El pasado lunes se conoció la infausta noticia sobre el fallecimiento a los 85 años de Emilio Oscar Parisi, quien compitiera en diferentes categorías nacionales y de la región representando a la ciudad de 25 de Mayo, provincia de Buenos Aires.

Conocido como "el Negro", tuvo una destacada trayectoria en la Promocional del Centro, Turismo Mejorado y Turismo Carretera, entre otras categorías, durante las décadas del sesenta y setenta.

Además de sus logros deportivos, fue un destacado preparador de autos de competición y colaboraba con todo quien se dedicara a ese deporte, por lo que tuvo el merecido reconocimiento en vida, cuando en noviembre de 2021 el Auto Club 25 de Mayo, del cual fue socio fundador y nació a partir de la peña "Agrupación Amigos del Automovilismo", decidió imponerle su nombre al circuito emplazado a la vera de Ruta 46.

Antes de iniciar su carrera como piloto, Parisi se recibió de Técnico Mecánico en Automotores en Chivilcoy. Una vez recibido comenzó en su domicilio con un taller y además dictaba clases en la ENET (hoy Técnica N°1), donde fue profesor durante ocho años, pero los coches de competición lo alejaron de la docencia.

Precisamente, entre 1964 y 1993, "El Negro" intervino con éxito en el automovilismo deportivo nacional, como así también en distintos zonales.

Con la colaboración de la entonces Peña "El Bidón", compitió manejando los siguientes vehículos: Renault 1093 (TAJ y TG2), Torino 380 (TAJ), Fiat 128 (TN), Renault 12 (TN) y Gordini 850 (Promo del Centro) en distintas categorías, entre ellas el Turismo Mejorado, Turismo Nacional y TC (condujo un Torino), que le permitieron recorrer los distintos caminos de la Argentina. Corrió alrededor de 200 carreras, logró 36 primeros puestos, 34 veces ocupó la segunda colocación y en 21 oportunidades llegó tercero.

Su presentación fue en la Vuelta de Lobos el 23 de agosto de 1964 con un Renault Gordini que usaba sin permiso de su padre. Según señala la página de Historia de TC, Parisi le pintaba el número con tempera y al finalizar cada carrera lo lavaba y en su familia nadie se enteraba. En cuanto a la preparación del motor, sólo le cambiaba el carburador antes de llegar a cada circuito. De esa manera inició su larga trayectoria en el automovilismo en la cual logró ser piloto oficial de Ika Renault, logrando el campeonato de 1969 en Turismo Mejorado, categoría que corrió con el Gordini y con el Torino 380.

Al TC llegó en los '70, tras adquirir un Torino, que con el paso del tiempo luego sería adquirido por la "Autopeña Ciudad de Azul".

En la máxima categoría del país, sus copilotos fueron César Macagno, Adolfo Di Donato y Carlos Fabiano.

Tras vender su auto a la agrupación azuleña, Parisi se alejó por cuatro años del TC. Sin embargo, pegó la vuelta a principios de 1979 ya que fue invitado a correr por la "Autopeña Ciudad de Azul", casualmente con su ex auto, en reemplazo del "Colorado" Francisco César Espinosa, quien sería campeón con Chevrolet en 1979/80 devolviéndole el título a la marca después de 12 años.

Parisi corrió siete carrera bajo la estructura azuleña, destacándose el tercer puesto en el Campeonato de "No Ganadores". Luego se marchó y la butaca de su auto fue ocupada por Ricardo De Arzave, quien fue el último azuleño en subirse a un podio en TC.

Tras la disolución de la peña azuleña, el auto volvió a manos de Parisi, quien se subió al mimo cuando el TC visitó 25 de Mayo el 3 de agosto de 1986 y en la cual no llegó a completar la carrera, previo abandono.

Después este auto se lo vendió al coleccionista Daniel Van Lierde, quien según fuentes consultadas aún no habría restaurado. Recordemos que Van Lierde tiene dentro de su colección el "Ratón Escandaloso" de Copello, "la Betty" de Benedicto Campos y el Torino N° 1 de Nurburgring "La Bananita", entre otros.

Por otra parte, Parisi también hizo historia en la "Promo" del Centro, donde ganó 13 carreras y se coronó campeón en dos oportunidades: 1978 y 1982. En relación a su paso por la Categoría del Centro, varios corredores locales y dirigentes expresaron sus condolencias en las redes sociales, donde muchos lo recordaron como "un ser humano maravilloso, sinónimo de humildad y trabajo, excelente piloto y preparador".