La creación, años atrás, de fiscalías especializadas en violencia familiar y de género en tres de las ciudades que forman parte del Departamento Judicial local -Azul, Olavarría y Tandil- convirtió desde ese entonces a las referidas unidades funcionales de instrucción en receptoras de un amplio cúmulo de denuncias penales relacionadas con esa problemática.

El año 2022, al menos en esta ciudad, ha continuando poniendo en evidencia ese tipo de situaciones.

Si recorrer las páginas de EL TIEMPO sirve como indicador de esta problemática, ha sido habitual informar sobre ese tipo de hechos. No sólo de episodios sucedidos durante 2022, sino también de otros ocurridos años atrás y que luego derivaron en las condenas de sus respectivos autores en juicios desarrollados en los tribunales orales y en los juzgados correccionales que tienen sus sedes en el Palacio de Justicia de Azul.

Tanto desde fuentes policiales como judiciales coinciden en señalar que este tipo de casos son, sin dudas, uno de los que más se registran en el ámbito local.

Tal vez como uno de los hechos más emblemáticos vinculados con esta problemática pase a figurar ahora el que sufrió en Azul durante este 2022, en la vía pública, una joven a quien en horas de la tarde del domingo 2 de octubre la atacó a patadas y trompadas quien por ese entonces era su pareja.

Días después de sucedido ese hecho, evaluando las graves características que el mismo había tenido, fue ordenada desde la justicia penal local la detención del agresor, una medida cautelar que una comisión policial de la Seccional Primera de Azul llevó a cabo en Benito Juárez, luego de que para ese entonces le fuera dictada también al imputado una perimetral que le prohibía mantener contacto con su víctima.

En primera instancia, la detención del agresor fue convertida posteriormente en prisión preventiva, medida de coerción ordenada a fines de octubre pasado por Juan José Suárez -el magistrado titular del Juzgado de Garantías 3- en respuesta a un pedido que en ese entonces había sido formulado desde la UFI 1 que en los tribunales de Azul está a cargo del fiscal Marcelo Fernández.

Alexis Ezequiel Rivada, un joven que tiene 20 años de edad, se llama el encausado. A escala penal, por aquel hecho ocurrido en Azul ese ya referido 2 de octubre pasado continúa siendo considerado autor del delito de lesiones leves agravadas en un contexto de violencia de género.

La tramitación de ese sumario penal ya está concluida, por lo que -junto con el pedido para que su detención fuera convertida en prisión preventiva- el Fiscal había formulado la requisitoria de elevación a juicio de dicho expediente ante el titular de Garantías 3.

Un contexto de violencia de género al que Rivada venía sometiendo a la víctima quedó evidenciado de manera brutal ese día en que, cuando ambos habían venido a Azul desde Benito Juárez para visitar a la madre de la joven, en presencia de esa mujer comenzara a atacar a su novia a patadas y trompadas en la vía pública.

Ese 2 de octubre, cuando todos regresaban caminando del Parque Municipal, el encausado agredió a su por entonces pareja. Un hecho que alrededor de la hora 16.30 sucedió en el Barrio UOCRA, sobre la calle Escalada entre la Avenida Güemes y Olavarría.

De acuerdo con diferentes testimonios colectados en el marco de lo que fue esta investigación penal, luego de que la chica saludara a unos jóvenes que pasaban en moto su concubino comenzó a agredirla sin motivo alguno.

En un principio, la tomó del cuello y le dio un golpe de puño. Después, continuó atacándola por medio de más trompadas, lo que hizo que ella diera con su cabeza contra la pared de una casa y que cayera al piso, ocasión durante la cual Rivada le siguió aplicando "patadas y rodillazos por todo el cuerpo, causándole la pérdida del conocimiento", se refería textualmente en las actuaciones penales.

Todo aquel agresivo accionar por parte del encausado pudo ser observado por varios testigos que pasaban por el lugar donde la joven fue atacada. Entre ellos, un médico que ese día fue el primero en auxiliar a la víctima, hasta que -en estado inconsciente por los golpes que recibió- fue trasladada en una ambulancia al Pintos, centro asistencial municipal de salud donde permaneció internada.

Aquel domingo en que este caso de violencia de género se produjo el agresor no pudo ser hallado por la Policía, ya que inmediatamente se dio a la fuga a pie.

Finalmente, días más tarde se hizo efectiva su detención en Benito Juárez, la ciudad donde se domicilia.

El médico que fue el primero en atender a la víctima relataría luego en sede judicial que pudo observar el preciso instante en que Rivada agredía "con golpes de patadas y rodillas" a la víctima hasta hacerla caer al suelo y dejarla inconsciente.

La joven, de 18 años, permaneció en ese estado por más de media hora aproximadamente, que fue el tiempo en que tardó una ambulancia del SAME en hacerse presente en el lugar donde estaba tirada para llevarla al Hospital Pintos.