Por Juan José Zurro - Especial para EL TIEMPO

Durante el transcurso de la década del '60 se vivió, tal vez, el momento más importante del deporte azuleño hasta ese entonces: Gregorio "Goyo" Peralta peleaba por el título del mundo de los medio pesados frente a Willie Pastrano en Nueva Orleans, Estados Unidos. La repercusión fue tal que la noticia fue narrada en todos los medios de comunicación nacionales. "Goyo" Peralta ya había combatido con Pastrano meses antes y le había ganado holgadamente. Luis Garay, histórico periodista azuleño, acompañó a Peralta y a su cuerpo técnico a la odisea por consagrarse como el segundo argentino campeón del mundo (Pascual Pérez fue el primer boxeador argentino en alzarse con un cinturón mundial en su categoría -peso mosca 1954-1960-).

La aventura terminó de la peor manera. En una pelea a favor de Peralta, el árbitro paró el combate en el sexto round por un corte en la ceja de "Goyo", lo que dio por acabadas las esperanzas del púgil argentino. Así, Pastrano retenía la corona por una arbitraria decisión, ya que los cortes son moneda corriente en el boxeo. Le sacó a Peralta la posibilidad de consagrarse.

Aquella jornada histórica para el deporte argentino se vio reflejada en la vida diaria de la ciudad. Ya desde el mediodía del lejano 10 de abril de 1964, la ciudad de Azul se paralizó. Nadie atendió sus negocios ni sus tareas diarias. El pueblo entero siguió a Peralta en lo que era una utopía en aquellos años: pelear por el título del mundo de boxeo en Estados Unidos.

El seguimiento de la pelea tuvo distintos epicentros en la ciudad. Radio Azul tendió un puente radial con Nueva Orleans, y desde los estudios de la emisora se reunieron periodistas y amigos de "Goyo". En el lugar de los hechos estuvo Luis Garay junto con la "Cabalgata Gillete", que siguieron y transmitieron la pelea al borde del ring. También las instalaciones de la radio sirvieron para que un gran público se juntara en la vereda para escuchar novedades.

Otro punto de reunión fue el club Defensores de Barracas. Allí donde, "Goyo" supo conquistar a los azuleños, se realizó una cena llamada "Cena de la esperanza" para esperar el momento de la transmisión radial con Luis Garay a la cabeza. Y, por último, la casa de la familia de los Peralta, en Bolívar y Castellar, donde doña Manuela Miranda de Peralta, junto con su hijo Avenamar y otros familiares, aguardaba con nerviosismo el desarrollo del combate.

Finalmente, fue una derrota de "Goyo" ante Pastrano. Un cabezazo en el centro del ring produjo un corte en la ceja izquierda de Peralta, lo que hizo que el médico y el referí detuvieran la pelea. Si bien el corte fue importante, "Goyo" estaba en condiciones de seguir. Fue una medida arbitraria parar la pelea; hay ejemplos de más donde los cortes no son motivo de parar un combate, pero en aquellos años ganar un título del mundo en Estados Unidos era una aventura casi imposible.

Si se revisa la campaña de otros boxeadores en ese país, no solo le pasó a "Goyo", sino también a Firpo y a Eduardo Lausse; uno observaba una cierta inclinación para favorecer a los locales. Firpo, en su famosa pelea frente a Jack Dempsey por el título del mundo de los pesos pesados, hizo volar al yanqui fuera del ring, lo que provocó un nocaut grande como una casa, ya que estuvo afuera del cuadrilátero por más de diez segundos. Ese título era para "el Toro salvaje de las pampas".

El "Zurdo" Lausse combatió con boxeadores destacados en Estados Unidos y brilló tanto que merecía una oportunidad por el título, que nunca le llegó. En ese recorrido es famosa su actuación frente a "Tiger" Jones, donde tuvo un corte en la cara tan o más profundo que el de Peralta frente a Pastrano. Así y todo, Lausse ganó aquella pelea frente a Jones con su cara bañada en sangre.

