde el CEDA, me siento sin herramientas, me siento impotente, porque ¿qué podemos hacer? ¿Una marcha a la plaza? ¿Tenemos que llegar a eso? ¿Es una cuestión de gestión? Si yo llamo y no me atienden el teléfono, bueno, ya es un desinterés por lo que pasa en la ciudad. Y no podemos no decirlo a esto".

A su criterio, "hay un montón de cosas que se pueden hacer por Azul, desde Azul. No necesariamente tenemos que esperar que venga nadie. Si acá hay que hacer obras de todo tipo. Hay que hacer asfalto, cordón cuneta, redes cloacales; eso le da trabajo a un montón de gente, a un montón de empresas. Se puede promover que muchas de esas cosas se hagan con empresas azuleñas y así es como hay trabajo para los azuleños. No necesitamos inventar cosas de afuera. Obviamente es importante que vengan empresas, pero si a cualquiera que viene a la ciudad -que no viene a pasear, que no viene escapándose de la locura de capital federal, porque tenemos una ciudad hermosa y cualquiera que viene de afuera la valora como tal- pero también sabemos que el que se involucra, el que empieza a involucrarse en el movimiento de la ciudad, ve que la ciudad está detenida. Eso ya no puede pasar. No tenemos más tiempo, porque ¿cuánto más vamos a seguir cayendo?".

Los estragos de la inflación

Sin dudas, "la inflación hace estragos en todos lados, pero nosotros ¿qué vamos a hacer contra eso? Las tarifas todavía no llegaron. Cuando lleguen con los aumentos, ¿qué vamos a hacer? Si los sueldos no alcanzan a subir lo que tienen que subir".

Ciertamente, ¿las empresas están en condiciones de subir sueldos ?, consultó este diario. "No lo están -aseguró García-, y es lo mismo que pasó con el bono del año pasado. ¿Alguien cree que fue fácil pagarlo? No lo fue. Hay sectores a los que les va bien, por supuesto. Pero hay un montón de sectores que no".

Puntualizó, además, que "hoy, tener un negocio, me refiero a los comercios, muchos no son rentables. Los márgenes son acotados, hay mucha informalidad -con lo cual existe mucha competencia desleal-, una carga impositiva altísima; conflictividad laboral, inflación y desabastecimiento. ¿Qué más se puede agregar? Todo es un combo explosivo. Son un montón de cosas que, encima, están conectadas entre sí. Es como el tema de la sábana corta: tirás de un lado y destapás del otro, nunca cubrís todo".

Luego se preguntó: "¿Y las jubilaciones? Sabemos que el sistema jubilatorio está estallado. Algún día se va a subir la cantidad de aportes que hay que hacer y eso va a significar menos salario para el empleado también".

"La inflación hace estragos en todos lados, pero nosotros ¿qué vamos a hacer contra eso? Las tarifas todavía no llegaron. Cuando lleguen con los aumentos, ¿qué vamos a hacer?", dijo García, en el contexto de cierre de comercios. NACHO CORREA

Primero, ordenar

El titular del CEDA analizó luego que "hay tanta cosa para ajustar y siempre la variable de ajuste es la misma. Es, por un lado, el empleado, y por el otro, el empresario. Y no hablo de grandes empresarios, hablo del pyme, de aquel a quien le dicen que tiene que aumentar 10 mil pesos los sueldos y no llega, no puede. Y encima sabemos hoy que 10 mil pesos no es nada, pero no los ganan. Muchos están poniendo plata, mes a mes, para sostener el negocio y a los empleados, pero de a poco llegan al límite y cierran. Ha habido casos que no han cerrado durante cuatro meses, acá en Azul, para poder mantener los empleados. Cuatro meses a pérdida, más lo que venía perdiendo, hasta que no pudo más".

Desde su punto de vista, "pienso que lo primero que hay que hacer es ordenar. Hoy, en la ciudad, vivimos en una situación que no sé si llamarla anarquía, caos, desorganización. A nivel general, sabemos que hay un desbarajuste, si no un desgobierno. Lo sabemos y se ve. Cuando se gobierna con el diario de ayer, si no hay un plan, listo, está perdido. Eso pasa a nivel nacional, a nivel provincial lo veo más organizado y a nivel local, desastroso. Se ve: hoy están como bola sin manija y corriendo detrás de la pelota; implica que, si no hay un plan, se está al horno. No creo que sea tan complicado de ordenar y creo que lo principal es eso, ordenar. Por ejemplo, el espacio público. Hoy se utiliza de cualquier forma, habiendo ordenanzas que regulan el uso del espacio público. Hoy cualquier pone un techito en la calle, un carrito, una silla amurada al piso, en la vereda, y no pasa nada. ¿Cuántos techitos han puesto con el poste en el medio de la vereda? ¿En serio? ¿Con las veredas que tenemos en Azul? Y no hay en el centro, por ejemplo, una iluminación como la gente, porque no tenemos espacio en la vereda; sin embargo, cualquiera viene y pone un poste con un techito".

Al observarse que la ciudad posee un trazado céntrico de carácter antiguo, de calles angostas en buena parte de la zona más urbanizada, García planteó: "Está bien que sea antigua, pero se puede hacer algo. Europa es toda antigua y, sin embargo, hay un 'mix' entre lo antiguo y lo moderno que funciona perfecto. Tienen calles donde no pasa ni un auto. Si ellos pudieron, ¿por qué no nosotros? Yo digo que hay un montón de cosas que, simplemente, hay que copiar. Pero tenemos el centro que tenemos. Por ejemplo, y sé que es un tema delicado el del estacionamiento, pero para mí no se puede seguir estacionando en las dos manos; hay que hacer una ampliación de las veredas, donde exista iluminación, canteros; modernizar el tránsito peatonal. Eso hay que hacerlo. Ordenarlo".

Al respecto insistió con esa idea: "Es una ciudad que necesita ser ordenada. Sabemos que hay accidentes de tránsito todos los días, de toda clase; chicos que se matan. Accidentes hubo y va a haber toda la vida, pero lo que nos pasa a veces es por falta de orden. Me meto en cosas en las que no me tengo que meter, pero es la realidad. Creo que es eso: desorden en todo. Y se ve, se vive. Todos los días se vive. Así, uno se acostumbra; y eso es malo, porque se puede llegar a pensar que lo natural es eso. Hay gente que no sale de Azul, y no es necesario irse a otro país para ver una diferencia. Hay que ir a otras ciudades y recorrer, así se ven cambios que se pueden aplicar en nuestra ciudad, sin dinero o con poco dinero, y que sólo es cuestión de organización, de firmeza; de enseñar, de educación. Incrementar en las escuelas, por ejemplo, lo que tenga que ver con tránsito. Ha venido gente de Olavarría y me ha preguntado: ¿No venden cascos acá? Y se asombran cuando ven pasar a uno que lleva casco. Y hablamos de una diferencia de 50 kilómetros. Son ciudades con idiosincrasia totalmente diferente, de eso no hay ninguna duda; pero hay cosas que no dependen de la idiosincrasia. Si no se puede lograr que la gente use casco, bueno...".

Analizó que, además "de la vida que se puede perder, al Estado le sale caro atender accidentes. Todo lo que pone en marcha un accidente, le sale caro. Es mejor prevenir que curar, es tal cual. Así se trate de accidentes pequeños, sin víctimas. Tener a un joven internado diez días en el hospital, luego de un accidente, ¿no cuesta nada? O mover a la policía, a una ambulancia, los peritos. Y me refiero a accidentes menores, de los que hay todos los días. ¿Y si se pierde una vida? Por eso, insisto, creo que hay que empezar por ordenar".