9 de marzo de 2025
Adrián Peiretti, el titular de la UFI 13, los reflejó en el pedido a través del cual el juez de Garantías Federico Barberena le dictó la prisión preventiva al encausado. Tras su detención a principios del mes anterior, ahora se sabe que Ramón Omar Vélez tuvo en su poder elementos que faltaron de la casa donde el agente inmobiliario fue asesinado el pasado 18 de enero de un tiro en la cabeza. Entre ellos, dos relojes y un revólver.
Por Fabián Sotes
De la Redacción
de EL TIEMPO
El Fiscal a cargo de la investigación del asesinato de Eduardo Antonio Bustos sucedido el 18 de enero pasado, cuando el martillero fue ejecutado de un disparo en la cabeza en su casa de Azul, cuenta con elementos que demostrarían que Ramón Omar Vélez, el acusado del crimen, al menos tuvo en su poder dos relojes y un revólver calibre 32 -que no es el arma homicida- que pertenecían a la víctima.
Uno de esos relojes de pulsera -marca "Chalisson", con agujas y números dorados, cuadrante de color negro y malla metálica- incautó personal policial el pasado 4 de febrero.
Fue durante uno de los dos allanamientos que se hicieron aquel día en procura de la detención de quien continúa siendo señalado como el autor del asesinato del martillero. Un hombre oriundo de Mendoza y actualmente de 54 años de edad para el que, tras lo que fuera su arresto en Ciudad Oculta a principios del mes anterior, el juez de Garantías Federico Barberena ordenara su prisión preventiva por este crimen hace exactamente hoy una semana.
De ese otro reloj que faltó de la casa de Bustos; pero que no ha sido hallado -del mimo modo que varios más que también el homicida se llevó- se supo que Vélez lo tuvo por una fotografía hallada en uno de los teléfonos celulares que la Policía recogió en su poder aquel ya mencionado 4 de febrero, en ocasión de que resultara detenido en el barrio porteño de Villa Lugano.
También de pulsera, pero marca "Orient", posee agujas metálicas de color gris y su cuadrante es de color blanco.
La trabajadora doméstica que el martillero tenía, quien al declarar en esta causa penal había dado cuenta del faltante de "entre seis y siete relojes pulseras" de la casa de su empleador luego del crimen, fue la que reconoció a ambos como propiedad de Bustos.
Aquello sucedió una vez que el "Chalisson", tras ser secuestrado durante uno de los allanamientos que derivó en la detención de Vélez, le fuera exhibido.
En tanto, al serle mostrada también a esa mujer una imagen de la foto que fuera hallada en un teléfono celular del imputado, donde estaba ese otro reloj marca "Orient", tampoco dudó en reconocerlo como propiedad del martillero para el que ella trabajaba desde septiembre de 2023.
Adrián Peiretti, el titular de la UFI 13, cuenta con más pruebas que desde su punto de vista -ya avalado por el Juez de Garantías que entiende en esta causa al convertir en prisión preventiva a la detención del imputado- ubican a Vélez en la escena del crimen durante las primeras horas del sábado 18 de enero pasado.
Al respecto, en ese extenso escrito compuesto por unas treinta fojas que formulara para el dictado en una primera instancia de la medida cautelar al hombre que sigue preso en el penal de Magdalena, el Fiscal hizo alusión también a un revólver calibre 32 que era propiedad de Bustos y faltó de su casa, al igual que los relojes, luego de que fuera asesinado.
"Sé que tenía dos armas. Una de ellas la vi, la tenía dentro de una mochila de las que siempre usaba... Me contó que las tenía por seguridad, porque hace unos años había sufrido una entradera", refirió durante una de las declaraciones que hizo en esta causa la mujer que era pareja del martillero, que no vive en Azul.
Al serles exhibidas imágenes halladas también en un celular de Vélez, ella reconoció que una de las armas de fuego que aparecían en esas fotos -tomadas durante los pasados días 19 y 20 de enero- le pertenecía a quien en vida fue su novio.
