El domingo, cerca de las 15 horas, a los 96 años de edad falleció en el Sanatorio Azul el Obispo Miguel Esteban Hesayne, quien se encontraba en delicado estado de salud. Hace aproximadamente un mes sufrió un ACV, que le dejó secuelas en el lado izquierdo de su cuerpo y le afectó el habla, razón por la cual se comunicaba con dificultad.

En un primer momento, sus restos fueron velados en el Instituto Cristífero, lugar del que fue fundador y en el que residió hasta su internación final el pasado viernes por la noche. En la mañana de ayer, su velorio continuó a partir de las 10.30 horas en la Iglesia Catedral, donde a las 16 horas se ofició una Misa Exequial presidida por Monseñor Hugo Manuel Salaberry, Obispo de la Diócesis de Azul.

estuvo acompañado por cuatro pares: Esteban María Laxague, sucesor de Hesayne; Fernando Carlos Maletti, Obispo de Merlo-Moreno; Carlos José Tissera, Obispo de Quilmes y Oscar Carlinga, ex Obispo Emérito de Zárate-Campana, actualmente radicado en Azul.

Después de leer la liturgia, hubo palabras alusivas de la presidente del Instituto Cristífero, María Beatriz Pérez.

Finalizada la ceremonia religiosa, los restos de Hesayne fueron inhumados en el “Mausoleo de los Obispos”, que se construyó este año en la Iglesia Catedral Nuestra Señora del Rosario.

Una gran cantidad de fieles se acercó al lugar para despedir los restos del ex Obispo Emérito de Viedma. Reconocido por su defensa de los Derechos Humanos, también fue despedido por referentes religiosos, políticos y sociales.

Hesayne era hasta ayer el obispo argentino con más años de ordenación sacerdotal. Desde el año 2007, era también Ciudadano Ilustre del Partido de Azul.

Su trayectoria

Miguel Esteban Hesayne fue ordenado sacerdote el 12 de diciembre de 1948 en el seminario San José de La Plata por Tomás Juan Carlos Solari, Arzobispo de la Capital Bonaerense.

Fue profesor de literatura y latín en el Seminario Diocesano de Azul y, más tarde, su rector. Se desempeñó como cura párroco en varias localidades de la región, tales como Tapalqué, Veinticinco de Mayo, General La Madrid y Las Flores.

Durante quince años fue designado como capellán auxiliar, no militar, en el Regimiento de Azul y en el Arsenal Naval Azopardo.

Hesayne fue también uno de los adherentes, por la Diócesis de Azul, al Manifiesto de los 18 Obispos del Tercer mundo, publicado el 15 de agosto de 1967.?

El 5 de abril de 1975 fue elegido por el Papa Pablo VI como Obispo de la Diócesis de Viedma, provincia de Río Negro. Un mes después, el 4 de junio en la Catedral de Azul, recibió la plenitud del sacerdocio en el Orden Episcopal, consagrado por Manuel Marengo, Obispo de Azul; Francisco Pironio, Obispo de Mar del Plata y Miguel Ángel Alemán, Obispo de Río Gallegos.

El 8 de julio del mismo año, se instaló en la Diócesis de Viedma, donde fue obispo por 20 años, hasta el 28 de junio de 1995, cuando renunció por edad.

Una voz crítica

Hesayne tuvo un rol episcopal intenso durante el régimen dictatorial del autodenominado Proceso de Reorganización Nacional (1976-1983), siendo uno de los pocos miembros de la jerarquía de la Iglesia Católica de la Argentina en criticar abiertamente sus abusos y crímenes sobre los derechos humanos, tales como el asesinato (enmascarado como un siniestro de tránsito) del obispo Enrique Angelelli por una “fuerza de tareas militar” en 1976.

Después del retorno de la democracia, Hesayne continuó siendo crítico de algunas políticas gubernamentales, especialmente en el periodo neoliberal de Carlos Menem en los noventa y de su sucesor, Fernando de la Rúa.

En 1999, confrontó con el mandatario riojano después de que Menem llamara “mentiroso” al obispo Rafael Rey, presidente de Cáritas Argentina. El entonces presidente había anunciado el descenso de la pobreza y Rey lo contradijo, afirmando que la pobreza se había incrementado en relación a los cinco años previos.

Durante la presidencia de Eduardo Duhalde, escribió una carta abierta donde denunciaba que “no hay un real amor solidario para con lo más pobres, postergados y excluidos”. Con la "caridad limosnera" o la "ayuda social", especificaba, “no se cumple con la justicia social”.

Luego de su retiro, en 1995, se dedicó a la animación del Instituto Cristífero de Azul, centrado en la formación integral del laicado. En la misma línea, fue miembro fundador de la Asociación Jaime de Nevares, destinada a la formación sociopolítica del laico a nivel nacional.

También fue titular de la Cátedra de Derechos Humanos de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires y, en 2001, recibió el Doctorado Honoris Causa por parte de la Universidad Nacional de Río Cuarto.

En 2004, junto a Olga Aredez (Madre de Plaza de Mayo) recibió de manos del presidente Néstor Kirchner, el premio Azucena Villaflor, en mérito a su lucha por los Derechos Humanos.