16 de abril de 2025
Una semana después a que quedara confirmada la prisión preventiva de Ramón Omar Vélez por el asesinato de Antonio Eduardo Bustos, hecho sucedido en enero pasado en Azul, el Fiscal que instruye esa causa decidió ampliar la acusación para el investigado.
Tras lo que resolviera el pasado viernes 11 de abril Adrián Peiretti -el titular de la UFI 13 que lleva adelante esta Investigación Penal Preparatoria-, ayer miércoles el hombre oriundo de la provincia de Mendoza que fuera detenido el 4 de febrero de este año en CABA por el crimen del martillero volvió a ser indagado.
Además del homicidio, Vélez -que tiene 54 años y tiempo atrás ya había estado en prisión cumpliendo condena por otro delito- ahora está formalmente acusado del robo de diferentes elementos propiedad de la víctima. Entre ellos, de un reloj que había sido incautado en su poder en ocasión de que resultara arrestado en Ciudad Oculta. También, de la camioneta del agente inmobiliario asesinado de un tiro en la cabeza: una Chevrolet S10 a la que policías encontraron abandonada en Azul dos días más tarde de ocurrido ese hecho.
Teniendo en cuenta que, como el presunto autor de este crimen, Ramón Omar Vélez sigue preso en la Unidad 35, la cárcel del SPB que está en Magdalena, esa nueva audiencia -a tenor de lo que establece el artículo 308 del CPP- se desarrolló de manera remota desde la sede de la Unidad Funcional de Instrucción número 13 con asiento en el Palacio de Justicia local.
Según señalaron a EL TIEMPO voceros allegados a la tramitación de esta causa y también Guillermo Mareco, el defensor Particular del encausado, en esa indagatoria realizada ayer miércoles por la mañana Ramón Omar Vélez declaró.
"Negó los hechos y afirmó no conocer a Bustos", reveló una fuente judicial a este Diario sobre lo referido por el imputado.
Dos ilícitos, "en concurso real"
Considerando este nuevo delito que le atribuye el fiscal Peiretti, formalmente Vélez ahora es señalado como el presunto autor del "homicidio agravado por el uso de arma" del martillero -el ilícito por el que el pasado 4 de abril desde la Cámara Penal departamental su prisión preventiva había sido confirmada- y de un "robo". Delitos ambos que cometiera "en concurso real de acciones", según lo que se sostiene desde la imputación.
En ese nuevo contexto acusatorio, en la citación fechada el pasado viernes para la indagatoria concretada ayer miércoles el Fiscal señalaba que, tras matar a Bustos en su casa mediante el empleo de un revólver calibre 22 aún no hallado, Vélez se fue llevándose diferentes pertenencias de la víctima.
Sucedido durante las primeras horas del 18 de enero de este año y descubierto aquel mismo día sábado por la noche, cuando al cadáver del martillero lo encontró un familiar suyo, no bien el homicidio comenzó a investigarse se supo que a Antonio Eduardo Bustos -que tenía 55 años de edad- le habían faltado diferentes pertenencias, las cuales el autor de su asesinato se llevó con intenciones de "limpiar" la escena del crimen.
A pesar de que ayer miércoles Vélez negó todos los cargos que le imputan, el Fiscal sigue sosteniendo que, tras ejecutar de un balazo en la cabeza al agente inmobiliario, "se apoderó ilegítimamente" de varios elementos.
"Al menos" -se señala en esa nueva acusación que le fuera leída al imputado durante la audiencia indagatoria- de un teléfono celular, un revólver calibre 32, el ya mencionado reloj pulsera, dos mochilas, un DVR donde estaban los registros de las cámaras de seguridad que el martillero tenía instaladas en su propiedad y el CPU de una computadora.
A todas esas cosas se sumó, de acuerdo con lo investigado, que el autor de este homicidio huyó en la camioneta de la víctima, la cual después sería hallada abandonada -durante los primeros minutos del lunes 20 de enero pasado- sobre la calle Olavarría de esta ciudad, en cercanías al cruce con Alberdi.
De todo lo sustraído al martillero tras su asesinato, hasta ahora sólo pudo recuperarse el reloj pulsera. Marca "Chalisson", lo habían reconocido como propiedad de Bustos testigos allegados a su entorno, luego de que fuera recogido durante el allanamiento en un inmueble del barrio porteño de Villa Lugano aquel 4 de febrero pasado en que Vélez resultó detenido.