Tal lo ya referido, no se trata del arma homicida, teniendo en cuenta que la autopsia determinó que a Bustos le dispararon desde corta distancia en el costado derecho de su cabeza con un revólver calibre 22.
Esas fotografías que estaban en un celular de Vélez, tomadas respectivamente uno y dos días después del crimen del martillero, muestran un revólver marca "Tango". Calibre 32 largo, es de color oscuro y tiene una empuñadura marrón claro que sería de madera o de un material similar.
En las imágenes, junto al arma pueden verse una munición y la funda de ese revólver, según se describe en las actuaciones penales.
De acuerdo con lo averiguado, Bustos era propietario de esa arma de fuego y la había registrada legalmente; aunque tenía pendiente de renovación la credencial como "legítimo usuario" del revólver.
Por las ya referidas imágenes halladas en un celular de Vélez, la novia del agente inmobiliario reconoció al revólver. "Sin lugar a dudas", se menciona textualmente en las actuaciones penales.
Junto con su funda, a ambos elementos -declaró la joven- el martillero se los había mostrado en ocasión de que una vez ella vino a Azul a su casa y él le dio el revólver para que lo tuviera en sus manos y comprobara su peso.
De esa arma de fuego hay un dato más. Las fotos halladas en el teléfono de Vélez fueron tomadas cuando el revólver, su funda y una munición estaban apoyados sobre el asiento de un auto.
Teniendo en cuenta que el Chevrolet Corsa propiedad del acusado había sido incautado aquel 4 de febrero en que resultara detenido en Ciudad Oculta, sobre el asiento de ese vehículo se hizo una pericia, tras reconstruir por medio de una imagen el arma de fuego encontrada en el celular del investigado.
Como el revólver no ha sido hallado, especialistas diseñaron a tamaño natural esa imagen del arma y la colocaron sobre el asiento delantero del acompañante del Corsa, en la misma posición que estaba en las fotos. Y el resultado de esa pericia arrojó que el tapizado del asiento se corresponde con el del auto incautado, que está registrado a nombre del acusado del asesinato del martillero.
"Con relación a las imágenes del arma tipo revólver calibre 32 largo marca 'Tango' recuperadas desde la presente pericia, se infiere que fueron tomadas desde el dispositivo (el teléfono celular) vinculado a Vélez con fecha posterior al hecho que se investiga y desde el interior del vehículo Chevrolet Corsa en el cual se movilizara, ya que dicha arma se encontraba exhibida en un asiento que presenta características en la trama del tapizado del automotor secuestrado", refirió el fiscal Peiretti en ese escrito donde el pasado 28 de febrero pidió la prisión preventiva para el encausado. La cautelar a la que diera lugar desde el Juzgado de Garantías 1 el magistrado Federico Barberena hace una semana.
En la orden que a principios del mes anterior derivó en la detención de Vélez, todavía no se hacía alusión específica a esos dos relojes y al revólver que eran propiedad de la víctima.
Recién cuando se encontró, allanamiento mediante, uno de esos relojes pulsera y tras cotejar el contenido de los celulares incautados al ser arrestado el acusado surgieron esas nuevas evidencias, las cuales comprometen aún más la situación procesal de Vélez en este asesinato.
Hasta aquel entonces, sobre la base de diferentes indicios reunidos en la pesquisa se lo ubicaba al investigado en la escena del crimen. Y ahora se lo señala también como quien, después de sucedido el asesinato del martillero, tuvo en su poder los elementos mencionados. Una circunstancia que, sin dudas, vuelve mucho más probable la hipótesis de la Acusación, tendiente a demostrar que Ramón Omar Vélez fue quien ejecutó de un balazo en la cabeza al martillero de 55 años de edad por motivos que todavía no surgen con claridad.
