13 de marzo de 2021
A la joven de 16 años la violaron y asesinaron en una playa de Santa Teresita en 2008. Un turista y un joven de allí fueron condenados.
Por Fernando Delaiti, de la agencia DIB
Mara salió de su casa cerca de las 20 en el inicio del otoño de 2008. Iba rumbo a un cibercafé, en época donde esos lugares eran moneda corriente para los adolescentes. Como a la hora acordada no había vuelto, Leónidas, su papá salió a buscarla, hizo la denuncia policial y caminó toda la noche perdiéndose por cada calle para encontrarla. Nadie de su familia concilió el sueño en Santa Teresita, esa pequeña localidad del Partido de la Costa. Y ese sueño, terminó horas después en la peor pesadilla.
El lunes 24 de marzo a la mañana, el cuerpo de la adolescente de 16 años fue encontrado en los médanos que separan a la playa de la avenida Costanera, a la altura de la calle 36, en pleno centro. La chica estaba boca abajo, sin ropa interior, con los cordones de las zapatillas alrededor de su cuello y había sido violada. El caso de Mara Mateu sacudió para siempre la memoria de esa comunidad.
De acuerdo a la autopsia, Mara, violada y golpeada brutalmente por dos personas, no pudo defenderse. Solo, de acuerdo a los investigadores, pudo rasguñar a uno de los atacantes. Su crimen sucedió entre la medianoche y las 4 de la madrugada, sin testigos que pudieran aportar algún dato.
Sin embargo, un dato llamó en un primer momento la atención de los pesquisas: ella fue al lugar donde la mataron por su propia voluntad. O bien fue engañada o conocía a alguno de sus atacantes, ya que esa zona, a una cuadra de la principal arteria comercial, era transitada inclusive en horas de la noche.
Con el sol del nuevo día y la noticia corriendo de boca en boca, se desató la furia de los vecinos. Corridas, lluvia de piedras, gases lacrimógenos, balas de goma, media docena de heridos, varios detenidos, la comisaría destrozada y un patrullero quemado. Todo en una jornada caliente donde el pedido de Justicia terminó en una batalla campal. Como todo pueblo, el rumor decía que iban a liberar a los detenidos y la turba no lo quería permitir.
En la seccional, eran cuatro las personas demoradas: un efectivo, su hermana, un turista que había llegado de La Plata y un joven que era conocido de Mara. Los dos primeros cayeron porque tenían el teléfono celular de la joven asesinada. A los otros, Adrián Svich y Diego Buzzo, se les encontraron rasguños en su cuerpo.
Investigación en marcha
Mientras la autopsia ya había hablado, la investigación apuntó hacia dos de los detenidos. Según se reconstruyó, la madrugada del lunes, Svich de 47 años, había llegado borracho al hotel donde se alojaba. Allí discutió con la recepcionista. Horas más tarde, cuando el cuerpo de Mara ya había sido descubierto entre las dunas, otra discusión tuvo una respuesta que a ella le hizo encender las alarmas: "Tengo una chica colgada de un árbol".
La empleada del hotel San Remo no dudó en llamar a la comisaría. Allanaron la habitación, se llevaron varias prendas (una camisa mal lavada fue clave), recogieron cabellos del baño y luego en la revisación médica de protocolo, le encontraron heridas en el cuerpo y los brazos.
El turista, un actor que vivió unos diez años en Estados Unidos, era hermano mellizo de un empleado de la Gobernación bonaerense, y eso hizo pensar que podía tener algún vínculo que lo dejaría en libertad. Como dato curioso, su madre fue la primera mujer de La Plata víctima por intoxicación con propóleos, algo que sacudió a la sociedad allá por 1992, cuando se registraron 25 muertes por consumir una partida adulterada fuera de un laboratorio.
El otro sospechoso era Diego Buzzo, de 21 años, quien aseguraba que mantenía una relación con Mara. De acuerdo a algunas versiones, el turista y el joven tenían un vínculo relacionado con la venta de drogas en la costa atlántica.
Juicio y condena
Lo cierto es que recién en febrero de 2011 Svich y Buzzo llegaron al banquillo de los acusados. También fue juzgada la docente Alejandra Elichiribehety, acusada de encubrimiento agravado porque en su poder apareció el teléfono de la víctima, luego de que se lo diera Buzzo. En el camino, "curiosamente", se habían perdido las uñas de Mara que estaban en la Asesoría Pericial de La Plata.
Buzzo aseguró que esa noche salió con Mara y que tuvieron "una relación sexual consentida". Svich, defendido por el staff del abogado Fernando Burlando, se declaró inocente y negó conocer a Buzzo, pese a que testigos declararon que ambos se dedicarían a la venta de drogas.
Las pruebas fueron contundentes y los dos fueron condenados a prisión perpetua. A Buzzo se lo condenó por "robo agravado por el uso de arma cuya aptitud para el disparo no pudo acreditarse, abuso sexual con acceso carnal agravado por la cantidad de intervinientes, hurto y homicidio criminis causa". A Svich, en tanto, lo consideraron responsable de "abuso sexual con acceso carnal agravado por la cantidad de intervinientes y homicidio criminis causa". Elichiribehety fue absuelta.
El fallo del Tribunal en lo Criminal 2 de Dolores, fue ratificado en 2013 por Casación y dos años más tarde por la Suprema Corte bonaerense. Un poco de alivio, sólo un poco, para la familia que siempre luchó, no bajó los brazos y aún puede ver que los asesinos siguen tras las rejas. (DIB) FD
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