La vuelta de una leyenda

Luego de aquella derrota, "Goyo" Peralta fue recibido en Azul en lo que fue una de las mayores concentraciones populares en la ciudad. Peralta era un ídolo y lograba movilizar a todos. El periodista de radio Julio Juárez, con su micrófono de LU10 Radio Azul, estuvo al lado del héroe para transmitir minuto a minuto lo que aconteció en aquella histórica jornada.

La historia deportiva de Peralta siguió y tuvo destacados momentos. Uno de ellos fue al año siguiente. En septiembre de 1965, Peralta, siendo campeón argentino de los pesos pesados, se enfrentó a un joven "Ringo" Bonavena y perdió por puntos en un Luna Park que presentó el récord de recaudación en toda su historia, con la presencia de 25.236 espectadores. "Goyo" perdió el título y vivió momentos de mucho pesar tras la derrota. Había sido despojado no solo del título, sino también de la atención en los primeros planos en las noches del Luna Park por la impronta del joven Bonavena. Así fue que volvió a entrenar y consiguió infinidad de triunfos hasta su retiro en 1973.

Peralta volvió a enfrentar a Bonavena en Montevideo y empató, también les ganó a boxeadores de renombre como Mauro Mina, Andrés Selpa, Miguel Ángel Páez, Piero del Papa y Dick Hall. Asimismo, se dio el gusto de enfrentar a un joven George Foreman en dos oportunidades, dando cátedra en el primer enfrentamiento, aunque fue robado en el primer combate por puntos, y aguantó a un Foreman implacable durante veinte rounds en dos presentaciones.

"Goyo" emigró a España en busca de más peleas, ya que se vivían épocas de dictaduras y proscripciones en la Argentina. Su conocida militancia peronista, con su famosa bata con la frase atrás que decía "Argentino y Peronista", hizo que viaje en busca del faro llamado Perón.

En Europa se asentó en Madrid, donde les ganó a casi todos y bajó a esa montaña de músculos llamada José María Izbar, "Urtain". Tuvo una época de viajes a Alemania, donde también dejó su impronta con su boxeo clásico, fuerte y agresivo. La vida recién lo devolvió a la Argentina una vez que volvió la democracia. En España quedaron su esposa e hijos.

Acá en el país vivió en Rosario hasta el final de sus días. Los pasó trabajando en el plano político y social, donde con gran tacto hizo su aporte a los más necesitados.

Los relatos de aquellos últimos años de Peralta lo describen con su habitual pulcritud, junto con su compañera Sara, caminando por la peatonal de Rosario con todo su recorrido, con el saco elegante y el escudo peronista en la solapa. Devolviendo saludos y muestras de afecto. Perdiéndose, a veces, en "los laberintos de la memoria", como lo describió en 1997 don Carlos Irusta, pero manteniendo hasta el final de sus días las convicciones y la manera de ser de un grande en la historia del boxeo azuleño, argentino y mundial.

"Goyo" visitó la ciudad de Azul en varias oportunidades. La primera, luego de vivir en España, fue en 1983, junto con Avenamar, donde visitó a familiares y amigos. Luego, a principios de los '90, el periodista Héctor Silva viajó a la ciudad de Rosario para entrevistarlo. En ese encuentro surgió la posibilidad de que "Goyo" visite la ciudad y así lo hizo.

La última vez fue en 1998, donde se lo homenajeó nuevamente, junto con Avenamar. Falleció en Rosario, Santa Fe, el miércoles 3 de octubre de 2001. Por una iniciativa de los vecinos del barrio Santa Lucía, que elevaron una solicitud al Concejo Deliberante de Azul, a partir de 2013, por la Ordenanza Municipal N.° 3.383/2013, la calle 4 pasó a denominarse "Gregorio 'Goyo' Peralta".