Al revisar los contenidos de las comunicaciones halladas en los celulares secuestrados al acusado, además, se encontraron fotos en las que se lo veía a Vélez portando armas largas de fuego. Algo que permitía concluir que "posee conocimiento sobre el uso de las mismas", sostuvo también el titular de la UFI 13 en ese pedido para que fuera ordenada su prisión preventiva.
Más indicios
Los elementos ya referidos, junto con los primeros indicios que conducían a Ramón Omar Vélez como el probable autor del asesinato de Eduardo Antonio Bustos y que desde la Acusación fueran señalados al solicitar su detención el mes pasado, conforman hasta el momento un sólido conjunto de evidencias. Y entre todas ellas parecerían no dejar dudas de que se está en presencia del autor de este homicidio agravado por el uso de arma, tal la figura penal que se le atribuye al hombre que sigue preso en la Unidad 35 de Magdalena.
De aquellos primeros indicios reunidos en esta pesquisa el fiscal Adrián Peiretti también dio cuenta al momento de solicitar que la detención de Ramón Omar Vélez fuera convertida en prisión preventiva.
Según pudo verse en diferentes registros de cámaras de seguridad, el sujeto que el viernes 17 de enero pasado por la noche se hizo presente en la casa de Bustos, cenó con él y después lo mató de un balazo en la cabeza llegó a pie hasta el domicilio de la víctima teniendo colocada una gorra visera. Y una foto de esa gorra, "ubicada sobre el torpedo de un automóvil", también se encontró en uno de los celulares del encausado.
Se trata de una gorra que "posee similares características a la que fuera visualizada en los registros de las cámaras de seguridad analizados al momento de la investigación", se menciona en la causa.
A esta altura tampoco hay dudas de que el Chevrolet Corsa registrado a nombre de Vélez e incautado en su poder cuando lo detuvieron el mes pasado es "el vehículo en que se movilizada el autor del homicidio".
La Acusación refuerza ese razonamiento, fundamentalmente, con lo que había sido el siniestro vial que el acusado protagonizara en Azul en septiembre de 2023, cuando conduciendo el Corsa chocó contra un camión repartidor de bebidas.
La colisión se produjo a pocas cuadras del inmueble donde Bustos poseía su local y también se domiciliaba.
Aquella situación, al mismo tiempo, revela que en varias oportunidades el imputado vino a Azul.
Al respecto, en el celular de Vélez se encontró que el 15 de septiembre de 2023 -"el mismo mes de acaecido el accidente"- poco antes de la hora 17 "se tomó una fotografía de una anotación" que textualmente dice: "Saludos cordiales, Eduardo Bustos" y está acompañada por el número de móvil del agente inmobiliario.
Esas dos circunstancias señaladas llevaron al representante de la Acusación a concluir que "víctima e imputado se conocían o tenían alguna clase de vínculo".
Sobre la base de ese supuesto conocimiento o vínculo entre ambos se cree también que el pasado 17 de enero por la noche Bustos hizo ingresar en su casa a quien se convertiría horas más tarde en su homicida, con quien primero cenó. Y que ya cuando era entre la 1 y las 3:30 horas del sábado 18 de enero, Vélez lo mató mediante el empleo de un revólver calibre 22 que hasta el momento no ha sido hallado.
Después se lo ubica al encausado llevándose diferentes elementos de la casa de la víctima para "limpiar" la escena del crimen. Y también, huyendo en la camioneta de Bustos, que dos días después de ocurrido el homicidio policías encontraron abandonada en Olavarría casi Alberdi.
Tal lo que ya se ha venido informando, desde el lugar donde quedó la Chevrolet S10 del martillero hasta ese otro, ubicado en la parte trasera del Barrio Empleados de Comercio donde horas antes dejó estacionado su auto cuando aquel fin de semana vino a Azul, Vélez se fue caminando.
Una vez en el Corsa, regresó a su lugar de residencia. Y nunca más volvió, a diferencia de lo que había pasado en los dos viernes anteriores a ese 17 de enero pasado en que por última vez estuvo en esta ciudad.