Además, al analizarse el contenido de un teléfono celular incautado al acusado de este crimen en aquella diligencia, se había encontrado una fotografía de un revólver calibre 32.
A través de esa imagen, al serle exhibida a testigos que conocieron a Bustos se determinó que el arma de fuego era la que también le fue robada tras su asesinato; aunque por el momento no ha sido habida.
En tanto, las demás pertenencias del martillero que faltaron -las mochilas, el DVR de las grabaciones de las cámaras de seguridad instaladas en su domicilio, su teléfono celular y el CPU de una computadora- no pudieron ser recuperadas por los investigadores.
Un delito más en el marco del crimen
Tras la audiencia indagatoria desarrollada ayer, voceros oficiales señalaron a EL TIEMPO que "las nuevas pruebas obtenidas a partir de los allanamientos y de las diligencias posteriores permitieron acreditar con mayor claridad el robo que ahora se le imputa a Ramón Omar Vélez. Un delito que se suma al de 'homicidio calificado por el uso de arma de fuego' que ya se le endilgaba y por el cual se hiciera efectiva su detención el pasado 4 de febrero".
Según lo también referido, la Fiscalía desde donde se lleva adelante esta investigación ha incorporado "un informe pericial interdisciplinario confeccionado por agentes de la Policía Científica".
Contando con las pruebas colectadas en la causa, ese informe "permite desarrollar un examen exhaustivo de la secuencia con que el hecho se programó, se ejecutó y se intentó ocultar posteriormente, a través de conductas evasivas desarrolladas por parte de Vélez".
Una serie de indicios probatorios ubican al hombre que sigue preso como el autor de este asesinato. Y también ahora, del robo de varias de las pertenencias del martillero.
A través de registros de cámaras de seguridad y versiones de testigos ha podido establecerse que el viernes 17 de enero por la noche el imputado llegó a Azul en un Chevrolet Corsa registrado a su nombre.
Con ese vehículo, que le fuera secuestrado en febrero pasado cuando resultó detenido en Ciudad Oculta, había viajado varias veces a esta ciudad.
Mientras que el fiscal Peiretti afirma que Vélez venía con asiduidad porque conocía Bustos; el abogado Mareco refrió que su cliente solía venir a Azul debido a la actividad laboral que desempeñaba hasta que resultara detenido: "seguridad de camiones".
Ese viernes mencionado, la reconstrucción de lo sucedido indica desde la Acusación que Vélez dejó el auto estacionado en la parte trasera del Barrio Empleados de Comercio, que desde allí se fue caminando a la casa de Bustos -situada en Rauch entre Belgrano e Yrigoyen- y que luego de cenar con el martillero, ya cuando eran las primeras horas del sábado 18 de enero, lo mató de un disparo en la cabeza.
De acuerdo con lo que el Fiscal a cargo de esta causa también sostiene -una hipótesis ya avalada en un principio por el juez de Garantías Federico Barberena y luego por dos de los miembros de la Cámara Penal, Carlos Pagliere (h) y Agustón Echevarría, cuando confirmaron días atrás la prisión preventiva del encausado- tras cometer el crimen Vélez se fue de la casa de la víctima, llevándose varias de las cosas que ahora le imputan haber robado, en la camioneta del martillero. Y que tras dejar abandonado ese rodado sobre la calle Olavarría, en cercanías al cruce con Alberdi, se dirigió a pie a buscar su auto para irse de Azul.
También en enero pasado, en la previa a ocurrido el homicidio por el que sigue encarcelado, existen evidencias que ubican a Vélez viniendo en su auto a Azul.
Según el Fiscal a cargo de esta causa, lo hizo en dos ocasiones. Y en ambas, viajó para planear ese asesinato -por motivos que todavía no se conocen con certeza- que finalmente concretaría en las primeras horas del 18 de enero.
Los viajes de Vélez a esta ciudad no fueron solamente durante el pasado mes de enero.
Desde la investigación se ha podido determinar que años atrás también había estado en Azul, protagonizando en una de aquellas ocasiones -un dato que no es menor para el pulso de la instrucción de esta causa- un siniestro vial, al chocar con el Corsa contra un camión repartidor de bebidas.
Esa colisión data de septiembre de 2023 y se produjo en inmediaciones de la casa donde el martillero Antonio Eduardo Bustos fuera asesinado hace tres meses.
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