En esas dos primeras oportunidades, que datan de los días 3 y 10 de enero, desde la imputación se sostiene que el acusado vino para hacer "inteligencia" con relación a ese crimen que -al parecer- tenía previsto concretar.
Los viajes de Vélez a Azul, además de por registros de cámaras de seguridad en esta ciudad y también de otras como Tapalqué y Saladillo, estarían demostrados por los impactos en celdas de telefonía celular de comunicaciones que iba manteniendo con su móvil durante los mencionados periplos.
"Luego de estar por un tiempo breve en Azul regresa nuevamente para la zona de Buenos Aires, con lo que se puede presumir que vino a hacer algún trabajo previo de inteligencia o realizar alguna diligencia vinculada a lo que ocurriría el sábado 18 a la madrugada", sostiene también el titular de la UFI 13. Y con relación a lo sucedido tras el asesinato, Peiretti concluyó que después de cometido el homicidio Vélez "no volvió más a Azul".
"Ni un viernes ni ningún otro día, con lo que se puede determinar claramente que el objetivo de sus visitas a esta ciudad había concluido cuando dio muerte a Bustos".
"Las similitudes físicas entre la persona (que va caminando hasta la casa de Bustos y horas más tarde se retira en su camioneta) captada por las distintas cámaras de seguridad y el aquí sindicado Vélez" surge como otro elemento que lo compromete en el crimen.
De ello dan cuenta en la causa los policías que investigaron al imputado. Y fundamentalmente, ese hombre con el que Vélez había chocado en septiembre de 2023 en Azul, quien "reconoce al ciudadano que aparece en los videos que toman las cámaras de seguridad el día del hecho -es decir, el del crimen de Bustos- como el mismo masculino con el que chocó en el siniestro".
Una policía acomoda elementos hallados en los allanamientos que derivaron en la detención de Vélez. Entre ellos hay un reloj que sería de Bustos. DDI AZUL/PBA/ARCHIVO
"Se veían por algún motivo"
Durante el año anterior, se sabe ahora también, Ramón Omar Vélez estuvo en Azul "al menos una vez".
En la causa penal se refiere que su presencia en esta ciudad data del 23 de agosto pasado, cuando habían transcurrido unos minutos de las 22 de aquel día.
A esa hora su teléfono celular "se ubicó geográficamente en las coordenadas" que coinciden con el lugar donde están situadas la inmobiliaria y el domicilio de Bustos, sobre las calles Rauch entre Belgrano e Yrigoyen.
"Evidentemente, tenían contacto y se veían por algún motivo; siendo habitual que (Vélez) vaya de noche, cuando no había nadie", afirma también el fiscal Peiretti.
"En relación con los indicios de oportunidad, podemos adunar que Vélez es la única persona registrada que ingresó al domicilio de Bustos luego de que éste haya tenido una reunión con otros individuos", escribió también el titular de la UFI 13 sobre cómo se dieron estos hechos a partir de la noche del viernes 17 de enero pasado.
"Cuando el imputado llega al domicilio de Bustos, aproximadamente a las 22:30 horas, sólo lleva en la mano un llavero. Sin embargo, cuando sale del domicilio, aproximadamente a la hora 3:30 del día 18 de enero, lleva consigo una mochila y otras cosas sobre sus manos que aún no han podido determinarse".
"Lo que sí existe es un claro indicio de que la mochila que se llevó Vélez de la casa de Bustos era la que tenía el arma propiedad de este último". El ya mencionado revólver calibre 32, cuyas fotos del mismo luego serían halladas en uno de los celulares incautados al acusado al momento de su arresto en CABA.
"El arma estaba en poder del imputado. Esto se evidencia puesto que Vélez tomó con su teléfono celular una fotografía del revólver calibre 32 marca 'Tango'. Esta foto la tomó dentro de su propio vehículo. Más precisamente, sobre el asiento del acompañante y un día después de cometido el crimen", concluyó el Fiscal.
"Posteriormente, y efectuada la comparación de la tela del asiento del mencionado vehículo y la fotografía de la pericia del arma, tanto el diseño y/o trama del tapizado son de idénticas características, presentando rombos, siendo dicha trama distintiva del automotor de Vélez", puede leerse en las actuaciones penales.
"Esa fotografía fue advertida luego de que se iniciara el análisis de uno de los teléfonos que le fueran secuestrados al acusado, el cual se encuentra, además, registrado a su nombre".
Mientras estuvo en Azul ese fin de semana en que Bustos fue asesinado, existen elementos que indican que Vélez apagó su teléfono celular, además de llevarse el de la víctima.
"No fue ese el único recaudo que tomó para cometer el crimen e intentar evadir su responsabilidad", sostuvo el fiscal Peiretti para después señalar: "Recordemos que también se llevó del domicilio de la víctima un CPU y un DVR" -elemento este último perteneciente a las cámaras de seguridad que el martillero tenía instaladas en su lugar de residencia- con la finalidad "de que no se puedan obtener" esas imágenes donde seguramente quedó registrada la manera en que Bustos fue ultimado de un balazo en la cabeza.
"Dejar su vehículo a varias cuadras del domicilio de Bustos, sobre calle Cáneva a la altura del barrio BECO", y "luego de cometer el hecho retirarse con la camioneta de la víctima, que fuera posteriormente hallada en abandono sobre calle Olavarría y Alberdi", son más acciones que el representante de la Acusación le atribuye a Vélez en el marco de este crimen. También, desde donde abandonó la Chevrolet S10, ir caminando a buscar su auto para retirarse de Azul a través de un recorrido considerado "evasivo"; ya que en un principio -aquel 18 de enero pasado- se dirigió hacia Ruta 3 por Juan B. Justo, aunque posteriormente cámaras en Azul y ciudades de la región registraron el paso del Corsa en sentido hacia Buenos Aires por la Ruta 51.
Volviendo al siniestro vial que protagonizara en septiembre de 2023, a causa de lo ocurrido había quedado dañado el capot del Corsa.
Según el Fiscal sostiene, eso hizo que Vélez lo cambiara por otro. Pero también Peiretti concluyó que recientemente, al advertir que policías lo investigaban por el asesinato del martillero, volvió a colocarle al auto ese primer capot que tenía, al cual "se lo nota estirado pero con claras señales de abolladura y falta de pintura".
"El imputado cambia entonces el capot del vehículo porque a esta altura ya sabía que se lo estaba investigando", afirma Peiretti en lo que también considera por parte de Vélez "otro intento de evadir la investigación, modificando la estructura de su vehículo para no ser advertido".
Todos estos argumentos esgrimidos por el titular de la UFI 13 fueron los que el pasado domingo llevaron al magistrado Federico Barberena a convertir en prisión preventiva a la detención de Ramón Vélez como el probable autor del crimen del martillero.
"De los medios de convicción analizados se desprenden datos suficientes y motivos bastantes que permiten sostener que la reconstrucción realizada por el Sr. Agente Fiscal en su pedido de prisión preventiva resulta acertada, ya que son indicios que por su pluralidad, univocidad, coherencia y conexidad llevan a la probabilidad positiva de que el imputado ha sido autor penalmente responsable del hecho investigado", concluyó el Juez garante.
El dato
Guillermo Mareco, el abogado de Ramón Omar Vélez, ya formuló ante la Cámara Penal una apelación en busca de que se revierta la prisión preventiva de su cliente. Le toca ahora a los jueces que integran la Alzada departamental revisar estas actuaciones penales, con la finalidad de decidir si avalan la hipótesis del Fiscal y convalidan lo que ya en un principio sostuvo el Juez de Garantías que entiende en esta causa o si dan lugar a los argumentos señalados en ese recurso por el Defensor Particular del hasta ahora considerado autor del crimen del martillero.
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